Capítulo 11.

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Aguslina.

Todos iban subiendo a sus respectivos cuartos, pero Lionel detuvo el paso de Agustín antes de que este pudiera entrar a su respectivo cuarto.

-¿Agus te puedo pedir un favor? -asintió. -Pero prometeme que me dirás que sí.

-Depende de lo que sea muñequita. -Dijo en tono serio, cruzó sus brazos sobre su definido cuerpo.

-¡Te he dicho miles de veces de que no me digas así! -Contestó Lionel fuerioso, miró hacia los lados y dijo: -Bueno el favor es que... -Se detuvo y cerró los ojos -Me dejes dormir con Carolina ésta noche.

-Jodete. -Dijo serio Agustín y negó con la cabeza.

-¿¡Por qué no!? -Susurró por lo bajo, mirando con anhelo la puerta de la castaña.

-Porque esto es para proteger a las chicas, no para follar con ellas Lionel, que tal si te encuentras follando con ella a mitad de la noche y llegan los guarde-espaldas del hijo de puta de el Blanco, ¿eh? ¡contesta maldición! -quizás debía de empezar a escuchar su propio consejo, deseaba tener a aquella chica.

Lionel lo tuvo en cuenta, pero es que aquella morocha lo ponía duro, de tan solo pensar en tocar su suave piel y besarla por todo su cuerpo. Se había jodido, no tendría ni una noche de sexo con aquella chica en paz, además de que Agustin no le quitaría el ojo de encima, como león que cuida con máximo cuidado su presa.

-¡Joder! Solo hoy, no creo que lo secuaces de el Blanco vengan hoy. -Dijo suplicando, su boca se formó en un puchero.

-¡No es no! -Dijo frunciendo el ceño para luego irse de ahí.

Entró a la habitación sin tocar la puerta, no estaba acostumbrado, cuando entro quedó paralizado. Lionel el puto de Lionel tenía razón. Esa morocha era realmente sexy y es que cuando entró vio la mejor imagen de su vida.

Carolina, dandole la espalda sacándose su ropa sensualmente como si supiera que Agus estaba ahí , sí, se había jodido, aquella morocha no se dejaría tocar tan fácilmente , ¡Tiene un carácter de los mil demonios! Apesar de que parece un ángel por fuera.

Después de que quedó completamente desnuda, abrió un armario, Victor preparó todo y trajo la ropa de cada chica, se puso un piyama realmente sexy, pero antes se hecho una crema, excitante y exquisita, todo sin darse cuenta de la presencia de Agustín, este chico tenía una gran erección, el pantalón amenazaba con romperse en su parte de de masculinidad.

La chica se dio vuelta para encontrarse con la mirada penetrante de Agustín, se sobresalto ¿Habrá estado ahí todo el rato?.

-Qué haces. -Dijo nerviosa aunque no demostrandolo.

-Mirandote. -Dijo mas que obvio.

-¿Llegaste hace mucho? -Pregunto realmente preocupada, en su larga ducha pudo recordar de que ya NO era virgen. Sí, y no lo era desde los 16 años, solo que nunca pudo recordar con claridad... Pero ahora cayó en aquella cruda realidad, al menos se sentía aliviada de no habérseles entregado a Felipe, un chico realmente acosador. Claro esta de que tuvieron relaciones pero nunca le entregó su virginidad por que ya no lo era.

-Digamos de que tuve el placer de verte desnuda delante de mis ojos. -Dijo totalmente excitado con su pupilas dilatadas.

-Bueno podrías haber avisado -Dijo molesta, acomodó su pijama.

-¿Para qué así de taparas? No soy tan estúpido. -Dijo acercándose.

-No es cosa de ser estúpido o no, es cosa de ser caballeroso y no parecer un acosador sexual. -Agus sonrió y se empezó a acercar. Carolina parecía un corderito al mirarlo con un brillo de miedo e inocencia.

Ella se alejó pero hubo un segundo en el que no pudo más, quedo acorralada entre la pared y el cuerpo de Agustín.

-Eres jodidamente sexy, ¡Maldito Lionel, tenía razón! -Dijo susurrando en el oído de la chica, quien ya podría sentir la erección de él si problema alguno y se sentida totalmente excitada, aunque se negará a creerlo.

-¿Quién es Lionel? -Preguntó con la respiración agitada, gimio al sentir los labios del chico en su cuello, jugando con piel sensible.

-El rubio ojos verdes, le gustas pero tú serás solo mía. -Sin más que decir la agarró de los muslos haciendo que ella enrrollara su piernas en las caderas de él , se besaron con desenfreno y pasión, hasta que ella cayó en la realidad, se separó y él la miró confundido.

-No, no vamos a hacer nada. -Se bajó de él y se metió en su cama.

Él la siguió y se sentó a su lado.

-¿Por qué no? -Pregunto todavía agitado.

-Simplemente no. -Respondió dandole la espalda, sintió un escalofrío al recordar los besos del morocho en su cuello y como sus labios de rozaban.

-¡Vamos! -Dijo él, insistiendo desesperado.

-¡No es no! -Dijo ya alterada, no quería obsesionarse una vez probándolo.

-Te gusta calentar, para después hacer eso ¿verdad? Eres una maldita perra. -Se paró y se fue al baño dando un portazo.

¿Que había dicho? En resumen que era una puta calienta miembros.

Eso no se queda así, verá bien que es ser una puta que anda calentando a hombres por la vida.

(...)

😴.

Tengo frío we, estoy con mil cosas encima mío, típico viniendo de mi❄⛄.

♡[Si ves alguna historia con el mismo título y/o trama y en ninguna parte dice "adaptada" avísame, me están plagiando.]♡

-Voten y Comenten.

-javiii lxs ama♡.



La Misión | Elenco de Soy Luna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora