Capitulo 12: Un orfanato en llamas

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La noche fue igual que otras, Kim lloraba abrazando la almohada lo más despacio posible para no despertar a nadie alrededor. El camarote en el que dormía se movía mucho y cualquier fluctuación inusual despertaría a la criatura que dormía en el colchón de abajo. Lograba distinguir en la oscuridad la cama de su amiga, esta dormía con una sonrisa en el rostro, no le había contado lo que le había pasado ese día. Sabía que si se lo decía las cosas irían a peor, de todas formas solo le quedaba lamentarse y llorar en el silencio de la noche. Sus atacantes no tuvieron mucha conciencia en lo que le habían hecho, aún tenía heridas en su espalda y caderas por la enorme brutalidad con la que lo atacaron. Nadie sabía que aquella fue la primera vez que el gato había mostrado una faceta completamente ajena a este mundo, lo único que supieron fue que a la mañana siguiente el cuerpo de los 4 muchachos apareció sin cabeza y con el cuerpo irreconocible por las heridas. A los niños se les llevo a la parte delantera del orfanato para que no vieran el baño de sangre que había en el patio trasero, la policía llegó y entró disimulando una inspección de rutina aunque esta vez fueran una decena más de lo común. Kim y Gaby jugaban entre ellos con felicidad, el felino no sabía lo que había hecho, por lo tanto seguía con algo de miedo, pero al mismo tiempo feliz de no haber obviado la extraña ausencia de los muchachos que lo habían atacado la tarde del día anterior.

¡Kim! Hoy es día de adopciones... ¿te imaginas que nos adopten a ambos al mismo tiempo? — Preguntó sentada en una banca, sus manos descansaban con ternura sobre las de su amigo, este la miraba sonrojado pero sin alejar sus manos de ella.

Seria genial... realmente... sería algo muy lindo poder vivir con la misma familia — Musitó con algo timidez la criatura, regalándole una sonrisa a su amiga que lo miraba con cariño. Al decir esto fue rodeado por los brazos de Gaby, Kim con algo de timidez correspondió al abrazo descansando su mejilla en su hombro, podía sentir un calor recorrer su espina, un calor que había sentido otras veces cuando su amiga lo abrazaba, pero era la primera vez que lograba sentir esto con tanta fuerza.

Los niños fueron sorprendidos por unos policías que se comenzaron a llevar a algunos pocos a hacerles unas preguntas, Kim y Gaby se quedaron hablando mientras a sus compañeros se les preguntaba la última vez que habían visto a los muchachos, se trataba de buscar información con respecto a algún posible asesino. Para su mala suerte ninguno sabía nada, y tal y como inicio la extraña muerte de los chicos, fue la manera en la que terminó. Se estableció que fue un asesino que se encontró con los niños mientras estos de manera irresponsable se encontraban en el patio de atrás bromeando y jugando a altas horas de la noche, se buscó al asesino por un largo tiempo pero al final nunca se dio con algún posible sospechoso.

A los niños se les permitió volver a jugar en cualquiera de los dos patios del orfanato, Kim y Gaby aguardaban emocionados sentados en unas sillas frente al vestíbulo principal. Había una gran cantidad de adultos mirando a los niños, un par de ellos se acercaron a los felinos.

¿Cómo se llaman pequeños? — Preguntó una cierva de unos veintitrés años. Tenía entre sus manos un bolso de cuero sintético y su mirada reflejaba una profunda amabilidad. A su lado se encontraba un ciervo de su misma edad.

Este es mi mejor amigo Kim... Kim Eterios, y yo soy Gabriela Leios — Declaró animada y sonriente la niña colocando su mejilla en el hombro de su amigo, este escondía su mirada en sus manos con mucha vergüenza y timidez.

Que lindos nombres... aunque más parece tu novio que tu mejor amigo niña — Dijo con una sonrisa bromista a la felina, esta rió con inocencia y asintió sin que se diera cuenta Kim. El cual al oír esto se escondió aún más tratando de esconder el rubor de sus mejillas.

RF - Desentierro de memoriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora