-¡Aron! Despierta Aron-. Me gritó un delgado muchacho.
Abrí mis ojos un poco y noté un fuerte reflector, parecía un interrogatorio. Solo podía observar a un chico con una máscara, era imposible ver el resto de la habitación por la fuerte luz que apuntaba hacia mi cara. Mi estómago empezó a resonar y esto causó su atención.
-Al parecer estas hambriento, no te preocupes tengo algo para ti.- Me acercó un pedazo de carne y un poco de pan.
-No entiendo que está ocurriendo ¿Quién eres tú? Le pregunté
-No tienes nada que entender por ahora, primero vamos a necesitar que recuperes tus fuerzas, después yo te explicaré todo-.
-Está bien, pero no me respondiste ¿Quién eres? ¿Te conozco acaso?- Volví a insistir.
-Si me conoces, y muy bien, pero ahora es mejor que descanses. Tienes una cama aquí para que puedas dormir un poco-. Se levantó, agarró su reflector y luego se retiró.
-¡Espera! No me dejes así.- Le grité mientras el cerraba la puerta reforzada que se encontraba en la habitación.
-¡Exijo respuestas! ¡Vuelve!- Volví a gritar pero no respondió.
Ahora sin esa molesta luz, podía ver mi entorno. Me encontraba encerrado entre 4 paredes de concreto y una gran puerta de metal. Tenía una cama a un lado y una mesita de luz. Al otro lado, tenía un pequeño escritorio con una lámpara. También había un pequeño cubo de basura, supongo que era para mis necesidades.
Podría haber seguido golpeando la puerta y gritando para obtener alguna respuesta, pero estaba muy cansado. Era preferible recuperar mis fuerzas y luego analizar la situación. Tomé la comida y en unos pocos minutos me la terminé. De repente, escuché que tocaban la puerta.
-Aron, me olvide de traerte agua, aquí tienes, ven.-
Me acerqué hacia la rendija que estaba en la puerta y tomé la botella pero hubo algo que llamó mi atención. El tipo que me la dio, estaba tapado con una capucha y la misma mascará que el misterioso hombre del callejón ¿Acaso me había secuestrado?
-Ey, yo te conozco... Te vi en el callejón, tú fuiste el que me aconsejó no venir.- Le dije.
-Sí, y me conoces más de lo que crees, pero por ahora descansa. Soltó mientras cerraba rápidamente la rendija.
¿Pero que estaba hablando aquel tipo? Yo no conocía ningún deprimido que me conociera a mi ¿O sí?
Tenía mucha sed y la cabeza me mataba. Me vacié la botella y me desplomé en la cama. Estaba algo dura, no era la misma que la mía, pero amenos era algo. Las horas pasaron y desperté. Me sentía mucho más repuesto. Me levanté a la brevedad. Me sentí algo extrañado, ya que la puerta estaba abierta. Al lado del escritorio había ropa nueva de mi talle y una nota que decía.
"Te espero en el comedor. Para llegar cruza el pasillo, es la segunda puerta a la izquierda. E.C"
¿E.C? que significaban esas siglas. Me cambié y salí del lugar. Seguí al pie de la letra las instrucciones, las cuales me llevaron a otra puerta blindada algo desgastada. Con algo de fuerza logré abrirla y a la vez hice mucho ruido. Un pequeño grupo de personas sentadas alrededor de una mesa se me quedaron mirando, mientras una de ellos se levantó.
-¡Ven Aron únetenos! Edward ya viene.- Me dijo.
Supuse que Edward era el líder, y el misterioso enmascarado. Asentí con la cabeza y tomé asiento. Entre los integrantes se encontraban: Dos chicos que se parecían mucho entre sí, una chica joven y bastante atractiva; y un chico serio apoyado sobre una columna afilando un cuchillo.
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Seamos felices
General Fiction¿Qué es la felicidad?... Muchos la buscan, otros dicen de haberla encontrado, algunos; que no existe. Yo pensaba que la tenía, creía que conocía todo sobre ella. No podía estar tan equivocado...