*~Capitulo 23*~

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Ella se levantó con cautela, la alarma mañanera sonaba en su celular, hoy, era día de escuela. Volteó a su lado y sonrió al ver a Harry a su lado, él por su parte, permanecía dormido. Ella por primera vez podía verle el rostro relajado, sus facciones descansaban, sus ojos no se oscurecian y sus frente estaba lisa, sin el ceño fruncido y sus labios rosados carnosos estaban inmóviles, sin decir groserías como acostumbraba. 

Se puso de pié, permanecía desnuda, caminó hasta el armario de Harry y silenciosamente lo abrió, estaba sorprendida, sus pantalones estaban lisos y perfectamente acomodados entre las cómodas, abajo pocisionados todos sus pares de zapatos, pasando por botas, zapatos de gala, y zapatillas deportivas, era increible, tenía como 20 pares, sus camisas corgadas una tras otra, todas olian a él. Cogió una de color late y se la echó por encima. Era enorme, tanto, que le quedaba casi como un vestido hasta los muslos. Volteó hacia Harry, él seguía durmiendo. Se volteó y abrio uno de los cajones, había calcetas y boxers, ella se sonrojó levemente, no acostumbraba a husmear la ropa interior, menos la de un chico. Pero esta era una urgencia, su ropa interior estaba tirada por el suelo, no se la volvería a poner, asi que saco un boxer de harry y se lo puso, obviamente le quedaba extremadamente grande pero algo era algo. 

Bajó las escaleras en forma de caracol, la casa era realmente asombrosa, todo lucía en un perfecto orden, sus sillones negros, su alfombra de un blanco brillante, como si nadie jamás la hubiese pisado. Su plasma estaba ahí en un mueble tambien negro, las ventanas impecablemente trasparentes, la cocina estaba más allá con una mesa en el centro y muchos mueble por encima de la cabeza. 

Tomó dos panes y los puso en la tostadora, abrio el refrigerados y todos los alimentos estaban ahí, era todo muy fresco, como recien sacado de un super y los vegetales del campo. Saco la jarra con jugo y sirvió un poco en un vaso cristalino. Cogió la mantequilla y la dejo sobre el mueblre. Tomó un par de frutas, manzanas, peras, uvas, una taja de melón y una de sandía, naranjas y fresas. Las puso sobre la mesa también, buscó un cuchillo las peló y comenzó a picarlas en trozos sobre un bol. 

-No sabía que cocinabas- habló Harry ronroneando sobre su oreja, ella se sobresaltó

-No te escuché bajar- habló pestañando rapidamente -Son solo un par de tostadas y frutas, lo puedo hacer-

-Perfecto. En cuanto a no escucharme, no me sorprende, estoy detrás de tí desde que abriste mi refrigerador- ella abrió los ojos como platos -No te sorprendas, suelo ser callado- le giñó un ojo

-Pero...eso fue hace...-

-Y por lo que veo te quedan erfectas mis camisas- rio él y ella se sonrojó

-No tenía nada que ponerme- habló en silencio

-Me di ceunta, debo admitir que te ves muy sexi en camisa de hombre- dijo este mordiendo su labio 

-Supongo- habló ella -¿Desayunas?- le preguntó

-¿Me quieres hacer comer fruta?- le cuestionó mirando la fruta en el bol -No como frutas hace años- habló -Estaría bien- sonrió y se sentó en la mesa de más allá 

-Espera- habló ella -No vas a comer si estás así- le apuntó

-¿Así cómo?- preguntó confundido 

-Harry...estas...estas...-

-¿Desnudo?-

-Joder, sí- 

-Soy libre, nena- 

-Ve a ponerte al menos un boxer Harry porfavor- Ambos rompieron en carcajadas -Ya... es enserio- 

-Okey, okey- bufó -Jamás me habían dado órdenes- le sonrió de medio lado desapareciendo por la puerta hasta la escalera. 

Ella se volteó para acomodar la fruta en dos platos pero un papel por detrás de la puerta le llamó la atenció. Miró atras de ella peor no estaba ahí Harry. Cogió el papel que estaba en el suelo. En él, estaba perfectamente escrito 'Harry' abrió la nota y esta decía 'El frió te congela, cuando vuelves a casa todo cambiara, la roja sangre brota del corazón roto ¿No es mucho? 'M' ' 

El mercader de la muerte #1 (H.S) |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora