Refugio

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Otro día tirado en su cama.

Su habitación se había convertido en su refugio, ya una semana había pasado desde la mudanza y se sentía un desconocido en cualquier otra parte de la casa.

Su padre prácticamente vivía en su oficina, sólo salía para bañarse o ir al negocio.

Su madre se la pasaba haciendo reuniones con las vecinas en la casa o se iba casi todo el día. NamJoon comenzaba a sospechar que le estaba siendo infiel al hombre que la mantiene, aunque eso es imposible incluso para ella, puesto que acaban de llegar a la ciudad.

Lo único que lo mantiene cuerdo es una dulce personita de cabello sedoso y rosa llamado SeokJin, con quien en este momento, se está enviando mensajes.

La pasó horrible los dos días que no supo nada de Jin, estuvo a punto de tomarse un avión hasta allá para asegurarse de que estuviera bien, hasta que recibió su llamada esa mañana, Dios, sintió que volvió a nacer.

NamJoon no es consciente de la gran sonrisa que tiene en los labios hasta que su madre entra al cuarto sin tocar y, automáticamente la sonrisa desaparece.

- NamJoon, ponte algo más apropiado y baja.

Eso era lo lindo de su madre, no le decía ni Hola y ya le andaba ordenando. Además, tenía puesto su pijama favorito de Rilakkuma.

- ¿Por qué, nos vamos a casa? - dijo con amargura.

Su madre suspiró molesta.

- No empieces, hay visitas y quiero que bajes - se fue cerrando la puerta pero la volvió a abrir y asomó la cabeza - Ahora.

Se despidió de Jin diciendo que hablarían más tarde y se levantó en busca de ropa. Unos jeans rotos y gastados y una camisa celeste fueron su elección, su madre odiaba esos jeans y el color celeste, perfecto. Se acomodó un poco su pelo rubio platinado y salió arrastrando los pies descalzos.

La vecina bonita de largo cabello estaba sentada riendo con su madre, entre ellas dos estaba sentado un chico que se veía bastante incómodo. Y… para su sorpresa, su padre también estaba sentado en la sala, fumando unos cigarros con un hombre barbudo, parecían hablar de algo interesante para ellos.

Todos lo miraron cuando entró al lugar.

- NamJoon, cariño - lo llamó su madre con un tono dulce completamente falso. Apoyó sus pequeñas manos en los hombros del chico, el cual miraba el piso - Ven, quiero presentarte a Jiminie.


NamJoon le sonrió a los invitados, al parecer heredó la falsedad de su madre.

Le hizo un gesto con la cabeza a Jiminie desde la puerta de la sala, el niño se levantó y lo siguió escaleras arriba, a su habitación.

Queridísimo Jin <NamJin> Donde viven las historias. Descúbrelo ahora