El Destino - Over The Garden Wall

Intercambio

- Todo está bien ahora.

Él se sacudió por la sorpresa de la voz. Una chica estaba cerca, detrás de él.

Se devanó los sesos tratando de reconocer la voz. ¿La había oído antes? Él no lo creía, pero había algo familiar en ella. Wirt mantuvo su cuerpo lo más quieto posible, obligándose a respirar lenta y regularmente.

-Tranquilo, ya no pasará nada.

Observó a la chica con vestido azul, de piel clara, cabello color castaño desordenado, con un moño sujetado por dos listones, sus mejillas rojizas con pecas.

-Yo siempre voy a existir. - Interrumpió una silueta alta, de ojos redondos y brillantes con una capa harapienta. En su cabeza dos enormes cuernos asemejando ramas de árbol. - Así que, ¿por dónde empiezo? - Se acercó al chico y se detuvo por un momento.

Con un movimiento brusco, aquel ser volteó a Wirt sobre su espalda, causando que diera un respingo al sentir sus extremidades siendo aplastadas debajo de su cuerpo en una posición incómoda. No podía ver nada, ya que la luz del quinqué estaba apuntando a su cara.

Parpadeó un par de veces en un vano intento para ver de qué se trataba, y luego parcialmente los cerró.

- ¿Por qué cerrar los ojos? ¿No quieres ver al monstruo que podría hacer algo como esto?

-Dijiste que no le harías daño, sólo déjalo ir ya. - La chica apartó la linterna, tomándola dirigiéndose a una esquina de la habitación.

-Dame la linterna. - Dijo el extraño ser con voz grave.

-Hicimos un trato. - Miró al chico en el suelo. - Quedamos en que yo tomaría su lugar.

Los ojos de Wirt se ajustaron a la luz de la habitación. Observó a la chica pero seguía desconociendo al ser que estaba de espaldas a ella.

-Aún no estoy del todo convencido. Además, ¿por qué no quedarme con ambos?

-¿Qué? Ese no era nuestro acuerdo. - La chica lo miró confundida

-En este momento puedo hacer lo que quiera. - Le arrebató la linterna de sus manos.

Ella miraba de un lado a otro. -Sólo tienes que despertar. - Gritó asustada la niña. - ¡Despierta Wirt!

"Beatrice" Intentó gritar.

-No hay forma de que lo logre. - La bestia se volvía acercar a Wirt.

-¡Despierta ya! - Gritaba cada vez más fuerte - ¡Despierta!