v e i n t i n u e v e

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— ¡Yoongi!

— Fuera de cobertura.

— ¡Yoooongi!

— Deje un mensaje después de la señal.

— Yoon- — conseguí alcanzar el tirante de su mochila al estirar el brazo, y después de tres intentos fallidos, empujé a Yoongi hacia atrás y conseguí que se detuviera. Aproveché para hacer la foto que estaba  buscando, aunque el resultado no fue el esperado. Yoongi sólo salía con su típica cara ''odio-al-mundo-desde-que-nací'', así que hice un puchero, decepcionada. Se me habían agotado las fotos para coaccionarle. Di un par de pasos para poder ponerme a su lado y caminar con él hacia el interior del edificio principal del instituto. — ¿Vas a la biblioteca?

— No. — respondió con frialdad. Sabía que estaba cansado y que no estaba en Seúl sólo para acabar sus estudios como había dicho a todo el mundo. Yoongi mentía, y mentía bien, pero no podía competir contra mi intuición femenina y mi imaginación. Las últimas semanas únicamente se dedicaba a dormir en todas las clases posibles, en cualquier lugar y a cualquier hora. Había días que ni siquiera se presentaba porque se quedaba durmiendo en casa. En el fondo, no podía evitar preocuparme. Quizá Yoongi era ese tipo de adolescente nocturno, esas criaturas que duermen de día y estudian de noche, o que juegan en su ordenador hasta la madrugada. Pero sabía que había algo más, y quería descubrirlo. No era por la curiosidad o el morbo, era porque Yoongi era mi mejor amigo y necesitaba saber si podía ayudarle en algo, aunque fuera en conseguir que se follara a la Zorra número dos. Bueno, eso no sería tan difícil, ¿no?

— ¿Vas a la biblioteca a dormir? — Yoongi hizo una mueca, pero no me contestó. Yo le seguí sin saber a dónde se dirigía, con la carpeta pegada al pecho y caminando cerca de él, un par de pasos por detrás. Vi a varias personas ir en dirección a la biblioteca; nuestro profesor de historia no había venido aquel día y todo el mundo deseaba aprovechar aquella hora muerta para estudiar un poco más. Las pruebas de acceso a la universidad estaban a la vuelta de la esquina y nadie se podía permitir bajar su rendimiento. — Hey, Yoongi. — vi cómo giraba en dirección contraria. — Yo me voy a estudiar.

— Vale. Lárgate.

Enarqué una sola ceja, con aire escéptico. — ¿Estás en tus días, cielo?

Suspiró, frotándose la zona de los huesos de la nariz con hastío. Se despidió con un gesto apático de mano y se dio la vuelta, aunque fui lo suficientemente rápida como para agarrar su muñeca y tirar de él con suavidad. Murmuré un ''espera'' apresurado y me coloqué de nuevo a su izquierda para caminar junto a él, siguiéndole porque a) no quería quedarme sola en la biblioteca, y b) me intrigaba lo que podía ocurrir a Yoongi. Todo el mundo decía que era una egoísta, que no tenía sentimientos, y ahí estaba, con Yoongi, intentando adivinar qué le ocurría las últimas semanas. Si de verdad fuera egoísta, ¿me preocuparía por él? ¡Vivo tan estereotipada...!

Me di cuenta de que se dirigía hacia nuestro aula cuando terminamos de subir al segundo piso del edificio. Yoongi -por primera vez en meses- sacó las manos de sus bolsillos y se encargó de abrir la puerta corredera de la clase con aire de estar harto de todo y de todos. Le seguí de cerca, vi cómo se sentaba en su sitio de siempre al lado de la ventana y yo dejé la mochila en la mesa de al lado, en mi sitio original. Echaba de menos estar sentada ahí.

Dispuesta a estudiar, arrastré la silla por el suelo y me senté en ella. Abrí mi mochila, saqué un par de libros, cogí mi carpeta y extendí mis apuntes por el pupitre de madera oscura. Eché un vistazo a Yoongi, que había estirado los brazos sobre la mesa.

— ¿Te pasa algo? — pregunté en bajo. Tan en bajo que apenas me escuché a mí misma. — ¿Vuelves a tener dolor de estómago?

— Sólo quiero dormir. Estoy cansado.

First Love » Suga; BTS✔ ¡Segunda parte ya a la venta!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora