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El frío. Sentía que estaba acostada en hielo.

Mi espalda. Ya no la sentía, me dolía todo.

¿Qué pasó?

Intenté abrir los ojos, pero me era muy difícil. Cambie de posición lo cual no fue muy buena idea, sentía agujas  en mis pies, piedras en mi espalda, hielo, frío en todos lados.

Hice un esfuerzo y abrí los ojos. Estaba en un espacio cerrado, como en una habitación con luces blancas. Paredes blancas. Todo era blanco, menos una cosa en una esquina. Intenté pararme,  lo cual, como todo, no fue buena idea. Me estiré y todos mi huesos sonaron y los músculos se estiraron. Mi estómago crujió. Estaba famélica.


Me acerqué a la cosa negra de la esquina. Después de observarla por un  rato descubrí que era una cámara. Que confianza le tiene a una prisionera  que esta en una habitación sin salida...


- ¿Qué tal la siesta?-   

Me sobresalte, eso no me lo esperaba. Era una voz metálica.

-¿Tienes hambre?-

 No contesté ninguna pregunta.

-Debes esta fameli..

- ¿Donde estoy? ¿Quien eres? ¿Qué quieres?- lo interrumpí. A pesar de estar cansada y que me dolía todo y no hablaba hace mucho,  mi voz salió firme. 

Hubo una gran pausa.

-Estas donde perteneces, ahora yo soy la persona en quien más tendrás que confiar y...


- ¿Desde cuándo estoy aquí?- pregunté.


 - Ufff esto si que nos va a cost..


-Respondeme! - grité,interrumpiendo otra vez, mi paciencia era poca.


Silencio.

Nadie contestó. 

Me sentía sola. Me había mudado para comenzar una nueva vida, una vida feliz,  no una vida triste y sola, eso ya lo pasé. No me había dado cuenta de que estaba llorando. Me senté en el piso frío y duro, y les deje el paso a muchas más lagrimas. Nunca antes había sido tan débil.

Cerré los ojos y me quedé dormida.



Sam... lobos... bosques... mamá... papá... Todo apareció en mi sueño. Por  alguna razón los extrañaba. ¿Que voy a hacer ahora?. 


Algo me despertó, un ruido de una puerta. Para mi sorpresa si había una puerta en esa habitación, solo que no se veía. También noté que  ya no estaba sola.

Ahí estaba la persona más estúpida del planeta, y yo estaba en la misma habitación que él. Recorrí con la mirada su cuerpo. Sus pies , zapatilllas negras. Sus piernas, pantalones oscuros. Su pecho, con una campera larga. Sus brazos, eran muy grandes. Su cuello... Y finalmente... Su cara. 

Maldito desgraciado...



WILL.


- Ven y siéntate en la mesa- fue lo único que dijo.

No quería hacerle caso. Pero quería repuestas. Me levanté y me senté en frente de él.

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⏰ Última actualización: Jan 26, 2017 ⏰

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