Capítulo 1: "Go Your Own Way - Lissie"

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Capítulo 1

"Go Your Own Way - Lissie"

     Subí al avión sin saber que él había estado allí observándome cuando empezó el embarque, rogando que no estuviésemos en la misma fila. Y respiró hondo al ver que mi fila era una de las últimas, mientras la de él era una de las primeras del avión, después de ejecutiva.


     Me senté en mi asiento y esperé a que terminara el embarque. Pronto observé que el vuelo estaba lleno, debido a que era temporada alta y me encontraba sentada en un asiento junto a una madre que había tenido que sentarse separada de uno de sus dos pequeños niños.


— ¿No le molestaría sentarse dónde está ahorita el pequeño niño?... En verdad nos encantaría que pudiera ayudarnos, para así poder concluir.—me había dicho amablemente la azafata cuando el embarque había culminado; sin embargo, sin ese cambio no podía iniciarse la marcha atrás y el despegué del avión—. Apreciaríamos mucho su colaboración.

— Está bien... No se preocupe... Con gusto me cambiaré.


    Aquel pequeño niño estaba sentado junto a la ventana de la primera fila en económica del avión. Su compañero era un hombre joven de ojos verdes y cabellera ondulada de color castaña al cual yo no había visto subir a aquel avión.


    Caminé junto a la azafata a aquel lugar, encontrándome con la visión de alguien que reconocía a la perfección. Sentí un nudo en la garganta y tragué saliva cuando sus ojos se encontraron con los míos, mientras la azafata le indicaba al pequeño niño que podía sentarse con su madre.


— ¿Me tocó también ventana?— preguntó en su inocencia, mientras yo lo que quería era huir avergonzada.


    ¿Acaso ese era mi castigo? ¿Podía ser verdad todo aquello? ¿En dónde se había quedado aquel inmenso hoyo que había esperado con ansias que me tragara?


— Creo que sí.— le respondió la azafata al sonreírle, al observar que el niño en lo único que pensaba era en un asiento con ventana y que para nada había estado preocupado por la posibilidad de sentarse lejos de su madre y de su hermano mayor—. Ese es su asiento, señorita...— me dijo, sin percatarse de mi asombro, sacándome de mis propios pensamientos.

— Gracias...— expresé, resignándome a mi cruel realidad.


    Aún podía ver en su camisa aquel rastro que había dejado mi café. A pesar de que se había colocado un suéter.


    Me senté en el asiento que en un momento le había pertenecido al niño que se uniría a su madre felizmente y oculté mi mirada de mi nuevo compañero de viaje. Tampoco era que él había hecho mucho para que aquella tensión disminuyera o cediera un poco. Si era más que obvio que tampoco le había agradado verme allí.


    Me observó mirar hacia la ventana cuando el avión dio la marcha atrás, al mismo tiempo, en que tomaba mi bolso con un poco de fuerza. ¡Lo admito! Una de las cosas que más odiaba cuando me tocaba volar era el despegue y el aterrizaje.


    De pronto el avión empezó a ascender y cerré los ojos, tratando de llamar la calma. Por fortuna, me había tocado la ventana y tenía la libertad de mirar hacia allí con los ojos cerrados, así evitando que "mi compañero de viaje" siguiera viéndome.


    Pero, sin conseguir el resultado que realmente había esperado.


— Sé que no es mi problema... Pero, ¿nunca has vomitado en un avión?— aquel comentario odioso me hizo abrir los ojos, girar de repente y verlo a la cara—. Hola de nuevo...— sonrió un poco—. No es para ofenderte... Sólo es para saber sí tengo que prepararme. Jamás nadie me ha vomitado encima. Puede ser que si me hayan derramado algún café...— me miró a los ojos con cierta picardía, pretendiendo hacerse el gracioso—. Estoy bromeando. Sólo intento ser amable contigo. Veo que temes volar...

— La verdad no... Hace un par de años trabajé en una aerolínea y debido a ello, a veces tenía que viajar a varias estaciones. Por cierto, juro que siento mucho lo de su camisa... Y creo que pedí disculpa por ello antes.— expresé con seriedad. No me había agradado para nada su comentario y no necesitaba la ayuda de un idiota.

— En verdad...— prosiguió con su tono de interrogatorio.

— Me siento bien. Solo que odio los despegues y los aterrizajes...— dije en un tono defensivo. Estaba claro que había arruinado su camisa, pero teníamos un asiento de por medio y yo no tenía ganas de vomitar. Nunca había vomitado en un avión. Le miré seriamente—. Es cuestión de asimilar que no debo y no tengo nada de qué preocuparme... Y para su tranquilidad nunca he vomitado en un avión...

— Me alegra saberlo...


    Sonrió un poco más, levantó sus manos en señal de paz y empezó a mostrarse amable y cortés.


— Soy Hendrick Wright...— dijo al extender su mano hacia mí.

— Kristen Lynch...— dije al extender la mía y al dársela por mera educación.

— ¿Irlandesa?

— Realmente no... Aunque por parte de padre tengo raíces irlandesas. Soy venezolana...

— ¿Venezolana?— me miró con cierto interés— ¿Y qué haces lejos de tu país?

— Visitando a una vieja amiga y de turismo... ¿Tú si eres inglés?— le pregunté por su particular acento.

— Sí... De un lugar llamado Bristol, aunque actualmente vivo en Londres.— dijo, manteniendo un poco aquella conversación por simple educación. No era que realmente quisiera conocerme.


    Luego cuando aquella conversación culminó, me volví a colocar mi iPod, de la misma forma en que lo había hecho él y miré de nuevo hacia mi ventana.


    Londres también tenía una razón oculta de por qué la visitaba.


— ¿Te dijeron a qué hora por fin aterrizara el vuelo de Kristen?— le había preguntado su hermano a Leah.

— En media hora...


    Miró su reloj.


— Ok... Al menos no es tanto tiempo como pensaba.

— El vuelo salió sin demora.


Podría enamorarme... De ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora