Capítulo 27

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POV Samantha

Mientras dormía escuché un ruido que hizo que me despertara sobresaltada, miré el reloj en la mesita de mi lado de la cama y divisé que eran apenas las 3:00 de la mañana, lo que hizo que mis sentidos se pusieran alertas, aún más cuando volví a escuchar el ruido que provenía de la habitación donde dormían los niños

- Ian - susurré, repetí y moví un poco su hombro - Ian - susurré nuevamente Ian no daba señales de querer despertar - ¡Ian! - susurré - grité en su oído, Ian se levantó sobresaltado y me miró con molestia, cuando vi que abría la boca para decir algo la tapé con mi mano y dije - Escucha - Ian no entendía de que hablaba hasta que al igual que yo escuchó un ruido, no lo pensamos más y nos levantamos de la cama, yo caminé  hacia el armario y busqué mis armas una Glock 9mm y una Cold M1911 , las cargué y salí, le dí una a Ian y me acerqué a la puerta, la abrí lentamente y verifiqué que no hubiera moros en la costa, al no ver a nadie en el pasillo salí de la habitación con Ian siguiéndome,  devisé  la puerta de la habitación de mi hijo abierta, mi corazón comenzó a latir rápidamente al pensar que mi hijo estaba en peligro, me acerqué más a la puerta y escuché unas voces

- ¿Cuál de los dos es? - preguntó la voz de un hombre

- Yo que voy a saber, ¡no es mi hijo! - contestó otro

- ¿Y si los llevamos a los dos? Puede que hasta sea mejor - dijo el primero

- Como sea, pero rápido que puede alguien escucharnos - dijo el otro

- Bien, tu toma al de la izquierda y yo al de la derecha - volví a escuchar, miré a Ian y asintió, sabía lo que quería hacer así que sin más salí de detrás de la pared y grité

- ¡Manos arriba! - los hombres dentro de la habitación voltearon hacia mi y en sus brazos tenían a Nathan y Thomas, al ver a mi hijo y mi sobrino entre sus brazos y en su otra mano un arma apuntando hacia ellos mi cuerpo se llenó de ira, la sentía correr en mi sangre ¡¿Cómo diablos pueden hacerle daño a un ser tan inocente como ellos?! - Suéltenlos -  dije, los hombres sonrieron 

- ¿O qué? ¿A caso crees poder detenernos? Tu eres solo una, nosotros somos dos - dijo el más joven de los hombre

- Te equivocas - dijo Ian posicionándose a mi lado apuntando también con su arma a uno de los hombres - Ella no está sola - terminó, pude ver miedo y desesperación en el rostro de los hombres y escuché un ruido muy familiar para mi pero que no quería escuchar en estos momentos, uno de los hombres quien tenía a Thomas en brazos quitó el seguro de su arma y la acercó a la cabezita de mi pequeño sobrino, la rabia aumentó aún más

- Muévanse - dijo, negué - Si no lo hacen este pequeñín morirá aquí mismo, delante de ustedes y ustedes serán los culpables - dijo, vi como comenzaba poco a poco a apretar el gatillo, tenía que actuar rápido

- ¡Para! - grité - No lo lastimes - pedí 

- Si quieres salvarlo entonces apártense - dijo el hombre más joven, lo miré por varios segundos, suspiré y miré a Ian y hablé

- Cariño has lo que piden - dije, Ian me miró incrédulo

- ¿Qué? - atinó a preguntar, lo miré a los ojos

- Por favor, has lo que piden - dije seria, Ian notó que tramaba algo así que fingió enojo y se alejó, los hombres comenzaron a caminar hacia la puerta de la habitación, yo tenía mi arma todavía apuntándoles e Ian igual, salieron de la habitación y en ese momento salió también Malena dela suya

- ¿Por qué tanto alboroto? - preguntó aún sin percatarse de la situación

- Regresa a tu habitación - dije

El Contrato De Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora