SOY GAY, JODER

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Scorpius:

Aunque no sean tus más profundos deseos, tienes que acudir a esa cita, Hyperion. Estoy orgulloso de ti tanto por ser el príncipe de Slytherin como por tener las mejores calificaciones del curso (pero debes seguir teniendo cuidado con la Weasley), y eres muy prodigioso en el quidditch, no esperaba menos, pero hijo, estás en sexto año, es hora de que aceptes algunas de las citas que te proponen todas esas señoritas.
¿Que cómo lo sé? Albus me escribió.
No te sorprendas, pasaste la tarde del lunes viendo American horror history y bebiendo cerveza de mantequilla con él en vez de tomar el té con esa chica ravenclaw tan ñoña.
La cuestión, querido hijo, es que tienes media hora a partir de YA para ponerte guapo, Elsa Nott te espera en Honeyduckes.
 
                           Te quiere, Draco Malfoy.

- ¿Pero qué coño? -Si mi padre me hubiera escuchado me habría dado con la varita en la boca.
- ¿Qué pasa? -me pregunta Albus desde algún sitio detrás mía. - Era de tu padre ¿verdad?
Me giro para encararlo, decidido a decirle que es un traidor de los gordos, que todo es su culpa y que para una vez que se decide a escribir, le escribe a mi padre.
Pero cuando le veo a los ojos, tan verdes y puros no puedo enfadarme con él, así que sólo le informo de la situación.
-...y tengo media hora para prepararme para la cita.

Albus cierra los ojos durante varios segundos que se me hacen eternos, y cuando los abre me mira y sonríe, pero no es una sonrisa bonita.
- Vamos arriba, te ayudaré a prepararte.

La expresión del azabache es de completa concentración, no sabía que buscar una chaqueta fuera tan inspirador.
- Albus, aprecio tu esfuerzo, y no querría criticar tu obra pero -le informo- se me caen los pantalones, ¿no se te ha ocurrido la magnífica idea de un cinturon? Para no quedarme en calzoncillos en la primera cita y tal.

Con el sonrojo más grande del mundo Potter se agacha y coge un cinturón de mi baúl, tendiéndomelo para que me lo ponga.
Me levanto la camiseta y sujeto el borde con los dientes para que no se suelte y me permita ver por donde meter el cinturón, al terminar veo a Albus muy atento a cada uno de mis movimientos.
- ¿Qué pasa? ¿Lo he hecho mal? -preguntó alzando una ceja.
- ¿Qué? ¡No! ¡Claro que No! -tras un pequeño silencio añade- Cállate.
- No estaba hablando.
- Estabas pensando, es molesto.
Río, porque este chico siempre me hace reír.
Me coloco enfrente del espejo, me hago la raya negra y me pongo una chaqueta, estoy listo para la maldita cita.



- ¿Sabes que respiramos 7.000 litros de aire al día? -dice Elsa colocándose las gafas sobre el puente de la nariz. Es curioso lo bien que se le da esto, cada vez que nos quedamos sin conversación saca un dato curioso y vuelve a atrapar mi atención.
- ¿7.000? -me sorprendo- Pues menos mal que el aire no engorda.
Ella ríe y he de decir que tiene una risa preciosa. Sonrío.
- ¿Tu padre te ha obligado a venir a esta cita? -su mirada de sabionda me hace entender que ya sabe la respuesta antes de que yo conteste.
- En realidad sí, pero me lo estoy pasando mejor de lo que creía -uf, bien, que sonría es bueno, mejor eso a que me de una patada o algo.
- ¿Sabes Scorpius? Medio hogwarts te desea y el otro medio te envidia, pero tú no correspondes a nadie -Un segundo de reflexión después, añade- ¿eres asexual?

No puedo evitar que parte del té de menta que estaba bebiendo se salga por las comisuras de mi boca, lo que hace reír a Elsa pero a mi me avergüenza en demasía.
- ¡No! -digo igual muy repentinamente- osea, sé que hay gente que lo es, y la respeto, pero a mí sí me gustan las personas.
La sonrisa felina que aparece en la cara de mi acompañante es escalofriante.
- Fantástico entonces, agarra mi mano.
Y, tonto de mi, agarro su mano.

¡Puf!
Es el sonido exacto que causa una desaparición conjunta.
- ¡Tía! ¡Estás putamente loca! -se me ocurre gritar.
Por algún motivo se me ha corrido la raya negra y se me ha despeinado el pelo, con lo cual parece que acabo de levantarme.
O peor, de tener una sesión de sexo salvaje.

- Que mala educación, Malfoy -ronronea una voz a mi espalda- ¿loca Yo? Bueno, puede ser. Pero loca... Por ti.

Oh por Merlín, estoy teniendo una cita con una yandere.

Pero una yandere que está muy buena... que gran dilema.
Sin apenas darme cuenta sus brazos están rodeando mi cuello y su pecho se ha pegado completamente al mío, lo siguiente que noto es su lengua trazando la línea de mis labios, que sin ser consciente de mí abro para ella.
Su lengua se introduce en mi boca y sabe al chocolate fundido que se ha pedido en la cafetería, que mezclado con el aroma a vainilla que desprende su cacao, da la sensación de estar en una tienda de chucherías.
El juego de lenguas sigue durante un rato hasta que ella empieza a caminar, y ahí es cuando me doy cuenta de donde estamos.

- Elsa...mmm...Elsa -intento decir porque ella no deja de besarme- ¿estamos en mi dormitorio?
- Sii, si Scorpius, estamos en tu dormitorio, pero no hay nadie, puedes hacer conmigo lo que quieras.
Su cuerpo se restriega contra el mío y ahí es cuando me doy cuenta de que algo no va bien.

Ella también se da cuenta.
- Scorpius -se separa apenada- No estás duro.
Es totalmente verdad, y no es porque Elsa no sea una chica atractiva, porque aparte de ser muy guapa está perfectamente dotada de todo.
Pero por algún motivo, todas sus "apetecibles" curvas, no me atraen.
- Yo te ayudo con eso Scorpius, tú sólo relájate -susurra ella.
Y en un abrir y cerrar de ojos su mano está dentro de mi pantalón. Y ahí es cuando me entra el pánico, porque sé que no voy a poder ponerme duro, porque no me gustan las tetas, ¡porque no quiero ser yo quien la meta!
- ¡SOY GAY, JODER! -grito, y al instante me arrepiento, porque la puerta se ha abierto y no hace falta que diga quien es el que está mirándome desde el marco.

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⏰ Última actualización: Feb 19, 2017 ⏰

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