Capítulo 8 • El pasado de Castiel •

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Tras haber subido al autobús. Todo parecía muy calmado. Podía escuchar lo murmullos de todos en él. Todos estaban conversando con sus amigos. Y Castiel seguía mirando por la ventana. Yo no quise molestarlo, por lo que me he puesto mis articulares y he puesto algo de música. Cuando apenas comenzaba la segunda canción, alguien ha jalado de mí articular izquierdo.

—¡Auuuch! —Me queje.

—¿En verdad te dolió? —pregunto Castiel con una sonrisa en los labios.

Lo he mirado

—Creí que conversarías conmigo, mientras dura el viaje.

¡Has estado mirando por la ventana!.

—Ammm

—Venga ya, cuéntame algo de ti...

—¿A-Algo de mí? ¿Qué te gustaría escuchar de mí? —Le pregunte nerviosa.

—En realidad, cualquier cosa que escuche de ti, debe estar muy bien.

—¡B-Bueno! En realidad ya sabes la mayoría. Vivo con mi padre, pero él nunca está en casa. Y, en realidad lo extraño.

—¿Cuándo volverá?

—No estoy segura, dijo que había surgido algo en su empresa. Así que se quedara más días de los que había dicho.

—Yo vivo solo. Así que creo que de alguna manera te comprendo. A pesar de todo, tú eres diferente a mí. Eres una chica completamente tímida, mientras yo soy un idiota busca-problemas.

—¿S-Solo? P-Pero ¿Qué hay de tus padres?

—Solo sé que nunca los vi más felices, desde el día que se enteraron que vendría a la universidad a Detroit, y casi no me iban a ver. Supongo que siempre me quisieron fuera de ellos. —contesto desanimado.

¡Wow! Nunca me imaginaria que los padres de Castiel fueran así con él.

Él comenzó a contarme absolutamente todo.

*Flashback*

Mis padres se conocieron en la preparatoria. La primera vez que se vieron, sintieron que estaban destinados a estar juntos por siempre. Pero al graduarse de la preparatoria. Mi madre estaba embarazada. Al comienzo, ellos estaban muy felices porque tendrían un bebe. Pero por esa razón, no pudieron entrar a la universidad. Necesitaban dinero para él bebe. Mi padre siempre tuvo un sueño. Triunfar en la música. Pero eso nunca paso. Luego yo nací. Comenzaron a culpar a un bebe, por todo. Papá nunca cumplió su sueño por mantener al bebe. Él era se parecía mucho a mi cuando estaba joven. Mamá no pudo ir a la universidad porque yo dependería de ella. No les quedo más que aceptarlo. Mis padres no me prestaban mucha atención. Comencé a crecer y yo seguía sin sentirme amado por ellos. Iba a la escuela solo. Y regresaba solo a casa. El único feliz en verme era Harry, mi mejor amigo. Era un dálmata. Yo me encerraba en mi habitación y hacia los deberes. Solo quería que mis padres se sintieran orgullos de mí. Que me abrazaran y me dijeran: Te quiero. Sin embargo, llegue a la adolescencia.

Nada parecía cambiar. Hasta que comencé a tocar la guitarra. Comencé a tener el mismo sueño de mi padre. Triunfar, papá se alegraría porque su hijo seguiría sus pasos. Solo se molestó. Dijo que no triunfaría en la música, que era estúpido. Y que al verme, solo recordaba a su yo de joven. Aquel imbécil, con sueños estúpidos.

Pero todo cambio cuando mi madre tendría al segundo bebe. Mi padre estaba feliz. Ambos lo estaban, se prometieron no cometer el mismo error con él. Cuando nació. Todo fue diferente. Desde el primer día le demostraron su amor. Siempre estaban al pendiente con él.

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