Cena Navideña- parte 2 (Seven x Reader)

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Capitulo dedicado a mi amiga Carla :) si os apetece, pasaros por su perfil que escribe cosas muy bonitas- Carlaya25

9:00 p.m.

Llegamos a casa de nuestros amigos Jumin y Raquel porque esta noche era la cena de Navidad de la R.F.A. Tenía muchas ganas de ver a todos y disfrutar una noche en familia.
Aparcó el coche Seven y me pasó el brazo por los hombros mientras nos dirigiamos a la puerta de la mansión;el mayordomo nos abrió la puerta a los seis y entramos en el salón , Zen y Rachel iban en el coche detrás de nosotros y Yoosung y Jaehee se les habían acoplado en el viaje. Jumin bajo las escaleras terminándose de colocar la corbata, pero Raquel todavía no bajaba...Fijo que Jumin le había hecho ratrasarse...
-Bienvenidos- Jumin nos dio un abrazo a todos, menos a Zen. Los dos se saludaron cordialmente. Estos dos algún día se llevarán bien?
-Hola Jumin!!!- le saludé efusivamente y le di un beso en la mejilla. Siempre le tendría un cariño especial, aunque claro mi miembro de la rfa preferido era mi marido.
-Por favor, iros sentando que enseguida empezamos la cena- una melodía de piano sonaba en el ambiente y la chimenea daba un calorcito muy agradable.
-Raquel-chan!!- Yoosung saludó a Raquel cómo si no la hubiera visto en años, aunque se habían visto esa mañana. Así era Yoosung.
-Hola chicos, perdón por tardar tanto es que...Ehm..No encontraba los pendientes jaja- ya ya, como si no te conociera.
Raquel nos dio un abrazo a Rachel y a mi, al fin y al cabo eramos la Squad y eso no iba a cambiar nunca.
Nos sentamos todos en la mesa por parejas, cada uno al lado de su pareja quedando Seven y yo justo en frente de Raquel y Rachel, mientras que Zen y Jumin ocupaban las cabezas de la mesa ¡Machitos alfa, bah mi Seven es mejor!
La charla empezó enseguida mientras nos servian la cena los criados. Aunque la pobre Raquel lo estaba pasando mal, no se acostumbraba al lujo que había en la casa; yo la sonreí y le pregunté algo del último anime que estábamos viendo, así la distraia un rato. Mientras mi marido se dedicaba a darle trocitos de su comida a Elly y Jumin le miraba con cara de asesino porque según él esa no era una dieta equilibrada para Elizabeth. A veces me pregunto cómo le aguanta Raquel, pero luego pienso en que Seven también tiene sus momentos y la entiendo. A pesar de todo son dos chicos increíbles y tenemos mucha suerte de tenerlos.
La cena siguió su curso y Jumin empezó un tema de conversación sobre un nuevo departamento informático en su empresa y quería que Seven le ayudase. "Que calorcito me está entrando con el vino". La música y el ambiente me estaba poniendo caliente, y más el tener a Seven cerca. Siempre que mi marido estaba cerca me ponía como una gata en celo, no lo podía evitar.
Poco a poco, empecé a pasar mi mano por la pierna de Seven. Él me sonrió dulcemente, ignorando el calentón que me estaba dando, y continuo hablando. Yo continúe el sendero hasta su bragueta y empecé a hacer movimientos suaves en círculos. A Seven le dio tos de repente y se puso rojo por la situación. Que mono, así todavía me pone mas. Él siguió disimulando y yo le bajé la cremallera del pantalón junto con el boxer negro que llevaba. Su miembro estaba erguido y duro, mi mano empezó a moverse arriba y abajo suavemente y después un poco más rápido. Disimulé el movimiento de mi mano con el mantel rojo de la mesa, Seven cada vez, estaba más rojo y apenas podía hablar.
-Seven, te encuentras bien? Quieres un calmante o algo?- Raquel le ofreció un medicamento pensando que le dolía la cabeza cuando el pobre tenía toda la sangre en otra "cabeza".
-Si cielo, yo te veo un poco caliente- solté, que capulla era jajajaja. Pero no paré de mover la mano, si no que mis movimientos iban en aumento.
-No no gracias, es solo que hace mucho calor aqui- Jumin mandó bajar la temperatura del salón, pero no ayudaría eso mucho.
-Ui, se me ha caído la pulsera debajo de la mesa- mi marido me miró suplicandome que no lo hiciera, pero yo le guiñé el ojo y me agaché "buscando la pulsera". Lami la punta del miembro de Seven rápidamente y lo introduje hasta mi campanilla mientras mi mano a acariciaba sus testículos. Desgraciadamente, tenía que parar porque nos pillarían si seguía así.
Seven soltó un gemido que tuvo que silenciar tapándose la boca con la servilleta.
-Encontraste la pulsera?- Rachel me preguntó mientras todos nos miraban.
-Sí sí, la he encontrado- sonreí con dulzura, aunque mi marido mi miraba como si quisiera matarme ahí mismo.
La cena terminó y nos fuimos todos a sentar a la sala mientras recogían la mesa. Sobre las 2 de la mañana Raquel nos dijo que subiéramos a las habitaciones de invitados, porque era tarde para ir a casa en coche.
-Y para vosotros chicos, os dejo este dormitorio - nos dijo Raquel.
-Gracias! Es perfecto!- le dije mientras Seven se tiró en plancha a la cama matrimonial.
-Sí sí, perfecta. Por cierto, ves esa puertecita de ahi? Pues toma esta llave, que creo que ahí dentro hay ciertas cosas que igual pueden servirnos de ayuda para "buscar la pulsera"- soltó Raquel riéndose
Mierda, nos había pillado. Que vergüenza.
- Ay tía lo siento...De verdad que no...
- No te preocupes, como si Jumin fuese un santo en actos públicos, me acuerdo de una vez que...Bueno da igual jajaja pasarlo bien, y acuérdate de devolverme la llave mañana. Si Jumin se da cuenta de que he prestado la llave del armario de los latigos me mata.
- Gracias, pásalo bien tú también esta noche.
Raquel se fue a su habitación con Jumin agarrándola por la cintura mientras subían las escaleras. Cerré la puerta y me giré hacia la cama. Seven estaba completamente desnudo y con el miembro tan duro que parecía que iba a estallar; dios, se me estaba haciendo la boca agua. Le miré con ojos de corderito mientras me mordia el labio.
-Bueno preciosa, me parece que te mereces un buen castigo por la cenita que me has dado- Seven se acercó a mí y me desnudó en menos de dos minutos. Le besé apasionadamente y dirigí mi mano hacia su entrepierna.
-De eso nada, ahora voy a ser yo el que lama mi postre y te aseguro que te voy a hacer gritar. Después utilizaremos esos latigos caros del señor empresario.
-Sí, mi señor- que cachonda me ponía cuando se ponía modo sargento.
Sí...Esa cena había sido interesante sí, y no la iba a olvidar nunca.


4 a.m.
-Joder, ahí van otra vez- se oyó el orgasmo de una chica que venía del piso de abajo, segundo del orgasmo de su pareja.
-Cariño, nosotros somos peores muchas veces- le contesté a mi marido mientras acariciaba su pecho desnudo.
-Sí, pero me fastidia que les hayas dejado nuestros juguetes. Mañana tendré que comprar unos nuevos, me niego a usar unos que hayan estado en contacto con el culo de Seven...Puaj
- Mi amor, anda ven que te cuento un cuento en lo que ellos terminan y nos dejan dormir.
- ¿Un cuento?- mi marido me miró con ojos dulces pero sorprendidos
- Sí, un cuento. Un cuento en el que Caperucita se come al lobo empresario.
-¡Madre mía! Cariño, vas a hacer que me corra solo con la idea. Eso sí, el cuento acaba con el lobo enamorandose de Caperucita, casándose y yendose a un palacio los dos solos.
-Te amo, tonto- sonreí a mi marido mientras me quitaba las bragas y me escurría dentro de la manta.
-Yo también te amo, gatita.
Así, esa noche las dos parejas tuvieron sesiones de sexo salvaje...O tal vez fueron tres parejas?
Fin (?)


Cena de la R.F.A (Jumin, Seven Y Zen x Reader) One shot HOTWhere stories live. Discover now