¿Qué es la fe?

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Javier era un joven que vivía en la ciudad española de Plasencia, alto, pelo moreno y bien peinado, siempre vestía bien, no solo de marca, pero siempre bien, era católico, acudía cada día al seminario pues su sueño era llegar a ser sacerdote. Era buena persona, a veces tal vez demasiado y en su interior siempre había tenido dos mitades luchando entre sí en el tema religioso, por una parte creía en dios por encima de todas las cosas, pero por otra no le gustaba la radicalidad que veía en ciertos sectores de la iglesia católica, y mucho menos en la radicalidad que cada vez se extendía mas en el mundo de las religiones. Soñaba con un mundo unido en la variedad, cada uno con sus creencias pero siempre con respeto hacia el resto, un mundo en el que las personas dejaran de morir en nombre de algún dios, en el que lo sagrado no volviera a ser manchado de sangre, estaba convencido de que eso era posible aun sabiendo que el mundo cada vez iba a peor, algo que a él mismo le dolía incluso a veces le hacía dudar de su propia esperanza pues todo le daba razones para ello.

Un buen día soleado del mes de abril, por la tarde temprano el joven acudió a una audiencia que tenía para charlar con el sacerdote de su parroquia, lo había conseguido gracias a los contactos que había ganado en el seminario. Javier entro a una sala en el interior de la iglesia donde le esperaba el padre Andrés, un hombre mayor, de avanzada edad, sin pelo y con algunas arrugas en la cara a pesar de un rostro amable. El chico se sentó en una silla para disponerse a charlar amistosamente.

- Dime hijo, ¿Por qué querías verme? – pregunto interesado el párroco.

- Porque a veces tengo dudas padre, veo como el mundo vive sumido en el pecado, los asesinatos y las violaciones se suceden en un terreno de caos incontrolable y dios no lo impide, ya no sé qué pensar y a veces me pregunto ¿Qué es la fe? – hablo el chico con tono serio.

- Difícil cuestión me pones en el camino hijo, yo mismo me he preguntado estas cuestiones a veces y no existe una respuesta concreta, cada religioso te dará una respuesta, cada religión encontrara una razón a su fe pero si existe una verdadera se encuentra solo en tu interior Javier. ¿Qué es la fe? Muy sencillo, la fe eres tú, es tu visión de lo bueno y de lo malo, tu forma de ver a dios ante el mundo, pero ni por un segundo pienses que tener fe es lo mismo que creer en dios porque entonces estarás equivocado. Busca en el interior de tu alma y encontraras la respuesta a por qué haces lo que haces, por qué eres lo que eres o por qué crees en lo que crees.

- ¿pero por qué dios no ayuda a mejorar el mundo? ¿por qué se cruza de brazos mientras millones matan en su nombre?

- Porque él no cambiara el mundo, tan solo nos juzgara en otra vida, lo que las personas hacemos en la tierra tan solo nos pertenece a nosotros, son nuestros actos los que decidirán nuestro futuro en la muerte, tan solo tú puedes definir tu camino.

El joven asintió y admitió los consejos del sacerdote, la conversación se alargó un rato más hasta que casi hubo anochecido y después de ello Javier se marchó a su casa a dormir, a pensar en todo lo que el padre Andrés le había enseñado. A pesar de todo aún tenía sus dudas sobre lo que estaba bien y lo que no y sobre por qué la fe cada vez se alejaba más de su camino.

Al día siguiente se despertó temprano para ir a clase. Durante el desayuno tenía la costumbre de mirar las noticias en la televisión y las de ese día no eran muy alentadoras. Unos terroristas islámicos habían matado a tiros a doce personas en el centro de Berlín, reivindicando la grandeza de su dios antes de ser abatidos a tiros por la policía. Esta noticia había deprimido al chico que ya no sabía que pensar, era católico, sí, pero se había interesado por estudiar historia de todas las religiones y sabía que la comunidad islámica no era así, que por lo general eran gente amable, tranquilos y devotos y que estaban en contra de esos radicales que decían representarlos, pues predicaban la paz y no la guerra que algunos sectores de su fe querían promover. Respetaba tanto el islam como su propio catolicismo y soñaba con un respeto mutuo que cada vez estaba más lejos de producirse por ambas partes.

Paso el día aguantando comentarios despectivos hacia la comunidad arábiga, en clase y en la calle, escuchando como todo el mundo insultaba a personas inocentes solo por tener la misma raza y la misma religión que unos terroristas que falsamente decían representarles. Javier no entendía esto y jamás lo entendería, es como si juzgaran a todos los católicos porque uno de ellos cometiera un asesinato, las cárceles estaban llenas de creyentes de todas las culturas, de todas las religiones, ¿acaso si un cristiano asesinaba a su pareja debían insultarle a él por la calle?, no, era consciente de que nadie le juzgaría porque cierto racismo solo se producía con culturas que no eran bien vistas en Europa por unas razones o por otras.

Esa noche le costó horrores conciliar el sueño, no dejaba de darle vueltas a todo, al poco respeto que existía en nuestra sociedad hacia ciertos sectores y a la forma de generalizar que se tendía a tener a la hora de juzgar a las personas, no podía estar de acuerdo con eso, no podía creer que dios pudiera estar de acuerdo con eso.

A la mañana siguiente repitió el procedimiento, se calentó el desayuno y al sentarse encendió el televisor. Esta vez la noticia era igual de catastrófica aunque vista desde otro prisma. De nuevo en Berlín, un grupo de extremistas católicos habían asaltado una mezquita y matado a golpes a unas quince personas de ascendencia islámica dejando el local pintado con representaciones de la santa cruz. Nuevamente Javier no sabía que pensar, todo esto le sonaba demasiado fuerte, demasiado radical. Agacho la cabeza para mirar al suelo y la levanto de golpe buscando a dios pero no lo encontraba, no estaba allí para darle una respuesta a por que permitía que las personas cometieran tan terribles actos en su nombre. Si dios era paz y amor ¿cómo podía estar su nombre tan manchado de sangre a lo largo de la historia?, si se juzgaba a otras religiones por lo que sus extremistas hacían ¿acaso iban a juzgarle ahora a él por lo que otros han hecho en nombre de su misma fe?

Salió a la calle para ir a clase como todos los días pero nadie hablaba de la noticia del día, todo eran bromas entre sus compañeros sobre otros temas o charlas aisladas, incluso algunos seguían criticando a la comunidad islámica como si todos fueran terroristas sin dar importancia al asalto a esa mezquita, otros incluso defendían esos actos si hablaban de ellos. Javier buscaba en el fondo de su alma y no encontraba el por qué todo pasaba así o por que la sociedad cada vez estaba peor, no podía entender nada de lo que a su alrededor podía observar, todo era oscuridad, el mundo cada vez estaba peor.

El joven decidió ir de nuevo a visitar al padre Andrés esa tarde, esta vez sin cita, no sabía ni si quiera si este se encontraría en la parroquia. Al entrar por la puerta se encontró al religioso al fondo, sentado en uno de los bancos frente al altar mirando al frente, lo saludo y se sentó junto a él, pues el sacerdote acepto de buen grado la conversación.

- Padre, supongo que habrá visto las noticias de lo ocurrido estos días en Berlín – empezó Javier.

- Si, terribles noticias sin duda – respondió el párroco.

- Estos actos han conseguido que me plantee más aún si de verdad dios está pendiente de nosotros, no puedo creer porque permite todo esto, porque permitió que esos radicales islámicos mataran a esas personas o porque miro para otro lado cuando los extremistas católicos atacaron esa mezquita asesinando a aquellos que se encontraban en su interior. ¿Qué mundo es este en el que vivimos padre? ¿hacia dónde nos dirigimos?

- Ni el más sabio podría darte una respuesta totalmente acertada a eso hijo mío, las personas a veces se malogran y cometen actos de pecado tan solo por placer a menudo escudándose en que representan a un dios sea cual sea su religión o sus creencias, es demasiado fácil matar en nombre de un ser superior, es incluso poético para justificar una maldad que por otra parte es injustificable.

- Pero ¿por qué juzgar a toda una comunidad por lo que una minoría ha hecho? ¿Acaso no somos todos hijos de algún dios creamos en el que creamos?

- Porque la sociedad tiende a enfrentarnos desde la creación, las personas tienden a repeler la unión, una unión que por otra parte sería lo más acertado en el mundo cada uno con sus creencias. Puede que algún día el mundo encuentre la paz, deseo de todo corazón que así sea, que no tengamos que preocuparnos por estos temas que ahora nos ocupan, que no mueran más inocentes en nombre de dios. Hasta ese momento hijo mío tan solo debes hacerte una pregunta, ¿Qué es la fe?

FIN

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Caer y levantar (Poesías y relatos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora