Narra Mateo
Tomo una vez más el modelo que me han traído de cómo lucirá la revista de mañana y vuelvo a verificar que no hayan errores. Verifico la portada, las fotos, los titulares y veo que todo está en orden. Falta que vengan a buscarlo y que comiencen a imprimir. Comienzo a acomodar mis cosas en mi maletín para poder irme a casa y en ese mismo momento Julián, mi asistente, entra a mi despacho.
-Buenas noches, señor Ruiz Lagasca -toca dos veces en la puerta-.
-Julián, creo que te he dicho desde que llegué que me llames Mateo o Don Mateo -le recuerdo mientras cierro mi maletín-.
-Lo siento, Don Mateo, aún no me acostumbro -se disculpa-.
-No te preocupes, ten aquí está el modelo que me han traído. -Le entrego el modelo-. Una vez más habéis hecho un trabajo estupendo, enhorabuena -le felicito mientras me pongo mi chaqueta-.
-Don Mateo, lamento arruinar su felicidad, pero no traigo buenas noticias -dice con voz temblorosa-.
-¿Qué sucede? -frunzo mi ceño-
-Sucede que han llamado del principado real de Mónaco y han dicho que la princesa no podrá ofrecer una entrevista mañana -dice nervioso-.
-Pero si nos habían dicho que sí, que a primera hora podríamos ir a verle. Dijeron que tendríamos la exclusiva del primer cumpleaños de su hija, no pueden quitarnos eso -digo serio-.
-Ya, lo sé, pero han dicho que mañana tiene que volver a casa a primera hora. Si queremos la entrevista tienen que ir ahora al hotel.
-¿Ahora? -miro mi reloj- Pero si son casi las once y media de la noche, y la portada de mañana ya está por imprimirse.
-Estoy consciente de ello, pero es lo que han dicho -hace una mueca-.
-suspiro con fuerza- Pues llama a Daniela, dile que vaya y haga esa entrevista. Llama al taller diles que no van a imprimir nada hasta que yo lo ordene, dile a Rodrigo que la portada de los mejores diez cantantes la dejamos para la semana que viene. Hay mucho por hacer así que vamos, corriendo -pongo mi maletín nuevamente en el escritorio-.
-Sí señor, ya voy -se va rápidamente-.
-Otra noche más sin dormir -suspiro y me quito mi chaqueta-.
Entro al edificio donde vivo y saludo al portero.
-Hola Benjamín -saludo-buenas noches.
-Buenos días querrá decir, ya son las cinco de la mañana -ríe y me entrega el periódico de hoy-.
-Fue una noche larga -suspiro-, ten -le entrego la revista que me traje del trabajo- es la revista de esta semana.
-Gracias, Don Mateo -sonríe-.
-No es nada -camino al ascensor-, luego me das tu opinión.
-Claro, que descanse -dice y es lo último que escucho pues las puertas del ascensor se cierran-.
Entro a mi apartamento y tiro el maletín a un lado. Cierro la puerta y comienzo con mi rutina. Me quito los zapatos, medias, chaqueta, pongo las llaves en la mesa de la sala, me quito la corbata y correa, me quito la camisa, desabrocho el cinturón, me sirvo una copa de whisky y me tiro en el sofá.
-Bueno a ver que hay aquí -abro el periódico-.
Tomo un poco del whisky y comienzo a leer.
-Diecisiete de septiembre de mil novecientos cincuenta y siete -frunzo el ceño-. ¿Diecisiete de septiembre? -Me paro del sofá- No puede ser -susurro y busco rápidamente mi maletín-.
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Momentos Velvet
RomantikAquí encontrarás Momentos Velvet que no sucedieron ni presentaron en la serie, pero que nos hubiese gustado ver. Lo que es compartiré aquí son escritos de mi completa imaginación, vuelvo y repito no formaron parte de la serie, pero son momentos que...