4.-Sobre el hielo

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Mierda. Acabo de perder a Yurio, ahora quien me va a salvar de la compañía de la espantosa Marie. Pensaba Victor mientras buscaba por el lugar. Su padre lo había llamado a saludar a los anfitriones, pero el se excuso en que tenia que ir al baño. Estaba ocupado buscando a Yurio que no se percato de que su padre lo había encontrado.
-Victor, ven aquí ahora mismo.
-En seguida voy padre- tal vez aun tenia tiempo de encontrar a Yurio y...
-Ahora mismo Victor- dijo su padre con voz severa.
El no tuvo mas opción que ir. Al llegar con los anfitriones pudo apreciar a la familia. El rey, la reina y la tan mencionada Marie. Ella era justo como pensaba. Egocéntrica y altiva a mas no poder.
-Príncipe Victor, es un placer recibirlo en el palacio. Estos son mis padres.- decía mientras hacia una reverencia hacia el.
El hizo de mala gana una reverencia también.
-Muchas gracias por recibirnos, es un honor estar en su palacio.- dijo mientras ponía una falsa sonrisa en el rostro.
Estaba por irse excusándose en que debía ir a buscar a su sirviente cuando de pronto llego un chico de piel de porcelana, con unos enormes, hermosos, tiernos e inocentes orbes achocolatados con el cabello revuelto cayendo sobre el de una forma atractiva mostrando una sonrisa cálida y tierna.

Genial. Pensaba el príncipe Katsuki cuando jugando con Pichit había manchado su elegante traje de comida. Gracias a aquel juego sus cabellos estaban desordenados también. Iba a limpiarse y arreglarse cuando de pronto vio que sus padres estaban con su hermana saludando a dos personas a las cuales no veía bien. Supuso que por educación debía ir a saludar primero y luego asearse. Se acerco al lugar, iba a saludar con una sonrisa pero entonces la voz de su hermana lo detuvo.

-¡¿Que es lo que crees que haces!?
Me estas avergonzando delante de nuestros invitados. Vete de una vez plebeyo, tu no tienes derecho de saludar a un rey.
Estaba escuchando mal acaso. Su propia hermana lo estaba negando como su hermano.

-¿D-de que hablas? Si yo soy tu hermano, también debería de presentarme...-decía sin creer lo que su hermana le decía.

-Has lo que se te ordena plebeyo- dijo su padre con voz severa.
El no podía creerlo. Busco la mirada de su madre en busca de apoyo, pero ella desvió la mirada. Entonces se dio cuenta de que estaba solo. En su interior siempre quizo creer todo iba a cambiar, que algún día sus padres le darían la atención que merece como su hijo, pero eso solo eran mentiras. Al sentir la cruda realidad no pudo mas. Lagrimas brotaron de su rostro sin poder detenerlas. El se fue corriendo en busca de el único lugar que le daba fortaleza: la pista de hielo.

Mientras esto sucedía el de cabello platinado estaba que no se lo creía ¿Como es posible que tu propia familia te rechaze? Su corazón se había roto al ver lagrimas de cristal brotando de los ojos de aquel tierno pero atractivo pelinegro.
No sabia muy bien porque pero le gustaba que el pelinegro sonriera y al verlo llorar sentía la necesidad de protegerlo para que no derramara mas lagrimas.
Ignorando completamente a su padre que le gritaba el corrió a alcanzar al pelinegro. Penso que iría a su cuarto o algo así pero en lugar de eso el fue directo a la pista de patinaje. Vio atentamente como este programo la música e inmediatamente se posicionaba en el medio de la pista.
Al empezar el piano vio como el pelinegro se deslizaba sobre el hielo, realizando movimientos cargados de tristeza, dolor y sufrimiento, que se iban quedando atrás al avanzar la secuencia de pasos para dar lugar a sentimientos nuevos mientras las lagrimas corrían por sus mejillas. Era el espectáculo mas hermoso que había visto, era como si el cuerpo del menor creara la melodía al son de sus pasos. Verlo era como despertar. Inspirado por el japones, Victor rápidamente tomo unos patines y se metió a la pista a patinar con el, pues el también desahogaba sus penas en el hielo.
Yuri Katsuki estaba completamente centrado en sus sentimientos y en su rutina, hasta unas manos en su cadera hicieron que saliera de su trance. Al voltear vio a un atractivo joven con el pelo color plata y  ojos azules que resaltaban con el traje azul marino que portaba. No sabia muy bien porque pero al ver sus ojos todos sus problemas desaparecieron y solo existían el y el ruso patinando juntos al son de la música.
Victor puso sus brazos debajo de los brazos del japones y los sostuvo con firmesa. El olor a fresas que poseía el japones así como su piel suave creaban una sensación que nunca antes había sentido con una persona antes. Así fue como, sobre el hielo, los corazones de ambos bailaban al compás de la música enamorándose a pesar de que ambos sabían que era un error.

 Así fue como, sobre el hielo, los corazones de ambos bailaban al compás de la música enamorándose a pesar de que ambos sabían que era un error

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Hasta aquie el fic. Espero que les guste. Como hoy subi dos capitulos tal vez y tarde un poco mas el proximo capitulo. Hoy me llego la iluminacion. Sera la venganza de Marie, y la continuacion del otayuri. Gracias por su apoyo. Nos leemos a la proxima.
Aproposito estoy trabajando en otro fic, esta en mi perfil si pudieran seguirlo se los agradeceria muchisimo.

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⏰ Última actualización: Jan 10, 2017 ⏰

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