capítulo 7|no creer

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Me levanté al día siguiente con una sonrisa, no iba dejar que nada de esto me afectará, tal vez había comido algo en mal estado y tenía alucinaciones, no era lógico pero era más probable y creíble que si aceptará que existen los demonios y que uno me está persiguiendo.

Esto no era una especie de película o cuento de terror, y realmente me parece ridículo todo este asunto.

Una parte de mi quería creer que Michael decía la verdad y no estaba loco, pero sólo por desearlo no quería decir que fuera verdad.

Me bañe y cambie, ese dia peculiarmente sentia muchos escalofríos, hasta podría decir que me sentia observada,tal vez me estaba volviendo paranoica con todo este asunto, definitivamente tenía que olvidarme de este tema.

Salí de mi casa y subí al autobús, ya me había acostumbrado a que iba casi basío, mire por la ventana en el trayecto a casa.

El autobús paro y una anciana subió, ella empezó a caminar hacia atrás del bus pero el chofer arranco y el movimiento brusco la hizo casi caer, pero rápidamente me levanté a ayudarla antes de que eso pasará.

-¿está bien señora? -dije sonriendo amablemente.

-Si, gracias jovencita, es adorable que todavía existan chicas tan amables -dijo tomando asiento enfrente de mi -es una lástima que deteste tanto a todas ellas. -dijo cambiando su tono de voz a uno más grueso y desgarrador.

Frunci el ceño un segundo antes de abrir los ojos a tope.

Su cabeza dio un giro de 180° grados quedando de frente a mi, Saco su lengua que era extrañamente larga y puntiaguda, sus ojos se salieron de sus cuencas dejandolas vacías y oscuras, sus dientes amarillos y quebrados, se hicieron puntiagudos y su piel parecía más una especie de máscara.

Quise gritar, llorar y correr pero mi cuerpo no respondía a ninguna más que a verla, sólo la veía, veía como su lengua salía más y se acercaba peligrosamente a mi, mi mente en shok me repetía una y otra vez que esto no era real, que era un sueño y tenía que despertar.

Mi cuerpo inmóvil de pronto se movió bruscamente por el freno que había metido el chofer del autobús, mi cabeza choco contra los asientos y sentí como todo a mi alrededor de movia, una señora a unos asientos de percató de mi golpe y junto con otro señor se acercaron a preguntar si estaba bien.

Gire mi cabeza a todos lados en busca de la anciana pero esta había desaparecido.

Y aunque no estaba para nada bien ya que ahora un temblor recorría mi cuerpo tuve que sonreír y decir que si lo estaba.

Baje del autobús rápido y aún un poco desconcertada, toque mi frente y me percaté de por que la angustia de los señores, pues enseguida sentí un líquido, y efectivamente era sangre.

Me dirigí a la Universidad a paso veloz y con la cabeza baja, tenía que llegar a los baños para curarme.

En cuando entre no dude en correr hacia allí y una vez adentro y esperando a que unas chicas se fueran de allí levanté la cabeza al espejo y quite mi pelo de mi rostro.

Trate de lavarlo con agua pero ardía mucho.

Aveces me preguntaba como hacían los protagonistas de las películas para curarse ellos solos, era casi imposible para mi aguantar tanto dolor, y tal vez era por que son personajes ficticios o tal vez por que yo era una debilucha.

La herida seguía allí, no era muy profunda pero se empezaba a poner de un tono morado.

Rendida trate de taparla con mi cabello y respire profundo, en un rato iria a ver a la enfermera, si es que la escuela tenía enfermera, pero claro que tenía que tener una ¿no?

MiedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora