Capítulo 10 "No lo dejaré"

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Karma estaba desesperado, no encontraba a su celeste por ninguna parte de la fiesta, y... ¿Y si se encontraba en otra habitación? ¿Y si estaba con ese demonio? ¿Y si estaba tocando a su querido celeste? No,no le permitiría a nadie más tocarle, escuchar sus dulces gemidos, sus suspiros, esos lindos sonidos que solo él podía producir... ¡No dejaría que nadie más lo escuchase!

- ¡Nagisa! - gritó hundido en la desesperación

A unas cuantas habitaciones de donde Karma se encontraba, estaba el celeste arrinconado en la pared. Su vestido estaba doblado, su cabello desarreglado, sus labios algo rojos e hinchados, sus zapatos se habían caído en alguna parte de la habitación, en esos momentos solo podía pensar una cosa al estar en esa situación

<<Que desagradable>> su mirada llena de interés cambio a una sin expresión, con solo un pequeño brillo que expresaba repulsión, en solo un instante el rostro de Karma paso por sus pensamientos, el estar en una situación como esta con él a su lado...

Sintió como el mayor besaba su cuello y dejaba pequeñas marcas, un cosquilleo recorrió su cuerpo al pensar en Karma, verdaderos suspiros y jadeos comenzaron a salir de sus labios, el creer que era Karma el que lo tocaba, el que le besaba, el que... Le amaba...

Sus ojos se llenaron de lágrimas, era obvio que nunca podrías amar a un objetivo, el objetivo se asesina y punto. Es un trabajo.

<<Karma>> llamó Nagisa desde sus pensamientos, y como si de un deseo se tratase la puerta fue abierta con brusquedad, el pelirrojo se detuvo en seco al ver a Nagisa en las, ahora, sabanas rojas, y el rubio encima de él

- ¡Tu..! ¡¿Qué intentas hacer con Nagisa?! - preguntó furioso

- Karma... - dijo Nagisa mientras las lágrimas comenzaban a emanar de sus orbes zafiro, el ver como el celeste le llamaba por su nombre con algo de tristeza y sus lágrimas impactando con las sabanas sólo hizo que Karma perdiera su cordura y dejara salir al demonio que vivía en su interior, literalmente.

- Demon  Red - es un placer conocerlo, el pelirrojo se transformo en frente de ellos - ¿Acaso esta enamorado de esta humana? - pregunto con sorna en su voz tomando uno de los mechones celestes de Nagisa

- ¡No lo toques! - exclamo molesto

- ... - Nagisa se mantenía en silencio, era verdad, Karma no sabia que él era su objetivo, sus ojos zafiro se ensombrecieron y su mano se poso en su muslo, sacando su cuchillo.

- ¡Suelta a Nagisa! - su paciencia estaba acabándose

- ¿Por qué? - preguntó el demonio con sorna

- ¡Snake te lo ordena! - dijo el celeste mientras colocaba su cuchillo en el cuello del mayor, apuntando a su yugular

- ¿Snake? - dijeron los mayores al unísono confundidos y sorprendidos

- ¿Acaso pensabas que una "simple humana" estaría al lado del demonio Rojo? - preguntó con sorna tomando asiento y soltando su cabello por completo

- ¿Tu... Eres? - preguntó aterrado el mayor

- Uno de los grandes demonios - finalizo Nagisa

- ¿Nagisa tu...? - Karma se quedó en silencio

Nagisa guiño su ojo derecho, indicándole al pelirrojo que le siguiera el "juego", finalmente Karma entendió lo que su celeste quería decir, así que comenzó a actuar, la celeste sonrió y miro al chico con tristeza - Soy... Tu objetivo - dijo en un hilo de voz, aún así el pelirrojo se sorprendió al oírlo

- Es una broma... - Karma actuaba devastado, en un momento paso por su mente que lo había escuchado - ¿Cómo sabías de mi objetivo? - preguntó algo serio, pero aún sin dejar la actuación de sus palabras

- Te escuché, le verdad ya no importa... - las lágrimas caían incesantes - De todas formas, yo... Nunca podría hacerte daño - susurro para levantar su vista y mirar a el pelirrojo, Karma pensó que era verdad, que no era una actuación, sintió una opresión en el pecho al ver las lágrimas de verdadera tristeza deslizarse por las suaves mejillas del celeste, y por un momento creyó saber que él era la causa.

- Nagisa - susurro Karma para ver como el celeste enterraba el cuchillo en la vena yugular interna del mayor con tal precisión que incluso cortó la vena yugular exterior, el mango del cuchillo fue jalado con fuerza haciendo que la sangre comenzara a emanar del cuello del rubio a cantaros, Nagisa y Karma observaron en silencio por algunos segundos como su sangre corría por la fina alfombra de colores claros, traspasándola y manchando el piso de caoba

 - Tenemos que irnos, los guardias probablemente ya están alertados - dijo el celeste con una sonrisa mientras se secaba algunas lágrimas y subía a un ventanal

- S-si - dijo algo confundido Karma mientras seguía a Nagisa, el celeste saltó de la ventana para caer en uno de los arbustos que se encontraban en los jardines del patio trasero, Nagisa cayó firme, pero algunas cortadas se hicieron presentes en sus brazos y piernas - ¡¿Estás bien?! - preguntó Karma algo preocupado y aún transformado

- ¡Si, ven baja rápido! - gritó Nagisa como respuesta, el pelirrojo saltó y antes de que Nagisa pudiera quitarse, Karma cayó encima del celeste y se perdieron en sus miradas, el celeste se había sonrojado tanto que su cara parecía ser el cabello de Karma, mientras que Karma estaba tentado a probar los finos labios del celeste, labios que no había probado antes y que ansiaba, labios que probablemente se volverían una adicción, labios que habían sido tocados y besados por otras personas... Labios que quería secuestrar para quedarse con ellos, para que nadie más que él los tocase, para ser el único dueño del celeste, para... Amar al celeste.

- Yo... - dijo Nagisa aún sonrojado, Karma tomó en cuenta lo que estaba haciendo y de igual manera se sonrojo un poco, se levantó inmediatamente y notó como la mirada de Nagisa se ensombreció - Hay al menos quince personas rodeándonos, guardias, con armas, están nerviosos y asustados, otros están molestos, no sé en donde se encuentran exactamente, pero no debe ser muy lejos - susurro para agacharse y jalar a Karma del brazo para que hiciera lo mismo

- ¿Mínimo? - pregunto el pelirrojo, haciendo referencia a "Mínimo a cuantos metros se encontraban de ellos"

- Al menos unos... 6 u 8 metros, no estoy seguro, pero todos llevan consigo un arma, tu estas transformado, podrías ocultar tu presencia y usar tu sed de sangre para asesinarlos con las habilidades de combate que posees - dijo de manera rápida

- ¿Cómo sabes que tengo habilidades de combate? - preguntó Karma algo interesado

- ¿En en serio? ¡No creo que importe en estos momentos! - dijo alzando un poco la voz - Solamente deja salir tu sed de sangre para neutralizarlos, después yo los mataré con mi cuchillo - dijo el celeste algo molesto mientras se levantaba y cortaba su vestido hasta la mitad del muslo, salió de los jardines y se encontró con los quince guardias

- ¿Señorita? - pregunto uno de ellos

- Lo siento, al parecer me perdí un poco - dijo la celeste mientras caía en brazos de uno, simulando estar ebria

- N-no se preocupe, ¿No ha visto a nadie más? - dijo evitando chocar las miradas el segundo guardia

- Ahora que lo dice... creo haber visto a alguien - dijo mientras se acercaba más al cuerpo, los demás veían el lindo cuerpo de la celeste y no la veían con buenas intenciones, cosa que noto el pelirrojo haciendo enfurecerlo y sacar toda su sed de sangre sin darse cuenta

Compañeros de Asesinato [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora