Cómo conquistar a una cuatro ojos (EDITADA)

CAPÍTULO NARRADO

—¿A dónde vamos, Calum?

—A un sitio.

Le miré directamente a los ojos, intentando captar algún detalle que me dijera nuestro paradero, pero no conseguí nada. No entendía el porqué de esta reunión, no había hablado mucho con él anteriormente, y cuando me ponía a pensar en la última vez que me fié de alguien que apenas conocía me ponía a recapacitar en la confianza que tenía en los demás y no debería.

—Ven por aquí —señaló el rubio.

Yo simplemente asentí y seguí sus pasos, pero no estaba segura de si podía seguir con tanto misterio y secretismo más tiempo.

Cuando vi a Jesús a unos metros de mí, me vino a la cabeza un deja vu: me habían vuelto a engañar.

—¿Jesús? —pregunté confusa.

Se acercó y me tomó de la mano. Estaba confusa, y a la vez enfadada. No podía esperar que accediera tan fácilmente después de todo a estar con él, y mucho menos empezando con el contacto físico. Sabía que me iba a explicar lo que sucedió, aunque estaba muy claro. El problema en realidad era que yo necesitaba escuchar lo que quería decirme, y por más que me negara acabaría haciéndolo igual, así que la única medida que tomé fue poner un poco de resistencia y hostilidad al ambiente. No sé lo quería poner tan fácil.

Por segunda vez en ese día, me llevaron a otro sitio sin saber exactamente cuál, pero este trayecto al menos fue más corto. Acabamos en el jardín trasero de su casa, aparentemente sin nadie dentro.

Había una manta extendida en el césped junto a un plato con embutidos, sándwiches y más comida variada.

—¿Qué es esto?

—La cena que deberíamos de haber tenido.