Yo-Yo Man cap 4 - Campo sucio

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Fecha: Jueves, 23 de abril de 2009, ciudad de Talca, Chile

Era aparentemente el inicio de un nuevo día escolar común y corriente en la vida de Andy. Eran las 7:15 de la mañana y una voz se escuchaba entre las sábanas:

- ¡Andy!

- Mmmghhhmmghh... Yaaanaaa...

- ¡Andy, muévete que me aplastas!

En efecto, este despistado chico había aplastado a Yana durante la madrugada...

- ¡Ups! Lo siento, Yana, en verdad... ¡¡Oh, la hora que es!!

- Pues es tu responsabilidad levantarte temprano, ¿no es así?

- Lo sé, Yana, ¡Lo sé!

Saltó el susodicho de la cama y se vistió tan rápido como lo que corre Sonic por las carreteras. Eran las 7:20 y Andy ya estaba desayunando. Conversaba con su madre sobre los planes del día.

- ¡Mamá! ¿Quieres que te cuente lo que haremos hoy después de clases?

- Bueno, hijito, explíquele a su madre para que no se preocupe -dijo esbozando una sonrisa-.

- Hoy viajaremos a Rari, un pueblito de la comuna de Colbún. Según la profe, ahí abunda la artesanía en crin. Dime, madre, ¿se come eso y con qué?

- ¡No, Andy, no se come! Las crines son los cabellos de los equinos.

- ¿Equinos?

- ¡Los caballos, hijo, los caballos! Ay, hijo, y pensar que a ratos te ves y oyes tan inteligente... ¿qué te ha pasado ahora?

- Son lapsus, madre, solo lapsus.

- Ayayay... hijo...

Una vez listo y despedido de su madre salió como el Correcaminos de la gruta con la rodaja de pan todavía en los dientes y su mochila (donde para variar estaba la pesada de Yana colgando cual pin) muy bien puesta. Llegó a la intersección de las calles 1 poniente y 3 norte, donde un bus viejo y destartalado (como los que abundan en la zona) esperaba a los alumnos de varios cursos. Se encontró Andy con Miguel y el siempre vigoroso Martín:

- ¡Hola, chicos! ¿Cómo han amanecido?

- No del todo bien, Andy -respondió Miguel con no muy buena cara-, pues presiento que este viaje no nos traerá nada bueno a ninguno...

- No le hagas caso, hermano -dijo Martín, siempre optimista- está así porque a su hermana Marita la enviaron a San Javier a cumplir con unos trámites y no vendrá con nosotros.

- Bueh, qué le vamos a hacer a las cosas de la vida, -dijo Andy con una sonrisa más falsa que la de Frá-Frá, pues Mara era la única razón por la que quería viajar- si no se puede no se puede nada más. Miguel, levanta la cabeza y vamos, ¡que todos están subiendo!

- ¡Vamos! -respondieron los amigos a coro-

No muy lejos, en una catacumba situada bajo el Cerro La Virgen, un enojado doctor Portus golpeaba enfurecido su escritorio:

- ¡MALDICIÓN! ¡MALDITA SEA! Ya hemos perdido a 3 de los Brodemon a manos de ese estorbo del juguetito raro... ¡LISBON!

- ¿Llamaba usted, doctor? –respondió Lisbon, con su postura de siempre, firme y algo sensual-.

- ¿Está listo el demonio rango 85 para su operación? Mira que ya no quiero más bajas...

- Por supuesto, doctor. Pero he planeado para él una estrategia infalible. Se trata de buscar a gente muy joven en las distintas comunidades rurales de este distrito -saca un mapa de su bolsillo y se lo expone al doctor en su escritorio-. Partiremos en esta aldea que está hacia el sur -señala con un plumón- llamada Rari por los lugareños. Si bien la gente de ese sector no es muy joven que digamos, nuestro agente infiltrado nos informa que irá allá un contingente de muchachos llenos de fuerza y vitalidad que nos será útil en nuestra causa.

Yo-Yo Man Libro I: El Poder del TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora