Capítulo 21 : "All That I Am-Rob Thomas"

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Capítulo 21

"All That I Am-Rob Thomas"

¿Y qué sucedió al quinto día?


   Era consciente que era una mujer de treinta años que no cambiaría de parecer. La vida me había enseñado que la razón era mejor que el corazón y a ello me abstenía en esos día. Pero también era consciente que era de seres humanos decir adiós en persona, a quienes nos pedían vernos por última vez. Y él era un hombre de veinticinco años que no aceptaba que solo conseguiría de mi parte más que eso.


   Debía regresar a mi vida. Volver a mi trabajo de publicista en la área de mercadeo de la empresa de servicios turísticos en la que era empleada. Mientras él debía continuar con su vida y seguir con los proyectos que habían llegado recientemente a sus manos al ser un excelente arquitecto. En conclusión, ambos debíamos seguir con nuestras vidas y ponerle punto final a aquel adiós que ya había llegado.


   Levanté de nuevo mi bandera blanca, al saber que tan solo después de ese día, me quedaba el día en que me marcharía, dándole mi adiós a Inglaterra. Le respondí a Hendrick su mensaje. Sin embargo, había sido clara en que no deseaba que me buscara. Ese día había decidido llegar sola a British Airways London Eye. No necesitaba estar por tanto tiempo bajo su presencia. Y aquello tan solo era cumplir una última petición a un amigo ante de una repentina despedida.


   Miré mi reloj, era la hora que ambos habíamos cuadrado. Y suponía que él estaba allí y no me equivoqué cuando lo vi en medio de la multitud que se encontraba allí presente. Sus ojos verdes me miraron sorprendidos al ver que realmente había cumplido con mi palabra, por lo que una sonrisa se dibujó en la comisura de sus labios. Algo que pronto me hizo sentir pesar de encontrarme allí. ¿Era que había ignorado que estaba alimentando una pequeña esperanza donde no debía existir?


—Hola Kristen... Pensé que no vendrías.

—He de admitir que lo pensé unas cuantas veces más antes de decidir venir a este lugar. Pero te di mi palabra de que vendría a esta hora y supuse que comprarías las entradas. Por lo que aquí estoy.—expresé manteniendo la distancia.

—Agradezco que decidieras no dejarme plantado aquí...Vamos a la fila. Está algo larga por la hora. Pero valdrá la pena cuando subamos a la nuria y veamos todo Londres.—tomó mi mano. Intenté soltarme, pero él me lo impidió—. Por favor, dejame recordar este día, de esta manera.

—Está bien...—dije no muy convencida. Pero ya no había vuelta atrás.


   ¿Qué es el amor cuando llega a tu vida de una manera que no esperabas? ¿Quién puede más, la razón o el corazón, cuando sabes que lo correcto es un merecido adiós para no sufrir más heridas? ¿Se puede olvidar e ignorar un sentimiento tan fuerte?


   Me mantuve en silencio, callando a mis propios sentimientos. Deseaba mantener mis lágrimas retenidas donde él no pudiera verlas. Yo sufría también. Pero consideraba que el tiempo era la mejor cura. Y el tiempo me había enseñado que la razón ayuda más que el corazón en situaciones como esa. Ambos habíamos sufrido y por ironía de la vida, nos habíamos conocido en un país que no era nuestro, para luego unirnos en Londres. Y ese era nuestro verdadero adiós.


   Aquel atardecer subimos a la noria de 135 metros de altura observando por treinta minutos la impresionante vista panorámica de Londres.


—Sé que iré a la horca por esto...—me susurró al oído, al colocarse detrás de mí y abrazarme mientras observábamos la vista al estar llegando a la máxima altura—. Te dije que no me rendiría aunque este está siendo nuestro adiós... por ahora. Soy un hombre de palabra. Te seguiré esperando aquí, cada día de mi vida. Sé que es pronto para admitir que me quieres y sientes algo por mí... No importa. Soy un hombre paciente. Sólo quiero darte una razón para que recuerdes porque tienes que regresar a Londres, si no quieres que un obstinado inglés sea quien vaya a tu país. Quiero ser todo para ti... Todo lo que soy te lo doy con este abrazo que te expresa mis palabras. Te quiero y no eres un capricho que se me metió en la cabeza... Sé lo que siento por ti y con el tiempo lo verás. Sé que regresaras... No he perdido las esperanzas.


   Cerré los ojos unos segundos al sentir la primera lágrima bañar mi rostro y luego otra, otra y otra...


—Sabes que es lo correcto. Debo marcharme y este es nuestro adiós...—se me quebró la voz.

—Por ahora...—susurró una vez más, para luego buscar mi mirada y secar las lágrimas que aún se encontraban en mi rostro—. Y muy bien lo sabes. Es un adiós... Por ahora.


     Miré en sus ojos aquella esperanza de que así sería, por lo que ya no quise insistir más en que él se equivocaba. Sin embargo, cuando aquel recorrido terminó, me mantuve firme y en aquel lugar nos despedimos. Pude observar su impotencia y dolor al ver que no había logrado que cambiase de parecer. O al menos aceptará que él me llevará a casa de los padres de Leah. Había sido suficiente aquel momento en que me había visto llorar. No quería otro momento de debilidad como ese. Pero sus palabras se habían adherido en mi cabeza, incluso al día siguiente , luego de despedirme de Leah y de Brad en el aeropuerto. Y se encontraban allí, repitiéndose una vez más, cuando al mirar por la ventana de mi asiento me despedía de Inglaterra.


<< Es un adiós... Por ahora...>>

Podría enamorarme... De ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora