Capítulo 6: Dibujos para ti

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Capítulo 6: Dibujos para ti

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Una semana.

Siete días habrían pasado desde aquella conversación. El castaño no había deseado decir ni una palabra más desde entonces, pero Kyoya le obligaba a hacerlo. Pese a todo, Tsuna tan solo hablaba —poco, eso sí— con el azabache, con nadie más.

Miró a su lado, el pequeño había optado por sentarse a su lado porque así se sentía seguro. Dibujaba como de costumbre, en su cuaderno, un simple boceto que hacía a lápiz.

Contrario a como solía estar cuando se encontraban a solas en su pequeño refugio, el menor no sonreía ni tenía aquel brillo alegre en sus ojos chocolate. Simplemente dibujaba.

Apretó los puños al recordar que seguía yendo a ver a ese desgraciado que le hacía daño. Había tratado de disuadirle, de hacerle ver que no tenía que ir a ningún lugar que no quisiera, pero el castaño era terco. Siempre replicaba con un tartamudeante —y sin duda, falto de credibilidad— «estaré bien».

Había intentado seguirle y averiguar la identidad de ese tipejo, pero Tsuna siempre lograba darle esquinazo a propósito. Creía firmemente en que las amenazas contra el azabache y su hermano se verían cumplidas si Kyoya descubría quién era.

—Niños —la voz de una de las jóvenes profesoras que había ahí, y la cual vestía hábito, les llamó la atención—. El profesor de inglés no ha podido asistir, asi pues vendrá uno de sustitución.

Rodó los ojos y se dedicó a mirar la ventana. Sustituto o no, herbívoros eran todos —exceptuando al de matemáticas— así que daba igual.

—Buenas, niños, seré vuestro profesor hoy —saludó el recién llegado, y a Kyoya le resultó familiar su voz.

Repentinamente, un agarre se instaló en la mano que tenía junto a Tsuna. El castaño apretaba su extremidad con fuerza, temblando.

Le miró con curiosidad y extrañeza, pese a que aún seguía observando el papel, el niño ya no pintaba en él, y tenía una expresión de terror absoluto.

Levantó la mirada para ver al nuevo sustituto, abriendo los ojos levemente, sorprendido de ver allí al doctor que conoció el primer día de su llegada al orfanato. ¿Sabía inglés?

—Eh, ¿qué te pasa? —susurró, mirando de nuevo al pequeño.

—Ky-Kyoya... —el aludido parpadeó sorprendido, era la primera vez que decía su nombre, y se oía realmente bien en los labios del menor pese a que lo decía con temor—. Te-tengo mi-miedo... —susurró tan bajo que apenas él le escuchaba.

—¿Miedo? —el castaño asintió—. ¿De qué?

No respondió. El azabache sintió una mirada fija en él, y miró hacia su profesor, que parecía asesinarle con la mirada. Si mal no recordaba, no le había caído bien el primer día...

«No creo que sea una buena convivencia»

«Tienes que ir a ponerte las vacunas»

«Te-tengo mi-miedo...»

Tres frases distintas con voces diferentes le llegaron a la mente, como fragmentos de recuerdos y las piezas de un puzzle incompleto.

Dessins pour toi |DPT #1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora