La verdad.

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Me fui a casa con Jandro y Ania. Estábamos en silencio todo el camino. Cuando Jandro abrió la boca para decir algo pero al rato la cerró.

Ania: Yo... yo ya me voy...
 
Dijo mientras se rascaba la cabeza y hizo un gesto de adiós con las manos.

Jandro: Adiós.

Jandro me acompañó hasta la puerta de mi casa y al abrir la puerta para entrar a casa una mano me agarró de la muñeca.

Jandro: No me vas a abrazar?

Dijo con una sonrisa irresistible.
Suspiré y le di el abrazo que el esperaba  era como si todos mis problemas hubieran desaparecido.

Jandro: Adiós.

Al entrar a casa vi a mi madre discutiendo con una mujer.

Yael: Dios mio...

Esa mujer se echó a llorar al verme de arriba a bajo.

Yael: Como has crecido Ayleen...
Yo: No me llamo Ayleen.

Dije confundida mientras mi madre se echó a llorar y Xenia al lado de mi madre consolándola.
Esa mujer que ni apenas conocía me abrazó.

Yael: Te he echado mucho de menos.
Yo: Suéltame! Me podéis explicar que pasa?
Yael: Yo... Yo soy...

Me miró a los ojos.

Yael: Tu madre... Yael...

Ese nombre me recordó a algo en mi infancia de cuando yo tenia 3 años, cuando una mujer me empujaba de un columpio.

Yo: Y las cámaras?

Yael soltó una sonrisa.

Yael: Tu madre hizo que tu padre me alejara de ti, impidiendo que te pueda ver, tocar, acariciar...

Yo: Q-que?

Yael: Tu padre solo me utilizó y me engañó con Aurora y te llevó con ella dejándome vivir sola.

Xenia: Basta! Déjala en paz!

En ese momento me fui corriendo a mi habitación. Me encerré con llave, me giré y vi que Ania abrió la ventana y saltó en la cama.

Ania: Charlotte... Te tengo que decir algo...
Yo: Dime...
Ania: Yo... Yo...
Yo: Si?
Ania: Me gusta Jandro...

Ania se sonrojó y miró hacia el suelo.
Me puse una mano en la frente y caminando de lado a lado.

Yo: Ania...
Ania: Lo se, lo se... Solo hoy he roto con Raúl, pero es que...

No quería que ella y el fueran pareja.

Yo: La verdad... es que... pfff, no se que decirte...
Ania: Tu crees que me quiere.
Yo: Ania, no estoy de buen humor...

Baje las escaleras corriendo y cerré la puerta de un portazo. Miré en frente y ahí estaba Jandro jugando con su padre a futbol.

Puse mi espalda contra el muro y me deslicé hasta que me senté.
Xenia salió a por mi.

Xenia: Hola...

Permanecí en silencio.

Xenia: No te vallas con ella por favor.

La miré de reojo.

Obsesionada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora