Una semana después de su café con Dorian, Darren se encontraba rumbo a la casa de Vivalda y Rose. Este tipo de visitas en sus días libres eran comunes cuando el semestre aún no estaba tan avanzado, ya que una vez que el trabajo realmente empezaba les era muy difícil verse.
Vivalda y Rose vivían solas desde hace aproximadamente un año, ya que sus padres se habían retirado y comenzaron a vivir en la granja que tenían a una ciudad de distancia. Desde que sus padres se habían mudado las chicas parecían ser muy felices, siempre decían que eso es lo que necesitaban para mejorar su vida familiar, ahora sus padres hacían lo que los hacia feliz y sus hijas estudiaban duro para cumplir sus sueños.
Darren debía reconocer que en otras ocasiones se sentía más feliz de ver a su mejor amiga, pero es que después de todo lo que había pasado en la semana no podía mostrar el mismo entusiasmo. Es que después de su plática con Dorian y que se diera cuenta de que no iba a ser fácil olvidar la atracción que sentía por el chico. Y a eso se le sumaba los mensajes que habían intercambiado durante la semana, que solo lo hacían tener sueños raros sobre ellos dos por las noches, y es que se había dado cuenta que Dorian era mucho más desenvuelto por mensajes, lo cual había identificado como su primer problema, porque ese podría ser un gran problema en una relación, debido a la falta de comunicación y la dificultad para hablar de cosas importantes. Aunque también se divertía mucho leyendo los mensajes de Dorian porque tenía que admitir que el chico era un tanto chismoso.
Dejo todas sus conclusiones sobre la personalidad de Darren de lado cuando diviso la casa de Vi a lo lejos, la chica le había dicho que tendrían la casa para ellos ya que Rose había ido con sus amigas a visitar a sus padres.
Cuando toco la puerta Vi salió rápidamente a abrirle, después de saludarse lo invito a pasar, se sentaron en la sala y Darren se pudo dar cuenta por la sonrisa y la expresión en sus ojos que Vivalda se traía algo entre manos.
- Dime que pasa Vi – sentencio Darren, porque sabía que no podría ser nada bueno.
- Nada, nada, solo estoy feliz de que estés aquí, hace mucho que no teníamos una noche de películas y pizza. – se excusó Vivalda.
- Ok, lo dejare pasar por ahora, pero sé que estas ocultando algo. – dijo Darren dejando el tema de lado por el momento.
Pidieron pizza y decidieron hacer un mini maratón de Harry Potter con las mejores escenas de cada peli, incluyendo por su puesto Animales Fantásticos. Darren se la estaba pasando realmente bien con Vivalda, tanto que se olvidó por completo de los desconocidos planes de su amiga.
Para cuando terminaron de ver películas y se preparaban para dormir, como cada que estaban en la casa del otro, en la sala sobre un par de mantas, Vivalda se había esforzado por esconder su emoción sobre lo que estaba planeando y Darren parecía haberse olvidado de aquello.
Cuando ya estaban instalados en su cama improvisada, se dispusieron a ponerse correctamente al día, además de discutir sobre cosas sin sentido pero que a los dos les encantaba como era el manga y el anime, en especial aquello de temática Yaoi, porque si al Vi era una fujoshi y Darren era quien la había introducido al mundo del anime y con el tiempo al Yaoi, lo que con el tiempo los había unido cada vez más, hasta llegar a la relación que tenían actualmente.
Después de un rato Vivalda le pregunto:
- Darr? ¿Tienes algo que hacer mañana en la noche?
- Mmmm... es sábado y esta semana sorprendentemente no tengo tanta tarea, asi que supongo que no, ¿por qué?
- Bueno, es que unos amigos y yo teníamos pensado ir a un antro, para bailar y sacar un poco el estrés del semestre, que, aunque llevamos poco ya se empieza a sentir, ¿quieres ir con nosotros?
- Si estaría bien, puedo venir aquí he irme contigo?
- Claro, así te presento a todos en cuanto lleguemos, algunos ya los conoces, pero otros serán nuevos para ti. – esto último lo dijo con una sonrisa que por la poca luz en la sala Darren no vio.
- Me imagino que la klika va estar ahí ¿no? – pregunto Darren, pero lo que en realidad quería saber con esta pregunta es si Dorian estaría ahí.
- No toda, Dorian y Vivian no, ellos están en sus respectivas ciudades, pero Daph y los demás dijeron que si irían.
Darren solo asintió y después de un momento Vivalda dijo que ya tenía suficiente sueño y le dio las buenas noches. Darren se quedó despierto un poco más, pensando en Dorian, en cómo, aunque no lo quería las pláticas diarias con el habían hecho que sus sentimientos por el mismo crecieran, lo contrario a lo que él quería, pero pensó que poco podría hacer el contra lo que su corazón quería.
De sus pláticas se había podido dar cuenta que era un chico muy leal con sus amigos, y con su familia, sobre todo con su madre, lo que lo hacía entrar en conflicto con su afecto hacia su padre. Darren sabía que ese era uno de sus principales problemas la mala relación entre sus padres, porque él conocía a personas cuyos padres a pesar de estar divorciados llevaban una relación de amistad por el bien de sus hijos, aunque también pensaba que eso podría deberse a los motivos de la separación que el aún no se atrevía a preguntarle a Dorian, cada que este tema era tocado, aunque fuera por accidente Darren podía sentir el daño que Dorian había sufrido por la separación de sus padres y lo mucho que aún le costaba hablar de eso.
De ahí se desprendia la dificultad de Dorian de entablar relaciones sanas con las chicas con las que se relacionaba. Además, Dorian le había dicho que casi nadie sabía lo de sus padres y que si a él se lo había contado era porque de verdad quería que lo ayudara. Eso explicaba también que sus anteriores parejas no comprendieran su comportamiento y terminaran por hartarse de el en poco tiempo.
Darren volteo a ver a Vivalda y desvió sus pensamientos en como reaccionaria ella si le dijera de sus sentimientos por Dorian. Sabía que lo regañaría por fijarse en el de entrada sabiendo que era hetero y luego lo volvería a regañar por haberse acercado más a él en vez de alejarse para no salir lastimado. Pero els que había algo en Dorian que atraía a Darren y no lo podía definir, talvez era su fachada sarcástica o su verdadero ser atormentado pero lo que era seguro es que ya que había metido en su corazón y Darren no tenía la menor idea de cómo iba a sacarlo de ahí.
La noche siguiente, Darren y Vivalda ya se encontraban de camino al mejor antro de la ciudad, cuando llegaron Vi se dirigió hacia un pequeño grupo que se encontraba frente al local.
- Chicos! Ya estamos aquí. – dijo empezando a saludar a todos.
- Hola compañera, veo que no vienes sola, pensé que vendrías con Rose pero definitivamente no – dijo uno de los chicos del grupo mientras le dedicaba una sonrisa a Darren.
Era sin duda un chico muy guapo, pensó Darren, aunque también tenía un poco finta de ser un tanto presumido y por sus ropas Darren pensó que talvez tendría razón para serlo.
- ¡Oh sí! Perdón chicos, este es mi mejor amigo, que digo mi amigo mi hermano, que digo mi hermano mi sangre – empezó a bromear Vi – jajaja, nah ya en serio este es mi amigo Darren. Darren ellos son: Esther y Esteban ya los conocías, también a Lucia y a Daph, los demás son Cecilia, Ramiro, Facundo, Oscar y el compañero es Osvaldo.
Después de las presentaciones, se dispusieron a entrar al bar y Darren no se pudo quitar la sensación de que había algo extraño en como Osvaldo lo miraba, pero sin duda nunca se imaginó lo que le esperaba esa noche, ni mucho menos quien estaba detrás de eso.
ESTÁS LEYENDO
Por Casualidad - Amores de Universidad (primera parte)
RomancePor casualidad Darren es un estudiante normal de universidad cursando su tercer semestre, un día como cualquiera se encuentra con un chico muy extraño que cautiva su corazón. Aunque después de ese día no vuelve a saber nada de él, se lleva la sorpre...