Realmente me impresionó que ese chico... Toukan, me invitara a tomar café con él. Me sentí muy nervioso, las personas suelen ignorarme, por lo regular soy invisible para los demás. Reconozco que en gran parte es culpa mía por no ser más sociable, pero es que me siento bien estando solo leyendo libros.
Mi móvil vibró. Era un mensaje de Hide:—“¡Kaneki!, te invito a Big Girl :)"
Hide era mi mejor y único amigo, en realidad no necesito tener mas amigos, con Hide es suficiente.
Caminé con rumbo a Big Girl, un restaurante estilo americano con comida muy deliciosa. Al entrar me recibió una de las meseras y me llevó a la mesa donde me esperaba mi amigo.—Disfruto mucho venir aquí, siempre hay chicas lindas, ¿No crees? —dijo Hide sonriendo coqueto, siguiendo con la mirada a una de las meseras.
—Supongo. —No le puse mucha atención porque estaba leyendo el menú.
—¿Qué vas a pedir Kaneki? —preguntó Hide volviendo su atención a mí.
—Creo que hamburguesa.
—Ya sabía. —rió.
La hamburguesa era una de mis comidas favoritas y siempre que veníamos pedía lo mismo, sería una sorpresa si pidiera otra comida.
Mientras llegaban nuestros pedidos nos pusimos a hablar de varios temas: la escuela, la vida rutinaria, los libros (aunque esto último era solo yo quién hablaba) y algunas cosas de las que le gustan a Hide. Cuando terminamos de comer pedimos la cuenta.—Dime, Kaneki, ¿Ha pasado algo diferente estos días? —interrogó Hide curioso.
—Uhm... No, que yo recuerde no. —respondí extrañado.
—¿Seguro? —insistió.
—Pues... Hace como dos días fui a un café cerca de la Universidad. Si no mal recuerdo se llamaba Anteiku. Llegué solo y un chico que atendía ahí me invitó a tomar café con él en la barra. Ya sabes, las personas comúnmente me ignoran así que fue un poco extraño para mí, pero solo eso.
Hide se puso a meditar sobre lo que le conté. Tenía cara seria, su silencio hizo que me pusiera nervioso. ¿En qué estaría pensando?
—¿Te gusta ese chico? —finalmente habló. Casi me atraganto con mi propia saliva.
—¿Qué? ¡Claro que no! —negué avergonzado.
Él al ver mi expresión se soltó a carcajadas.
—Hubieras visto tu cara. —dijo burlonamente.
—Idiota...
Después de esa penosa conversación, pagamos la cuenta y nos despedimos para tomar caminos separados.
—¿Cómo me podría gustar alguien que apenas conozco? —pensé en voz alta algo irritado.
Al llegar a mi departamento me quité los zapatos y, cansado, me tiré a la cama. Inmediatamente me quedé profundamente dormido.
*
Estaba en la Universidad Kamii sentado en una banca leyedo un libro. Estaba leyendo “El Huevo de la Cabra Negra", un muy buen libro. Takatsuki narraba de una forma única. Libros como este hacían que mi gusto por la lectura fuera cada vez más significativo, no por nada estaba estudiando la carrera de Literatura Japonesa. Agradezco a mi padre, que a pesar de que nunca lo conocí porque murió cuando todavía no tenía uso de razón, me dejó todos sus libro que leí cuando niño, haciendo que encontrara mi más grande pasión. Estaba tan concentrado, inmerso en la lectura, que cuando me levanté y caminé aún leyendo para ir por un jugo, no me di cuanta que venía alguien cerca y me tropecé con esa persona haciendome caer directo al piso.
—¡Agh! —se quejó — ¡Fijate por donde caminas, idiota! —me gritó enojado.
—L-lo siento. —tomé mi libro tembloroso. Me dolía el brazo.
—Ah... —soltó asombrado— Tú eres... Kaneki Ken, ¿Cierto? —
Volteé algo nervioso y lo miré de frente, pronto creí reconocerlo.
— Soy Kirishima Toukan, el que te atendió en la cafetería Anteiku hace unos días.
Sí, es cierto, era él. Estaba sorprendido de verlo, nunca lo había visto en la Universidad Kamii. Por alguna razón, sentí alegría dentro de mí por volverlo a ver. Iba a hablar, pero un ardor se hizo presente en mi brazo, haciéndome quejar del dolor.
—¿Estás bien? —me preguntó Toukan preocupado.
—Creo q-que sí. —tartamudeé. Levanté la manga de mi suéter, tenía un gran raspón en el brazo. Había salido algo de sangre, causando que mi suéter se manchara de sangre.
Toukan abrió los ojos estupefacto. —¿Hay una enfermería aquí? ¡Tenemos que llevarte ya!
Se estaba preocupando mucho, solo era un pequeño raspón, pero no dije nada. Lo guié a la enfermería, la enfermera estaba por irse por un asunto urgente, así que solo le dio a Toukan un desinfectante y le señaló donde estaban los algodones y las gasas. Como rayo, la enfermera salió del lugar sin hacer más caso de nosotros. Toukan en silencio tomó lo que le faltaba y con cuidado me desinfectó, llevándose algunos quejidos míos.
—¿Estudias aquí? —pregunté para romper el silencio que cada vez me ponía mas nervioso.
—No, yo aún estudio la preparatoria, pero como es mi último año estaba buscando opciones de donde estudiar después y vine a visitar esta universidad.
—Ya veo. —dije, sin tener nada más que decir.
El silencio volvió.
—Lo siento. —se disculpó cuando terminó de vendarme el brazo, miraba para un lado.
—No, es mi culpa, yo debí de haberme fijado por donde caminaba.— contesté, queriendo ser amable.
Él volteó a mí, mirándome fijamente a los ojos. Nadie decía nada, estábamos concentrados en los ojos del otro, como si buscáramos algo, algo que ni siquiera sabía que era. Sus ojos eran muy lindos y me agradaba a pesar de haberlo conocido hace poco. Nadie hacía nada, solo nos miramos por unos largos minutos.
—¡Holaaa! ¿Interrumpo?— soltó una voz directo de la puerta que se había abierto de par en par en un estruendo veloz.
Nos sobresaltamos, volteamos directamente a la puerta. Era Hide mirándonos sonriente y con una ceja alzada.
—¡Hide! —exalté muy nervioso.
¿Nos había visto en aquella situación? Bueno, no estábamos en una situación comprometedora, pero sería sospechoso para cualquiera ver a dos personas mirándose de aquella forma, con esa intensidad con la que hasta hace unos segundos nos mirábamos.
Toukan dijo que ya tenía que irse, así que me despedí de él con un gesto rápido mientras salía con paso veloz. Hide nos miraba atento con la misma sonrisa pícara.
—¿Quién era él? —preguntó, después de que Toukan se alejara.
—El chico que te conté de la cafetería. —sentía mi cara arder.
—Interesante...
Comencé a hablar de un tema diferente, evadiendo lo que quisiera decirme. No volvimos a hablar de él.
*Capítulo escrito por Licanaez*
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Gotas de Café. [Touken - Yaoi]
Fiksi PenggemarHay momentos cotidianos que debemos aprender a atesorar, como una coincidencia al tomar una taza de café. Toukan quizá podría ver a alguien importante en una de las tazas que sirve. Él creía que solo sería un día normal de trabajo en la cafetería, s...