Cuando desperté ella ya estaba vestida a punto de irse, yo la observé confundida. Volteó al darse cuenta de que yo estaba despierto.
-Hablaba en serio, yo no juego. No soy la primera, ni la última, me olvidarás- Dicho esto meneó sus caderas y se fué.
Lo que ella no sabía, es que fue la primera en darme tal placer y gusto en una noche.