Capítulo 7.

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Los gritos de los cientos de niños que vivían en aquél orfanato no se hicieron esperar. El olor a
mortal siendo incinerado por las fuertes llamas que consumían la edificación tampoco. Olor que Sophie disfrutaba observando tan magnífico espectáculo que ocurría rápidamente frente a sus ojos.

El accidente no había sido su culpa. Aquella noche la pequeña niña se encontraba observando sus preciadas imágenes con una pequeña linterna debajo de la cama, cuándo se percató de un terrible olor a quemado de provenía del comedor del pequeño orfanato. Sin hacer ruido alguno se dirigió al primer piso del lugar, y una enorme sonrisa se formó en su rostro al notar que por descuido de uno de los trabajadores una de las ventanas había quedado abierta; siendo ésta la causante del incendio al entrar una pequeña colilla de cigarrillo aún encendida en ella. El fuego se comenzó a extender por las cortinas, siguió por encender un par de papeles que estaban regados en el suelo con dibujos de los niños, y en cuestión de minutos todo el primer piso de encontraba en llamas.

Cómo pudo subió rápidamente a su habitación y tomó su pequeña mochila. Prosiguió por bajar cuidadosamente entre el fuego y detenerse a observar la magia.

Para cuándo el fuego llegó a las habitaciones de los demás niños y de los trabajadores, ya era demasiado tarde.
Los niños mayores intentaron auxiliar a los más pequeños tirándolos sutilmente por la ventana, cosa que no funcionó, puesto que en vez de caer en el jardín -como era de esperarse- quedaron incrustados en las púas de seguridad que custodiaban el orfanato. Los recién nacidos fueron los primeros en fallecer, el humo entró tan rápido en sus pequeños pulmones que no les dió oportunidad alguna de ser salvados.
Los mayores se arrinconaron en una habitación e intentaron detener el fuego cubriendo la entrada con decenas de objetos, cosa que tampoco dió resultado alguno.
Minutos después todo el orfanato ardía en llamas mientras Sophie observaba la escena a tan sólo un par de metros de la entrada.
La ceremonia estaba por concluir y aún no llegaba su anfitriona.

Sophie tomó las fotografías, les dió una última mirada y simuló dar un corto beso en la fotografía de su madre fallecida con un tiro en la cien; rápidamente cavó un pequeño hueco en la tierra y allí introdujo las fotografías.
A lo lejos pudo escuchar el ruido del camión de bomberos, y pudo ver cómo los vecinos se asomaban prontamente a ver qué había ocurrido, -debo apresurarme.- Fue lo último que se dijo a sí misma, para luego correr al orfanato y adentrarse en las llamas que lo consumían.

Un grito desgarrador fue lo último que se escuchó aquella madrugada en el vecindario, Sophie pudo sentir por un par de segundos cómo la candela derretía su cuerpo, para luego volverse cenizas como todo lo demás.

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⏰ Última actualización: Feb 22, 2017 ⏰

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