― ¿Alma? ― La voz de su hermana la apartó de los pensamientos ― ¿Escuchaste lo que dije?
― ¿Qué dijiste? Respondió lacónicamente.
― Dije que si no te parecía maravilloso que viajemos justas como en los viejos tiempos. ¿Recuerda cuánto nos divertíamos?
La muchacha la miró sin levantar la cabeza del respaldo del asiento. Sus memorias de los viajes familiares no eran tan positivas como los que su hermana mayor tenía en mente.
El auto de su padre era una cafetera, sin aire acondicionado y con la velocidad de una tortuga. Las vacaciones eran un martirio y la salida, que usualmente llevaba seis horas, a ellos les llevaba doce horas. Si no era un neumático roto, el motor se recalentaba y debían estar varados a un costado de la ruta hasta que su progenitor, en medio de insultos y blasfemias, lograba solucionar.
― Si. Muy divertido. ¿Cuánto tardaremos en llegar?
― ¿Salimos hace dos horas y ya preguntas cuando vamos a llegar? ¡Si que eres impaciente, cuñadita!
Según Leo, el trayecto les llevaría unas nueve horas si mantenía un paso acelerado y la autopista no estuviera abarrotada. Alma miró su reloj, eran las seis menos cuarto de la mañana y les quedaban bastantes kilómetros por recorrer. Ella cerró los ojos por un momento y dejó que mi mente divagara. Los recuerdos traicionan su estabilidad emocional y la llevaron a pensar a las horas cruciales que romper con la promesa que no se embarcaría en aquel viaje ni por todo el dinero del mundo.
۸۸۸
Un día después del la cena, Alma se reunió con su editora. Ambas se encontrarían en la oficina de la experimentada profesional donde le presentaría un manuscrito para contentarla: la historia de amor entre dos jóvenes cuyas familias se oponen a su amor. Alma sabía bien que era algo trillado pero intentaría convencerla de que sería un éxito y así me ganaría más tiempo para pensar algo mejor.
Antes paró en un Starbucks por un espumoso capuchino. En la fila, observó con atención a los clientes, ese era el maldito hábito de escritora que debía cargar; como si mentalmente necesitara establecer un marco, familiarizarse de manera efímera con las personas con quienes compartía el espacio. Estaba parada en una fila, tenía tres personas adelante, unas jovencitas de no mas de quince años quien sostenía una revista para adolescentes. Nada fuera de lo común en sus comportamientos, sólo reían y hablaban con un dialecto propio de su generación cuando de pronto algo en su charla llamó su atención.
― ¡No inventes!
Chilló una delgada morena de ojos cafés.
― ¡No lo hago! Aquí dice eso.
Exclamaba la jovencita que sostenía la revista.
― ¡No van a casarse, tonta! ¡Eso es sólo para promocionar la película!
― Mira y comprueba ― La morena abrió la revista de par en par dejando ver una nota en la parte central y leyó ― La flamante pareja de actores Thomas Levington y Elizabeth Gray confirman que su boda se concretaría a fin de año en una hermosa playa de Mikonos.
― Hacen una linda pareja. Al menos Lizzy es más bonita que esa escritora amargada con la que Tom salía. ¿Cuál era su nombre?
Alma sintió que un nudo le cerraba la garganta, se sentía humillada por esas extrañas jóvenes quienes osaban a criticar su persona sin siquiera conocerla.
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A Primera Vista
Romance¿Cuáles son los motivos que llevan a una joven escritora a abandonar las comodidades de la gran ciudad para adentrarse a un pueblo en el medio de la nada? La respuesta para Alma Guerrero, esta ligada a desprenderse de un amor no correspondido. En...