Querida tú

56 12 3
                                    

—Te he extrañado tanto...

—Bien por ti –Su tono era frío, pero sonaba más vulnerable que nunca.

—No te enojes, bebé –Intenté acariciar sus mejillas, pero se apartó.

—No me llames así... –Su voz se empezó a quebrar.

—¿Por qué?, si te gustaba.

—Si... Me gustaba –Dijo apartando sus ojos de mí.

—¿Y que pasó?

—¿Aún me preguntas eso? –La escuché llorar. Llevó sus manos a su boca, tratando de calmar sus sollozos.

La observé correr y alejarse. No la detuve.

Jamás la volví a ver.

...

Hoy estoy tirado en mi cama, observo al techo y tu recuerdo invade mi mente. Pienso en lo que hice mal, que no me había dado cuenta hasta ahora. Tomo lápiz y papel y te escribo una carta.

Querida tú:

Perdoname. Al fin sé por qué te marchaste, y no debí dejarte ir.

Recuerdo que semanas antes de desaparecer, intentabas decirme algo, pero yo siempre cambiaba de tema, ¿Qué era eso tan importante que querías decirme?

Llegué a tocarte sin tu consentimiento. Solo pensaba en mí. Yo tenía diecinueve, tú ibas a cumplir tus quince, pero aún así cumpliste todos mis deseos y caprichos aún después de que cumplí los veinte años, a pesar de que tus padres no estaban de acuerdo... No valoré eso.

Me di cuenta que fui un celoso egoísta, que no te dejaba estar con tus amigos, pero tu nunca me hiciste alejarme de los míos, ¿Por qué nunca me reclamaste?, quizás tenías miedo, porque la última vez que lo hiciste te alcé la voz.

Eras una chica cohibida, insegura, y yo te obligaba a hacer cosas que a veces no querías. Me arrepiento de desperdiciar nuestro tiempo juntos.

Querida , ¿Dónde estás?, ¿Por qué nunca te volví a ver?, no volviste a la escuela.

Se que lo mas probable es que rompas esta carta y la tires la basura sin siquiera leerla, pero si lo haces, quiero que sepas algo.

Necesito que me perdones, aunque ya no volvamos a ser nada, porque cuando tu me empezaste a olvidar, yo me empecé a enamorar.

Att: El chico que odias.

...

Camino a tu casa, con la esperanza de que aún vivas allí. Ya ha pasado un año, pero recuerdo tu dirección perfectamente.

Toco la puerta. Una señora de entre treinta y treinta y cinco de edad abre la puerta. No la reconozco. Me atrevo a preguntar por ti y la respuesta me desconcierta. Te fuiste a Europa. La señora me dice que es tu tía. Pregunto por la fecha en que te marchaste y eso me quiebra en mil pedazos.

"Su vuelo fue el 7 de agosto del año pasado".

Le agradezco a la señora, esta cierra la puerta y yo me devuelvo por donde vine.

¿Eso era lo que tratabas de decirme con tanta insistencia?, que idiota fui. No debí dejarte ir.

"7 de Agosto". Fue el día en que te vi por última vez.

Un Loco Enamorado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora