Más allá de tu Mirada

PRÓLOGO

Más allá de tu mirada

Prólogo

¿Qué haces aquí? -le cuestionó al abrir la puerta con la frente arrugada. En su mirada se refleja la rabia y dolor

-Miranda yo.. Yo... -da un paso adelante pero la chica le detiene la puerta con su cuerpo.

-Creí que las cosas habían quedado claras entre tú y yo -lo escudriño con la mirada de arriba abajo como si de una cucaracha rastrera se tratara.

-Tenemos que hablar -dice con exigencia mirándola de arriba a abajo, traía esa pijama que tanto le gustaba, aunque traía la bata cerrada sabía lo que había ahí abajo, el conjunto de encaje color azul, le encantaba como se veía su trasero con eso. No podía evitar que la boca se le hiciera agua.. La deseaba

-¡No! Alejandro, vete ya no quiero verte -toma la perilla con fuerza con la plena intención de cerrarla en sus narices, pero él adivina sus intenciones y coloca su pie para impedirlo.

-Miranda escúchame, tú eres importante para mi por
favor -forcejea con la puerta, con un poco más de fuerza logra abrirla, logrando entrar.

-Alejate -chilla al ver como se aproxima a ella.

-¿Como me pides eso? Miranda yo te am...-la mano de Miranda se estrella con velocidad en su mejilla.

-¡NO TE ATREVAS! -le grita en su cara -No te atrevas a decirlo, tú...-lo señala con su dedo índice -Tú no amas a nadie, eres incapaz de hacerlo.
-Yo tengo la culpa -apunta a su pecho.                                                                                                                        -Creí que lograría hacer que me amarás, pero no me aceptaste tal y como soy, ¡nunca lo hiciste! -confiesa con dolor -Solo venías a mi cuando no encontrabas alguna mujer a quien llevar a la cama -lo ve directo a los ojos con indignación y asco.

-Eso no es verdad y lo sabes muy bien -se aproxima más a ella en busca de su cercanía, su calor.

-Estoy harta, yo necesito a un verdadero hombre que no le de vergüenza mostrarme, que no suelte mi mano cada vez que una chica linda pase.

-Miranda..

-Miranda nada, termina por irte y no regreses ¡VETE! -lo pasa de largo llegando a
la puerta, la abre por completo - Sal de aquí. -hace un ademán con sus manos mostrándole la salida.

-¡No me iré! -con paso decidido se aproxima a ella, cierra la puerta de un golpe aprisionando su cuerpo entre sus Brazos
-Tú eres mía, -se acerca más a su cuerpo -Conozco cada parte de ti, lo que te hace estremecer, fui el primero que te hizo mujer, y escucha bien... seré el único Miranda -le dice en su oído pegándose más a su cuerpo, sintiendo su calor y su pecho subiendo y bajando con violencia        -Eras consciente de lo que estaba pasando entre tu y yo, lo aceptaste... nunca te engañé -roza su nariz por su cuello, su aroma lo volvía loco                                                                                                              -Los puntos quedaron bien marcados en nuestra relación, no te puedo ofrecer algo más, esto es lo que soy -se golpea el pecho, una vena resalta en su cuello, está molesto.

¿Cómo se atrevía esa mujer a exigir algo más?

-Yo soy real, no como los personajes que inventas en tus cuentitos -habla con burla, sabía las palabras correctas para lastimarla.

-Te odio -susurró con la voz entrecortada, cuando un momento de lucidez llegó a su cerebro.

Lo odiaba con todo su corazón, odiaba como la hacía sentir, como su cuerpo reaccionaba a él, como a pesar de ser un idiota siempre lo amaría.