Cuando llegué a casa me sentía profundamente confuso con lo que había ocurrido minutos antes, era como el resultado de un sueño pues en mi interior no quería creer que todas las posibilidades de volver a formar parte de una familia se habían evaporado, todo, por dinero.
Sin embargo, mi parte más racional me decía que no debía sentirme culpable, no era mi culpa, nunca la había sido, mi padre era una persona sumamente egoísta, un mal padre y por lo que parecía mi madre se había convertido en una interesada, eso quizás era lo que más me dolía, que mi madre me hubiese mentido.
Cuando entré a mi casa mis compañeros felinos (como era de costumbre) me ignoraron completamente, fue cuando me tiré en el sofá que Andrómeda, la cual o había ocupado ella recientemente tomó asiento a mi lado.
Por un momento me sentí lo suficientemente valiente como para analizar la situación con aire crítico y dejar el modo emocional a un lado, si no, mas tarde estaría demasiado hundido como para solo planteármelo, pero antes necesitaba echar de mi cuerpo el hormigueo causado por la adrenalina de haberle plantado cara a mi padre tras años de aguantar en silencio, tras toda una vida, en ese momento sentí que estaba sonriendo, estaba, por una vez muy feliz.
Era una locura pensar en la felicidad en aquel momento, todas las posibilidades de que aquello saliese mal se esparcían por mi al rededor, pero eso no me detuvo.
Fijé mis ojos en Andrómeda y seguí sus movimientos mientras pensaba.
Era cierto que había derribado fronteras con mi padre, tanto que estaba seguro de que ya no volvería a entrar en mi.... ¿Una llamada? ¿ahora?
Al ver el texto "Mamá" en la pantalla me cuestioné si sería buena idea responder, por una parte mi palpitante y rabioso corazón me chillaba que sí, que cogiese el teléfono y que la hundiese más, se lo merecía pero... mi conciencia gritó más fuerte y simplemente desvié la llamada al contestador.
Pensé largo y tendido sobre aquella situación mientras que mi madre insistía con incesantes llamadas y mensajes, estos eran desechados sin intención de ser leídos.
El siguiente mensaje que me llegó era de "La Reina Cuervo",Nocturna, mi ex.
Una historia mucho más curiosa la nuestra, tras dos años de relación decidió acostarse con otro chico (o mejor dicho, con un puñado de ellos) y decírmelo tras varios meses, si aún hablamos es porque más gente depende de que tengamos una buena relación, juntos formamos un grupo que cada vez fue aumentando hasta convertirse casi en una comuna, nosotros somos ese pilar que sostiene ese grupo día a día, y, aunque debido al trabajo no había podido acudir a las quedadas y fiestas que organizaban pensé que no sería mal idea ir, al fin y al cabo, ¿qué podía perder por ver tras meses a mi ex?
El mensaje era claro: Hoy party-hard en la madriguera. Vente. Bechitoss Cuervo.
Mandé un apresurado OK a su mensaje y me levanté para prepararme, posiblemente me ayudase a despejarme de todo ese calvario.
No tardé demasiado en estar en la madriguera , era una vieja casa a dos horas de la ciudad, un legado que los padres de Nocturnal le habían dejado, lo que antes había sido una casa familiar, semana a semana se transformaba en una rave de todo el que entrase, como estábamos lejos de la sociedad no teníamos problemas con vecinos, aunque por la cercanía al lago ya habían algunas personas que bajos los efectos de las drogas y del alcohol se habían ahogado.
Haber podido arreglarme, volver a coger mi coche y poder hacer aquellas horas hasta el lugar era relajante y magnífico, ya no más incógnitas ni preocupaciones o recuerdos con debido a mis padres, por una vez, iba a dar un paso hacia atrás.
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El Funerario.
RandomDescubre la vida de Castiel, un joven embalsamador con más problemas de los que debería nadie tener. Castiel es una persona tranquila y agradable, un chico que se ha labrado su futuro paso a paso y sin ayuda de nadie. Él ama su trabajo y su vida, p...