Capítulo 5.

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El capítulo contiene Aguslina y Liana.

Agustín Bernasconi.

Buenos Aires, Argentina

Me subí a mi precioso Lamborghini, ¿Quién tendría un auto común y corriente sí puedes tener los mejores? Todos mis amigos tenian uno, y es que a nosotros nos pagaban demasiado bien.

Me puse mi cinturón y partí, frené en un semaforo y sonó mi teléfono, contesté y lo puse en alta voz.

-Agustín, ¿partiste? -Preguntó Victor de la otr línea, su voz sonaba estresada y con un poco de ira ¿y ahora qué?.

-Sí. -Dije arrancando el auto cuando se puso en rojo. -Estoy que llego dónde mi preciosa Carolina. -Hablé elogiando a la desconocida, aunque no la conocía aún.

-Vuelve. -Ordenó sonando estresado, sentí como alguien alegaba. -¡Cállate! -Exigió Victor.

-¿¡Qué!? -Dije frenando en una esquina, tomé el volante y lo golpeé con mi dedo tratando de no arrancarlo.

-Vuelve. -Repitió tratando de ser paciente.- Lio tenía que ir contigo y llegó tarde porque se quedó dormido. -Dijo enojado. Se escuchó como detrás Lionel alegaba nuevamente, no le dí importancia, esto es un asunto serio y lo menos que hacía él era tratar de madurar un poco.

-Puta madre, voy a matar a Lio. -Hablé, para después colgar.

Encendí el auto de nuevo y arranqué, dirigiéndome a la agencia otra vez.

-Hermano, gracias por volver, Victor estaba que me mataba. -Dijo el rubio llegando, abrió la puerta de mí auto entrando. Sinceramente no sabía porque Lio venía conmigo en mi auto, él tenía su propio Lamborghini.

-Y de mí no te salvas rubio oxigenado -Dije enojado, apartando los lentes de sol de mis ojos.

-¡Dios! Un día que llego tarde y ya me quieren matar. -Dijo en tonó dramático.

-Dame la razón por la cuál llegaste tarde. -Dije arrancando de nuevo el auto, poniendo mis gafas de sol para no cegarme.

-Una joda buenísima anoche, no podía faltar -Levantó sus manos en forma de defensa.

-Ni me invitaste. -Hablé ofendido, manejando por las calles de Argentina. -Y, ¿Habían chicas lindas? -Pregunté casual, sólo estaba tratando de sacar un tema de conversación.

-Ni te imaginas, habían rubias -Hice una mueca de desagrado, no me gustaban mucho las rubias podía asegurar que con las que había ido a la cama era porque no estaba muy conciente de lo que hacía. -Pelirrojas, morochas... Éstas estaban una bomba, ni te imaginas todas estaban muy sex... -No termino de hablar cuando frené y se quedó embobado mirando algo.

-¿Que paso? -Pregunté, pero no me respondía, gire mi cabeza y me encontré con una morocha hermosa, el viento golpeaba su rostro haciendo que su cabello se elevara entre los aires, sus ojos eran verdosos con matices grises, sus labios, ¡Dios sus labios! Eran rosados, carnosos, me pedían a gritos que los mordiera mientras la hacía mía.

Cuándo el sonido de mi celular nos saca de nuestros pensamientos perversos, contesté y lo deje en alta voz.

-¿Llegaron? -Preguntó Victor de la otra línea.

-Sí... -Contestó Lio todavía embobado por la morocha acompañada de un pelirroja bajita.

-Ok,  atrás les deje 2 sobres con los nombres respectivos que le tocará a cada uno, los abren y sale la foto de la víctima.

La Misión | Elenco de Soy Luna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora