Veo la luz a lo lejos, creo que son mariposas las que se moldean formando grandes sombras que con crueldad gozan del aire fluvial, mientras esposado a mis ataduras, lloro sangre esperando ser salvado de esta cárcel subterránea donde cruelmente puedo ver la salida arriba mío.
Día tras día, sufro viendo a los seres libres que pueden ver la verdad desde sus tronos, muchas veces vienen en busca de egocentrismo a burlarse de mis penurias, tirándome las sobras de sus comidas y hasta piedras preciosas que nunca voy a disfrutar.
Por las noches los vampiros y pájaros negros me asechan tratando de presionarme para ceder ante sus Dioses Oscuros, que vagamente me incitan a rendirme y optar por el suicidio. Al dormir mis eternas pesadillas de mundos escondidos entre arboles blancos y oro fulminante que ciega mis ojos en el reflejo de la luz anhelada, son la eterna tortura de lo que nunca obtendré. Despertando lamido y chupado hasta la última gota de sangre y sudor, sigo tratando de sobrevivir en mi sepulcro de roca sólida, llamado sarcásticamente vida, tratando de comer de las sobras de comida, de los minerales naturales que me proporciona la roca y bichos de sabor repulsivo.
-¿Quién me encerró aquí? – me pregunto constantemente.
Desde que tengo memoria he estado aquí, nunca he podido encontrar una salida, soy el esclavo de burlas y mofas de otros seres, estoy cansado de lamentarme y no acertar la felicidad. Pero admito que mi resinación era absoluta hasta que por fin soñé.
Una noche tranquila, con la luna llena justo sobre la traga luz que iluminaba hasta el último rincón de la presa cueva, me prepare acomodándome en el suelo esperando conciliar el sueño, para luchar contra la oscuridad de mis pesadillas, como cada noche. Para mi sorpresa no fue así, el sueño fue valga la redundancia, un sueño, tranquilo y en paz, mi vida era perfecta, estaba sentado en mi trono sobre la cueva, tirando trozos de pollo hacia abajo, riéndome a carcajadas del idiota e inmundo animal que estaba abajo.
Soñé eso por siete noches, dándome cuenta que la única salida de esta tortura, siempre estuvo frente a mis ojos. Siempre lo pensé, siempre lo quise, siempre me la mostraron, me di cuenta que el único carcelero que me tenía prisionero era yo mismo. Al fin vi la luz.
Puse mis manos sobre la muralla de roca uniforme y con perseverancia azote mi cabeza contra la muralla, la sangre salto de primer momento dejandome ciego con la sangre en mis ojos, di un segundo golpe para romper mi cráneo dejando expuesto el cerebro. El tercer golpe seria el definitivo. Aunque no con tanta fuerza, ya que perdía la conciencia, logre darme el estacazo final rompiendo mi cerebro y reventando todo día dentro de esta prisión.
Poco a poco fuiviendo la luz, la luz que tanto anhelaba.
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Oscuridad: Cuentos y relatos terroríficos (+18)
HorrorEsta es una extracción de los cuentos que estaban alojados en mi antigua cuenta, según wattpad, clasificados para mayores de 18 años. Describen acciones explicitas, que podrían afectar tu sensibilidad. El horror, el gore y el terror, se mezclan en...