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(Narra Sting)

Oscuridad.

Una pequeña silueta corriendo.

"Vamos Sting, es hora de jugar". Su dulce voz, tan tierna como el día en que la conocí.

-¡Espera! ¡No corras tan rápido! - No podía llegar a ella, tenía el cuerpo de un niño. Me estaba quedando atrás...Su silueta estaba desapareciendo de mi vista.

Desapareció.

Lágrimas comenzaron a salir, aún no paraba de correr. ¡Tengo que alcanzarla!

"No llores, hicimos una promesa. ¿No es así? Nos veremos pronto. Sting". Ahí estaba su voz, pero no ella.

-¡Tu nombre! ¡Nunca supe tu nombre! - Grité a la nada, a esa oscuridad que parecía consumir mi alma. No había nadie, ni nada.

"Soy ..."

-¡STING-KUN! ¡Despierta! Ya son pasadas las diez de la mañana. - Era Lector la razón por la cual no pude conseguir su nombre. Tenía razón, al mirar el reloj confirmé que eran once en punto, teníamos un tren que tomar a las 11:40.

-Ya voy, ya voy. Maldición Lector, interrumpes mi sueño de belleza. - Me levanté de la cama sin ganas de nada, ese sueño era el primero en que ella me hablaba, los anteriores solo movía los labios. ¿Acaso me estaré volviendo loco? Sí, es que soy idiota, es mi primer amor.

-¿Preparado? - Era la voz de Rogue, posiblemente se refería a lo que haría hoy.

-Hasta la pregunta ofende. ¡Soy Sting Eucliffe! ¡Siempre estoy preparado! ¿Debería llevar flores? ¡Qué va! Se sentirá importante así que no. - Fui al baño y realicé mi rutina de todos los días: una ducha, un desayuno nutritivo y limpieza bucal.

Quizás no me he presentado bien, mi nombre lo he dicho con anticipación, soy el maestro del gremio de Sabertooth. Rogue es mi hermano y Lector mi compañero, Rogue también tiene una compañera, se llama Frosch. Bueno, bueno, no necesitan saber demasiado solo que estoy a punto de ir a ver a mi princesa. Digo, han pasado 12 años, pero nunca es tarde para cumplir una promesa.

El desayuno fue breve, al cabo de media hora ya estábamos en camino a la estación de tren.

­-¿Puedes repetirme por qué tomamos el tren si siempre acabamos mal? - Le pregunté con disgusto al pelinegro.

­-Es la vía más rápida, a menos que quieras ir caminando y llegar en tres días a verla. Para ese entonces probablemente ya hasta tendrá novio. - Contestó con su humor de siempre, lo único que hice fue lanzarle una mirada de enojo, ¿qué se creía? ¿no debería tenerme consideración? ¡Bah! No la necesito.

Al abordar el tren nos metimos a nuestro vagón, era de los primeros. Subimos las maletas al lugar correspondientes y les compramos bocadillos a nuestros compañeros gatunos, probablemente tendrían hambre después y no estaríamos en la condición de comprarles algo.

Al cabo de un rato el tren comenzó a moverse y con él, Rogue y yo sentimos el mareo de siempre; no podía ni articular palabra alguna por las grandes ganas de expulsar mi desayuno de esta mañana.

-¿Cuánto... falta?... - Traté de hablar, pero me veía irrumpido por aguantar el vómito.

-Acabamos de salir de la estación Sting-kun. Faltan 30 minutos aún. - Decía Lector mientras jugaba un juego de manos con Frosch. Los envidiaba tanto.

50 minutos después...

-¡¿No qué solo serían treinta minutos?! ¡Estuvimos años ahí dentro! - Exclamé eufórico, había sido un horrible viaje.

-Fueron solo 50 minutos Sting. - Me corrigió Rogue (como siempre).

-No es culpa mía que el tren se haya retrasado por los destrozos de ese gremio, Sting-kun. - Decía Lector caminando como si nada, pasando de nosotros.

-Fro piensa lo mismo. -Contestó casi automáticamente la compañera de Rogue.

Pasé mis brazos atrás de la cabeza y no seguí con el asunto, pero no significaba que había perdido, solo que se haría tarde.

Caminar hasta la posada, meter las maletas y requerir dos habitaciones nos llevó un buen rato ya que Rogue se perdió en un par de librerías, es un verdadero ratón de biblioteca, debería buscarse una novia.

Otros 30 minutos después...

-¿No que no las comprarías? - Se reía Rogue de mí, me estaba fastidiando, como lo odio.

En efecto tenía un ramo de 12 rosas en la mano, uno muy bonito, pero solo lo hice para que ella piense lo buen esposo que seré y piense algo como "Sting-sama es tan atractivo y sensible, Sting-sama hazme todos los hijos que quieras".

(Narra el narrador)

El rubio estaba comenzando a darle miedo a sus compañeros, irradiaba luz y su sonrisa parecía muy idiota, el teatro mental que se estaba creando lo distraía de la realidad.

-Sting-kun parece muy feliz, Rogue-san, ¿sabes cómo es "esa" chica? - Preguntaba con curiosidad Lector.

-En realidad no, nunca la llegué a conocer. Solo sé de ella por las cosas que Sting ha dicho. Pero con todo lo que dice estoy seguro de que es una buena chica. - Respondió cruzado de brazos el mago de las sombras.

-Fro sabe lo mismo que Rogue. - Dijo la gata disfrazada de rana.

El trío de amigos no se había percatado de que ya habían llegado de no ser porque Sting se había adelantado y ya se encontraba enfrente de las grandes puertas del gremio más poderoso de Fiore: Fairy Tail.

Sting Eucliffe no era alguien que abriría la puerta e iría persona por persona preguntando, no era su estilo. Lo único que hizo fue patear las puertas y abrirlas de par en par, haciendo un gran estruendo que alarmaría al gremio entero.

-¡PRINCESA! ¿DÓNDE ESTÁS? - Gritó con todo el aire de sus pulmones, provocando que todos los presentes fijaran su mirada en la única chica a la que podrían llamar así: Lucy Heartfilia.

La buscó con la mirada, no tardó mucho, unos cuantos segundos fueron suficientes para saber que era ella. Esa cabellera rubia, esos ojos color chocolate y esas mejillas tan rosadas como en el pasado, no había cambiado, solo había crecido. Se dirigió a ella y la tuvo enfrente, al fin, doce años fueron suficientes para convertirse en el caballero que ella necesitaba.

Extendió el ramo de rosas hacia ella con una gran sonrisa.

-¡He vuelto, princesa! - Pronunció el rubio, con su tono tan particular.

Ella lo miraba anonadada, sin saber que decir.

-Disculpa, pero ¿quién eres? - Preguntó ella confundida y apenada por la situación.

Ella había crecido, era la misma, pero... Ella no lo recordaba a él.

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|Aclaraciones|

1. Aquí no pasaron los Grandes Juegos Mágicos así que ellos no se han visto.

2. Los personajes pertenecen a Hiro Mashima, no son míos.

3. La historia es completamente mía, no plagio please.

4. Es mi primer Fanfic y me encanta esta pareja, aunque sean crack.

5. ¡Gracias por leer! (๑•́ ₃ •̀๑)

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  |  ヽ
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Atte: Sherlovk

¡He vuelto, princesa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora