Me desperté con sus manos en mi cabello. Al principio me entro pánico, sin saber donde estaba ni lo que estaba pasando, luego me di cuenta de que Mark me miraba pacientemente mientras permanecía de pie de pie junto a mi cama.
Rápidamente me mire, mi último recuerdo era el de tener relaciones sexuales con Jimin, pero ahora tenía puesta mi ropa interior y la sabana me cubría hasta la cintura. Mark estaba acariciando mi pelo y cuero cabelludo, dándome un alivio realmente necesario.
Le sonreí tentativamente y luego me senté, dándole un mejor acceso.
―¿Tengo que llevarlo trenzado todo el tiempo?
― Solo en las funciones sociales. Es un signo de nobleza en el reino Bangtan. Significa que son lo suficientemente importantes como para tener ayudantes que lo hagan por usted.
―Gracias a los dioses. Me siento como si mi piel se hubiera separado.- volvió a sonreír.. ―¿Fue usted quien me vistió? ―Le pregunte, un poco avergonzado, pero aun así quería saber.
―No, nuestro Rey lo hizo. También prohibió que nadie entrara en sus cuartos sin asegurarse de que estaba vestido en primer lugar. ―Me sonroje otra vez, pero fue un alivio.
Con el pelo libre de nuevo me sentí mucho mejor, incluso mis dolores no eran tantos. Toque mis cicatrices a través de la tela, sintiendo los mismos nervios que Jimin había tocado esa mañana, pero no era lo mismo cuando los toque. Eran una parte de mí, y tocarlos no se sentía diferente de tocar cualquier otra parte de mi piel. Rechace esa línea de pensamiento y decidí ver cuáles eran mis opciones en el palacio de Bangtan.
―¿Todavía no estoy autorizado a salir a la calle?
―Lo siento mi Príncipe. El Rey teme por su seguridad ―Casi solté un bufido por eso. Yo no creía que él tuviera miedo por mí ni por un segundo. Por su hijo, si, ¿por mi? Lo dudaba.
―¿Qué puedo hacer entonces?
―Lo que usted quiera mi Príncipe. Pero no puedo salir de estos cuartos ―Mark parecía apenado.
―¿Puedo obtener algo para leer? Para pasar el tiempo.
―¿Qué le interesaría mi Príncipe? Yo puedo tomarlo de la biblioteca ―Sonrió de nuevo, como aliviado de poder servir de nuevo.
―No estoy seguro. Nunca pude escoger antes ―Me pregunte lo que tenia curiosidad por saber.
Lo que yo siempre he querido y mi padre me había prohibido. La lista se comenzó a llenar ante mis ojos al instante y sentí el primer signo de emoción por la curiosidad de la mañana.
― ¿Me puede encontrar libros sobre como los hombres Kari dan a luz? Y algo de magia para principiantes. No sé por dónde comenzar con la magia. Además, las costumbres de la corte de Bangtan y la curación. Sí, me gustaría saber sobre eso también.
Mark se echo a reír cuando pare mi balbuceo.
―Si continua, no dejare libros para que los demás lean ―Me sonroje al darme cuenta de lo entusiasta que debí haber sonado― ¿Qué tal si le traigo libros sobre nacimientos y la magia? Mañana puedo traerle lo demás.
―Si, si. Eso suena maravilloso. Gracias ―Apreté su mano sintiendo como mis mejillas se calentaban ante su atención.
―Voy a salir ahora y buscar los libros. Alguien debería llegar pronto con algo de comida. Debe estar muriendo de hambre.
El me sonrió, y yo le sonreí de vuelta, demasiado excitado para permanecer en la cama, incluso antes de que él se fuera. Por fin, cuando recibiera los libros podría aprender sobre como tener un hijo y sobre magia. Estaba emocionado y me sentí feliz de una forma que me había olvidado de cómo ser.
Estaba en la ventana, en puntas de pie mientras trataba de ver más del jardín que estaba cerca de los muros del castillo, cuando un golpe sonó. Los cuartos estaban demasiado altos para ver lo que quería ver y no estaba seguro de si se me permitía abrir las ventanas.
―¿Esta vestido, mi Príncipe? ―Pregunto una voz del otro lado de la puerta.
―Sí. Por favor, entre ―Me di la vuelta, viendo como la puerta se abría y entraba un hombre cargando una bandeja, cerrando la puerta detrás suyo con seguridad.
Le sonreí entonces, y fije mi mirada en la comida que había llevado, sintiendo punzadas de hambre por primera vez desde que salí de mi casa. El hombre no me devolvió la sonrisa. Puso la bandeja sobre la mesa, y volviéndose hacia mí, saco un enorme cuchillo de su espalda.
Mi primera reacción fue gritar. Tenía muchas ganas de gritar, pero mi voz se congelo en mi garganta, y todo lo que podía pensar era en que yo nunca había visto a nadie con un cuchillo viniendo hacia mí. Cerró la distancia hacia mí rápidamente, y en el último momento me di cuenta de que a pesar del miedo tenía que moverme. Salte sobre la cama, que era lo más cercano a mí y mire la dirección que el hombre podría tomar.
Primero se movió a la izquierda, tratando de seguir en pos de mí, pero luego se dio cuenta de que dejaría el camino hacia la puerta completamente libre, por lo que dio marcha atrás rápidamente y se abalanzo sobre mí por entre medio de los dos pilares de la cama.
No era algo que yo esperara, no es que yo hubiera tenido alguna experiencia con gente tratando de matarme. Así que me tropecé con las mantas, y caí al suelo del lado derecho, cerca de las puertas. Podía verlas, todavía cerradas, pero no demasiado lejos, trate de ir hacia ellas, pero mi atacante era más rápido y sentí el cuchillo pasar por mi hombro, cortando todo el camino hasta la mitad de mi espalda. Caí de nuevo, y supe que mi oportunidad se había ido de nuevo. Me tenía y yo ni siquiera tuve que dar a luz un niño para asegurar mi muerte.
El cuchillo volvió a golpear, justo a la derecha de mi columna vertebral y la voz que no aparecía hasta ahora atravesó el aire. Fue tan fuerte el grito que atravesó la habitación como el cuchillo en mi espalda, y por primera vez, sentí a mi atacante dudar.
Saco el cuchillo, pero en vez de apuñalarme otra vez, corrió a la puerta, tiro de ella abriéndola y desapareció por el pasillo.
En cuanto a mí, llore. El dolor era agudo, por lo que las lagrimas vinieron por cuenta propia, y yo no podía respirar como antes. Quería moverme, pero me dolía mucho, quería pedir ayuda, pero mi voz se había vuelto a ir, gemí en el suelo demasiado herido para pensar, sentí la humedad debajo de mí y supe que era mi sangre.
Lo extraño es que, a pesar de que veía a Mark traspasar la puerta no podía oírlo. Sentí su mano en mi hombro, sentí sus dedos en mi cuello, podía ver que sus labios se movían cuando se puso al nivel de mis ojos, pero yo no pude oír ni una palabra de lo que dijo.
Después de él vinieron los extraños, tocándome, cortándome la ropa, y el constante movimiento de sus labios, pero no pude oír nada de ello, y al final, no quería. Yo sabía que todavía lloraba y que aun gemía, pero de alguna manera mi línea de pensamientos fueron hacia el Rey y lo último que pensé es que pensaría el de eso.
¿Me culparía, o encontraría a mis asesinos y haría justicia? Me lo preguntaba, pero incluso cuando lo vi corriendo hacia mí con nada más que preocupación en el rostro, no pude mantener mis ojos abiertos, y me entregue a la oscuridad.
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La Conquista Del Rey. «J I M S U»
FantasyAdvertencia: Esta es una adaptación de una novela , sólo cambie nombres y algunos datos... Todos los créditos a su autora original y a sus traductores al español. Adaptación de Valentina Heart. 12/09/17 21/09/17 22/09/17 27/09/17 28/09/17