*~Capitulo 30*~

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*Harry*

-¿Qué demonios te paso esta vez?- Me reprochó el médico, le dejaba tratarme así porque era un viejo amigo, y me habia salvado la vida unas 10 veces. 

-Vamos, solo atiendelos, luego te cuento- Le contesté. Sky había ingresado hace unos minutos en una camilla, permanecia inconsciente. En cualto a Louis aún lo tenían junto a mí. 

-Vale. Permite revisar primero al chico...-

-Louis- Completó él

-Claro, Louis- Sonrió -Vamos, es importante sacarte esa bala del brazo ahora mismo- 

-La verdad, me gustaría que revisaras primero a Skyler, ella viene peor- Contestó Louis, luego me miró y me dirigió un asentimiento de cabeza. 

-¿Que opinas Harry?- Preguntó en mi dirección. Y yo, la verdad, es que no sabia qué contestar. Sí, quería que revisaran a Sky, pero también quería que revisaran a Louis, gracias a el estabamos vivos, y Sky fuera de peligro. Entonces, a pesar de que me podía quedar el remordimiento respondí 

-Por ningun motivo- Louis se sorprendió. Giré en su dirección -Gracias a tí ahora estamos vivos-

-Pero...- se adelantó Louis 

-Pero nada, Sky es fuerte. La conozco- contesté, no estaba seguro, pero tenía el presentimiento de que ella hubiera querido eso.

-Vale. Bien cabeza hueca, entonces a quitarte esa bala- 

-¿Puedo estar con ella mientras tanto?- Me apresuré a preguntar. 

-Claro, pasa, pasa- Respondió animoso mi buen amigo, doctor. 

Entonces, me dirigí al único cuarto de urgencias que estaba ocupado. En realidad, solo era una camilla separada en sus cuatro esquinas por unas cortinas azules. Un par de cosas como oxígeno, y el colgador de sueros. Entré. Y la ví. Nuevamente estaba en una camilla de hospital.Y nuevamente era mi culpa. No pude salvarla una vez. Ni tampoco esta. Y era ahora cuando me sentía realmente un inutil, no pude ayudarla. Me arrepentía de haber peleado con ella ayer por la mañana, aunque también era su culpa. Y ese maldito idiota de Chaz, solo quería matarlo a trompadas por idiota, ¿que acaso, no se daba cuenta de la maravilla de hermana que tenía?

Ella estaba inmovil, tenía removida su blusa, dejando a la vista su estómago y parte de su corpiño. Unas cosas estaban pegadas a su pecho, segí el rastro de estas con la mirada y se trataba de la maquina que hacia el ruido molestoso. El famoso *Pip-pip-pip* Por lo que a mi parecer era, todo estaba normal, su corazón latía que era lo más importante y ya casi no había sangre. Miré mi camisa, estaba manchada hasta parte de la muñeca, y mis manos olian a la misma.

Su rostro estaba relajado, su boca ligeramente entre abierta, su mejilla derecha seguía roja. La acaricié con mis nudillos. Dios, ella era el pecado mismo. Era peligrosa para mí, pero era a la vez, imposible de resistir, y era confuso. Antes. Todo era genial, mi vida era loca. Armas de aquí para alla, charla con mis amigos, cervezas, incluso habían noches dónde nos escapabamos a los club's nocturnos a follar a las putas. Y todo se sentía de puta madre. Ahora. Ahora, todo era una locura. Pensaba en matar, sí, pero en el sentido de protegerla de este mundo, ya he vivido en él, y no es para ella. Definitivamente. De alguna manera, sentía que la había hundido al más profundo agujero negro, y a pesar de eso, no me arrepiento de haberla secuestrado, no me arrepiento de haberla usado para llegar a la venganza, y no me arrepiento ni me arrepentiré de haberme enamorado loca e irrevocablemente de ella. 

-Te golpeo fuerte cupido- El doctor habia entrado y me había echo sobresaltar 

-Me asustaste- le respondí, evadiendo la pregunta. 

El mercader de la muerte #1 (H.S) |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora