CAPITULO 4

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Habían dos años desde que tuvimos nuestro primer y único hijo. Sin embargo el cáncer me estaba matando. La kimioterapia me habia dejando totalmente calvo y mi cara poco a poco se iba hinchando cada vez más y más. A medida que pasaba el tiempo me sentía más débil.

Me tuvieron que hacer 12 cirugías en esos dos años pero nada podía frenar el cáncer. Era un cáncer terminal. La única razón por la que valía la pena luchar era por Elisa y por mi pequeña Lucia. Ellas eran mi razón de intentar vivir.

Cuando Lucia cumplió 3 años ella y yo fuimos a dar un paseo. Al llegar a casa encontramos las puertas abiertas y el piso estaba lleno de sangre. Entre corriendo y encontré a Elisa violada y con claros gestos de abusos físicos. No me podía creer lo que estaba viendo. Inmediatamente llame a la ambulancia y la llevaron al hospital. Ella se encontraba en un estado de shock, no sabíamos que pasaría.

Después de estar 3 días internada en el hospital ella murió porque no aguanto mas todo lo que le habían hecho. Me sentí demasiado importante y estaba destruido pero tuve que seguir adelante por mi pequeña

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