REINICIO [XiuHan/LuMin] FINALIZADO

04. ELIJO SER TUYO.

n/a: Falta un epílogo y se termina, les aaamo♡ 
Los números de experimentos de los chicos son sus números en EXO; Lu 7, Min 99.

***

—¿Lo has escuchado? —10 preguntó a través de la delgada sábana blanca que separaba una camilla de la otra. 7 se encontraba de espaldas, recostado en la enfermería bajo una lamparilla de luz. Amarrado contra una estructura de metal, una aguja enterrada en una de sus muñecas drenaba sangre hasta una botella de cristal. —Han traído a un nuevo experimento. De los doce después de 88, sólo él sobrevivió: 99.

10 se moría por ser el primero en revelar la cotilla, imaginándose cuán de espectacular sería aquel nuevo ‹sujeto› como para haber sobrevivido a tantas dolorosas pruebas. La doctora se acerca haciéndolo callar.

—Buen chico. —Quita la intravenosa en 7, vendándole la delgada muñeca. Intenta sonreírle como cumplido cuando, a pesar de su corta edad, jamás se había quejado por el dolor físico. —Buen trabajo, buen niño. —Da palmaditas sobre su negro cabello como si fuese un perro domesticado, una mascota a la cual felicitar premiándole con un chocolatito por su buen comportamiento.

Tras esto, 10 se burla de 7.

—Puedes irte a descansar. —La mujer abre las puertas de la sala indicándole la salida sin dejarle en realidad en libertad. Con un ademán hasta un corpulento hombre en una esquina, ordena al guardia llevarse a 7 a las habitaciones.

Aún quedaba demasiado qué hacer con 10...

La luz artificial en lo alto de los túneles parpadeaba a cada paso que daban. "Subterráneo" era como denominaban a esa especie de hogar bajo tierra cuando el mundo exterior ya no existía. (O por lo menos eso les hicieron creer).

7 no sabía demasiado sobre el tema. Supone que sólo lo que a todos los de su ‹tipo› les contaron y eso era suficiente para él; La tierra en la que la humanidad vivió había muerto, el hombre se había encargado de destruirlo todo. Y los pocos sobrevivientes tuvieron que esconderse en el subsuelo.

Estaban a un breve paso de la extinción.

Aquí aparecían ellos; Niños nacidos de probetas, sin sentimientos o alma, cuya existencia se resumía en únicamente ser útiles para la experimentación.

7 no tenía problemas con lo anterior. Había nacido sabiendo que era su único propósito. Su único fin.

Creció sin sentir ninguna especie de afecto, ternura, alegría o tristeza. Tampoco compasión, o empatía. Ni necesidad.

Eran máquinas de indiferencia, de frialdad.

De insensibilidad.

El eco del agua drenándose a través de las paredes rocosas bajo tierra, se escucha en lo profundo de la oscuridad. El guardia se detiene a arreglar una bombilla que explota justo sobre sus cabezas, ese es el momento exacto en que 7 por primera vez lo ve;