t r e c e

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Empujé la puerta de cristal con la cadera. No me quedó otra que hacerlo así; mis manos estaban ocupadas por dos vasos de cartón humeantes. Hacía bastante frío, la noche había caído rápido y yo me moría por comer algo de ramen. Bueno, por comer lo que fuera con tal de que no me envenenara y me matara. Pero prometí a Yoongi que le compraría un café de camino a casa, así que, al salir del consetvatorio a casi las nueve de la noche, paramos en una cafetería cercana. Yoongi, como de costumbre, desapareció. Siempre lo hacía cuado tenía que cargar con algo o que hacer un esfuerzo físico que no fuera caminar.

Me esperaba fuera, sentado en un banco de piedra de la calle.

ㅡ Vago. ㅡ le tendí el vaso.

ㅡ ¿Qué es?

ㅡ Vómito de ballena, no te jode. ㅡ dije, rodando los ojos. Yoongi cogió el vaso, mirándome con los ojos entornados, desconfiado.

No le dije que el café ardía. Esperé su reacción, ocultando una sonrisa divertida tras el vaso. Yoongi acercó el borde del vaso a sus labios, despacio, sin dejar de observarme. No llegó a dar ni un sorbo al café. Se quemó la lengua. Frunció el ceño, arrugó la nariz poniendo cara de haber tomado algo muy amargo y agitó la cabeza. Protestó, pero ignoré sus quejidos. Hice que se levantara del banco tirando de la correa de su mochila.

Caminamos un buen rato. Por alguna razón, era incapaz de quitarme de la cabeza la imagen de las manos -suaves- de Yoongi sobre las mías. Era el tercer día que él accedía a darme una clase extra de piano, aunque dijo que nunca lo volvería a hacer. Debería sentirme más cómoda, ¿no? Lo primero que pensé cuando me di cuenta de que no dejaba de mirar sus mans sujetando el vaso fue que eran bonitas. Yoongi tenía unas manos bonitas. Luego, empecé a llamarme estúpida a mí misma por estar mirando fijamente sus dedos. Después me recordé a mí misma que tenía cosas mejores que hacer en vez de pensar en lo suave y cuidadas que estaban las manos de Yoongi.

Él miraba el vaso de café con la nariz arrugada. A pesar de su cara de asco, seguía bebiendo del café. ㅡ ¿Qué es esto? Está muy dulce.

ㅡ Ya te lo he dicho. ㅡ yo también di un sorbo ㅡ Es vómito de ballena. ¿Te gusta?

ㅡ Qué gustos más extravagantes tienes.

Hice un gesto con la mano que tenía libre, como restándole importancia al asunto. ㅡ Qué va. Son normalitos, dentro del promedio.

ㅡ ¿Vas a decirme qué es?

ㅡ Caramel machiatto. ㅡ respondí.

ㅡ Ah. ㅡ murmuró Yoongi, con ese desinterés tan suyo.

ㅡ Es adictivo. ㅡ le advertí.

Él asintió con apatía. Continuó bebiendo el café, dando sorbos cada vez más largos. En cuanto lo acabó, lanzó y encestó el vaso de cartón en una papelera. Intenté hacer lo mismo. No encesté a la primera, ni a la cuarta, y tampoco a la sexta. Cansado de mis intentos fallidos, Yoongi tiró de la manga de la chaqueta de mi uniforme y me obligó a seguir hacia delante. Volví a los pies de la papelera -después de protestar un buen rato y forcejear- para recoger el vaso y no dejarlo tirado en el suelo.

ㅡ ¡Hay que cuidar el medio ambiente! ㅡ di un golpe suave a Yoongi. Él puso los ojos en blanco.

ㅡ Sí, sí. ㅡ bufó.

First Love » Suga; BTS✔ ¡Segunda parte ya a la venta!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora