Capítulo 20

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Narra Miranda

Estaba saliendo de la universidad y en el frente como siempre me esperaba Sebastián con su hermosa sonrisa, miraba a una chica y ésta en cuestión de segundos fue y lo besó, él la agarró por la cintura y cuando me vio la soltó y empujó. Corrió hasta mi pero yo me escapé, corro muy rápido y lo estaba perdiendo de vista.

Sebastián -¡Cuidado!

Me confundí por lo que dijo, y entonces miré al frente, y me estrellé contra un árbol.

***

Despierto, estoy en la enfermería de la universidad, me duele mucho la cabeza, parece que de nuevo tengo migraña ¿Qué pasó? Me siento pero todo se vuelve negro y vuelvo a cerrar mis ojos. No veo nada pero escucho todo.

Sebastián -¿Por qué se volvió a desmayar?

Doctora -Está débil, debe tener una fuerte migraña- Siento olor a alcohol y poco a poco abro los ojos.

Yo -¿Que pasó?

Sebastián -Chocaste con un árbol

Yo -¿Cómo?

Sebastián -Estabas corriendo.

Yo -¿Por qué?

Sebastián -Luego te digo.

Cómo pude me paré y luego de agradecer a la enfermera me subí al auto. De repente todos los recuerdos vinieron a mi mente.

Yo -¡Sebastián! ¡Detén el auto ahora mismo!

Sebastián -¿Te sientes mal amor?

Yo -No me digas así, te doy cinco segundos para que detengas el coche.

Sebastián detuvo el auto y salí como el dolor me lo permitió, Sebas salió después y preguntó que me pasaba.

Yo -¿Te digo que pasa?- Él asintió -Vi como besaste a esa puta ¡Los ví! Tú seguiste el maldito beso hasta que me viste. ¡Dime! ¿Acaso estás conmigo por mi dinero? ¿O es porque te gusta burlarte de mi?

Sebastián -No sigas, no continúes acusandome así. Ese beso fue solo un impulso, en realidad no sé quién es esa mujer y por qué me besó. Perdoname por favor.

Yo -Pensé que eras diferente- Una lágrima bajó por mi mejilla.

Sebastián -Por favor Miranda, sabes que lo soy. No soy como tus ex, yo no estoy contigo por tu dinero. Yo te amo.- Una lágrima bajó por su mejilla.

Ya conocía ese truco, "Llora porque le lastima verme sufrir".

Yo -¿Por qué lloras?

Sebastián -Me lastima verte llorar- Se limpió las lágrimas y fue a abrazarme pero lo empujé.

Yo -Dejame, no me toques. Me voy.

Sebastián asintió. Se montó en el auto y yo empecé a caminar miemtras la cabeza me retumbaba.

Sebastián -Hey amor ¿Para donde vas? Subete al carro- Dijo saliendo del auto y corriendo para alcanzarme.

Yo -Oye Sebastián recuerda que soy cinta negra en karate si vuelves a decirme amor te saco los cuatro dientes de alante- Él rió -Y voy a mi casa.

Sebastián -De ningún motivo te dejaré caminar dos kilómetros, y menos con ese totazo que te diste.

Yo -Cállate, yo puedo sola.

Caminé unos pasos más y todo se puso negro nuevamente.

***

Estoy en mi cama, mi cabeza duele. En la mesita de noche hay una pastilla, un brownie y un vaso de agua y una nota.

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