Observada

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-  Nathan PV:

      Muy buen trabajo amigo¡¡ - me grito Alexander desde el otro extremo del salón de karate, hoy a diferencia de los demás días, él tenía una cita, y eso me alegraba, su última relación había acabado mal y consolarlo es complicado cuando no tienes ni la más mínima experiencia en relaciones.

Alce mi mano para despedirme y recogí mis cosas para retirarme,  tenía un dolor muy grande en la pierna derecha, quizás de tanto entrenar. Hoy oficialmente comenzaba las clases así que decidí ir a recoger a un amigo, no había llegado a la clase de ese profesor, pero no creo que fuera tan importante.

Baje las escaleras mientras que me despedía de algunos compañeros.

-        Cuídate amigo – hablo Mark que subía las escaleras, le sonreí mientras asentía.

-        Éxitos en el campeonato men -  se despidió Charles.

-        Espero que te valla muy bien – la voz de Nataniel me sorprendió pensé que se cambiaría de cede, le sonreí cortésmente.

Avance por el pasadizo mientras contestaba con una sonrisa cada una de los saludos, era bueno saber que la gente era tan agradable con mi persona, los logros que había llevado a este instituto me había hecho ganar muchas amistades.

Por fin di con el aula, 35 , el profe más estricto de todos los tiempos, me causaba gracia pensar que en realidad el fuera tan estricto, yo jamás había tenido problemas con él.

Por suerte ya casi todos salían, me apresure para ver a mi amigo, pero lo único que logre observar fue que un grupo de alumnos de entre ellos Scarlet, la chica más materialista que conocía, una de sus amigas le gritaba algo a una joven mientras que jaloneaba su cabello rojo.. espera rojo?, es muy extraño ver un cabello rojo, aunque debía admitir que era muy hermoso, al instante ella se zafó de su agarre y con rapidez se salió de la habitación, nuestras miradas se cruzaron y vi como unos ojos verdes húmedos y furiosos me fulminaban directamente, su cabello parecía tener vida propia adornaba a su hermoso y redondeado rostro, sentía que todo lo veía en cámara lenta, y me sentí mal por ella, en realidad era hermosa pero ahora ella solo se lamentaba porque le habían agredido, seguí con la mirada su camino hasta que la perdí entre las escaleras, quería consolarla, aunque para cuando me di cuenta yo ya estaba corriendo detrás de ella, no sabía exactamente porque pero solo quería saber que se encontraba mejor, aunque no dure mucho en detenerme al ver que un joven alto quizás 1.80 y de tez clara se encontraba detrás de ella siguiéndola, podía pensar que era un estudiante pero  usar terno el primer día?, definitivamente no lo era, miro hacia todos lados hasta que por fin se atrevió hablarle y ella correspondió la conversación, pero yo no lograba escuchar nada.

Y así fue como la intención de protegerla aumento, yo realmente había temido la primera vez que la vi golpear de una cachetada al imbécil de Kurt, él le había insultado quería meterme pero ella me demostró algo increíble, se defendió, era asombrosa esta chica no era la típica niña rica que espera a que su príncipe la salve aunque igual gustoso me hubiera ofrecido ella en realidad era muy valiente, al instante me había pillado observándola y sus ojos llenos de molestia me había indicado internamente que debía tratar de que no notara que la mirara.

Y así las semanas pasaron……

Se acercaba un campeonato, uno de los más importantes yo entrenaba antes de comenzar las clases y después de que acabaran, todos los días, en ocasiones Alexander me encontraba mirando a  Eline.

-        Por eso yo no me enamoro – Alexander se burló al lado mío, le ignore.

-        Por eso no quiero fijarme en ninguna chica, por ahora – volvió hablar.

-        Por qué no te enamoras?, fácil porque ninguna chica te hace caso – me reí por mi respuesta entre susurros.

-        No mi amigo, no es esa la razón – me contesto vacilante.

-        Entonces? – le pregunte mientras veía como ella comenzaba abrir su libro.

-        Porque tendría la cara de estúpido que tienes ahora tú.

-        Muy chistoso  - me queje, mientras soltaba una sonrisa leve, vigilando que el profesor no se diera cuenta.

-        Dime porque si tanto te gusta, no le has hablado? – esa pregunta de nuevo.

-        Nose, no quiero malograrlo.

-        Que malograras? – me miro extrañado – Porque ni amistad tienes con ella, deja de ser así de cerrado con todos, háblale.

Le mire con una sonrisa, sus ojos azules me miraron con gracia, no sabía exactamente porque se me hacía difícil, pero simplemente no era de los que comenzaban una conversación, la volví a mirar y encontramos nuestras miradas el corazón se me aceleró a mil, pero algo no encajaba  sus ojos parecían duros, y molestos. Parecía que le desagradaba que la mirara, así que solo voltie e hice todo lo posible por no volver a mirarla aunque quizás en 15 ocasiones falle.

Alexander era un tipo amigable pero tenía un defecto. Siempre decía de más, de niños siempre contaba nuestras travesuras. Así que contarle secretos no era lo mío, pero también es muy perspicaz, normalmente se da cuenta de las cosas ante que le cuentes.

-        Entonces estás listo mi amigo? – hablo el sensei Yoshida, el entrenador de karate.

-        Si sensei , voy a registrar mi equipaje y les doy el alcance – asintió y me dio la espalda, mis compañeros se encontraban sentados algunos escuchando música, otros conversando, este era nuestra segunda salida del país, un campeonato muy importante, camine entre la multitud que corría por todos lados, registre mi equipaje y solo me quede con mi mochila, camine hasta los servicios, definitivamente este aeropuerto es enorme ya hasta creo que me he perdido.

Avanze dentro de la muchedumbre y antes de cruzar vi una figura conocida, alguien que yo tenía siempre en mi pensamiento, estaba tan hermosa como la recordaba pero parecía agitada y preocupada hasta que vi su larga melena roja como se movía y su rostro se enfocó  el mío, y sentí como mi corazón se aceleró como ya tenía acostumbrado cada vez que la veía. 

El hermoso cabello rojoWhere stories live. Discover now