Espectáculo

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Irene y Xana van a un espectáculo de lucha femenina que se celebra en la ciudad, para que la joven luchadora vaya viendo a lo que se deberá enfrentar en el momento de la verdad…

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Irene bajó de su piso a todo correr cuando vio cómo su móvil comenzó a vibrar sobre la mesa del salón de su humilde apartamento, parando después de dar dos tonos; aquella era la señal que Xana le había indicado para que supiera que ya estaba esperándola abajo, con su vehículo.

La sonrisa delataba que la muchacha había comenzado a ver las cosas con un mayor optimismo después de la deliciosa sesión de sexo que había tenido con Xana hacía tan solo tres días y, pese a que Xana le había impuesto ejercicios más exigentes en las tardes siguientes, la muchacha seguía viendo las cosas de forma mucho más positiva que días atrás.

Irene se acomodó en el coche de la asiática luciendo su mejor vestido, uno que le cubría desde unos pocos centímetros por encima de las rodillas hasta sus pechos. La muchacha, que sabía que había muchas opciones de acabar de nuevo teniendo sexo con Xana, para tratar de excitarla se había presentado allí sin ropa interior, ni sujetador ni braguitas, con lo que deseó que en el lugar al que fuesen el aire acondicionado no estuviese muy fuerte porque de lo contrario no sólo Xana se daría cuenta de que no había nada debajo de su vestido.

-         Qué guapa te has puesto -dijo la asiática con una sonrisa, mientras miraba a su alumna de arriba abajo, parándose, tal y como Irene esperaba, en su generoso escote.

-         Tú también estás muy guapa -devolvió el cumplido, comprobando que Xana también se había arreglado mucho. En aquel momento su mentora llevaba una falda bastante corta, que se ajustaba a la parte alta de sus muslos y trasero, y una blusa semitransparente bajo la que se podía ver un pequeño sujetador que mantenía tapados sus firmes pechos.

Tanto Xana como Irene se habían maquillado antes de salir, además de modificar un poco sus peinados habituales, ya que ambas solían llevar el pelo suelto o en coleta cuando hacían sus ejercicios pero para aquella ocasión las dos mujeres habían optado por un cambio de imagen para no ser reconocidas, ya que la pelea iba a ser grabada por la distribuidora habitual y desde luego a Irene no la hacía ninguna gracia poder ser descubierta por algún conocido o familiar asistiendo a aquella clase de espectáculo.

Xana había tratado de tranquilizar a su discípula, ya que ella había sido grabada en montones de peleas y de momento nunca había sido descubierta por ninguno de sus familiares, amigos o compañeros de trabajo.

-         Además nosotras nos colocaremos en una zona que las cámaras no enfocan, el interés está en el círculo de pelea -le dijo la mujer, sonriendo-. Y por el día que te toque pelear no te preocupes, hay un montón de rubias en el mundo a las que podrás parecerte una vez maquillada -la tranquilizó Xana-. Tenemos unas maquilladoras excelentes, ya verás cómo cuando te veas grabada ni siquiera tú te reconoces.

Irene, que sabía que la mujer estaba exagerando, sonrió ligeramente y bajó del coche cuando Xana terminó de aparcar. La joven esperó a que Xana comenzase a caminar ya que ella desconocía el lugar en el que se celebraría el espectáculo.

El barrio en el que se encontraban no estaba demasiado alejado del gimnasio al que acudían todas las tardes, con lo que en un primer momento la chica pensó que podría ser allí donde se celebraría la pelea, pero se equivocaba.Después de unos minutos caminando, Xana e Irene llegaron a un edificio de buenas proporciones que la muchacha no tardó en reconocer como un polideportivo. Xana caminó con su habitual seguridad hasta la puerta principal del recinto, que estaba flanqueada por dos hombres grandes y fuertes vestidos de traje.

Irene la luchadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora