Parte 3

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Estuvimos abrazados un buen rato y nos separamos lentamente. El tenía los ojos llenos de lagrimas, mi corazón se partió en dos.

—¿Que ocurre?—dije y nos sentamos sobre la cama

—Creí que pasarían años para que yo tuviera un techo que me cubriera;
Desde que pedí a mi familia, vivo en la calle, voy a lugares para vagabundos, y si alcanzo eapacio duermo ahí,y si no...—me miró a los ojos—solo me dan un poco de comida y regreso a la calle y duermo en los callejones entre los botes de basura.—al escuchar eso, en mis mejillas empezaron a caer lágrimas. El las secó con su pulgar—no llores, Sophia, no llores. No vale la pena que llores por mí.

—Claro que si, se ve que eres una excelente persona, amabas a tu familia, haz sufrido demasiado—lo abracé y caímos sobre el colchón, yo encima de el, comenzamos a reir. El hizo a un lado mi cabello que cubría mayo parte de mi cara, metiéndolo detras de mis orejas.

—Gracias por todo, princesa—dijo y me quedé estática, me había dicho princesa! Enseguida me puse como un tomate y el se acercó a mi rostro y besó mi nariz. —ahora, me tengo que dar un baño, estoy demasiado sucio, ya te ensucié a ti y la cama—rió, me hizo a un lado con cuidado y se levantó—ahora vuelvo—tomó la ropa y se dirigió al baño de la habitaciòn.

Salí del cuarto hacía el mío, igual necesitaba una ducha. Solo me lavé el cuerpo, salí y me puse un short de pijama y una blusa de tirantes. Acomodé mi cama y eacuche que tocaban la puerta.

—Pasa, Jacob

Entró, Dios, se veía tan lindo con esa pijama, sus ojos resaltaban aún mas, su cabello con rastro de humedad y despeinado.
Se dirigió hacia mí y me abrazó por detrás y besó mi mejilla, era tan lindo, que en tan poco tiempo ya me empezaba a...¿enamorar?; creo que si,siendo sincera.

—¿Que tal me quedó?—se alejó y extendió sus brazos, refiriendose a su pijama nueva.

—Excelente—dije y lo abracé, amaba sus abrazós, me sentía tranquila y protegida con el.—¿tienes hambre?—asintió con la cabeza—bien vamos a la cocina—me quise separar de el pero no me lo permitió. Con cuidado de no tocarme donde no debe, puso sus manos en mis piernas y me cargó, parecía un koala abrazada a él. Y así bajamos hasta la cocina.

Me bajó y se sentó en un banquito de la barra, mientras que yo cocinaba un rico spaguetti a la crema, la pasta era mi especialidad.

Comimos y juntos lavamos los platos, yo lavaba y el secaba.

Subimos a mi habitación y empezamos a cer una pelicula, ya se, ¿quien ve una pelicula a las cuatro de la mañana?
Yo estaba tan comoda, entre sus brazos, y recargada en su pecho que caí rendida.

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Me moví un poco por que la cama se sumió y movió y el ya no estaba junto a mi, alcancé a verlo en la puerta.

—Jacob—lo llamé, el se giró a verme.

—¿Si, princesa?

—¿Puedes quedarte conmigo?—el sonrió y solo dijo "claro", se acercó nuevamente a la cama y se acostó frente a mi, mirandome con mi cara de somnolienta.

Acarió mi rostro y su mirada bajó a mis labios, se acercó, y yo me quedé paralizada, y cerrandó mis ojos el rosó delicadamente sus labios con los mios. Se separó lentamente y en un pequeño murmuro me dijo esa palabra que tenía tiempo no escuchaba, un hermoso"te quiero".





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Espero les esté gustando la historia, gracias por leer.  :*

"La Dama y el Vagabundo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora