CAP.05

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~Mi Rey nunca me llevó a sus habitaciones. ¿No era mejor que un sucio secreto? Pero no.
Mi Rey me ama. Me ha disfrutado tanto durante muchos años. Es ese príncipe sucio. Tan pronto como me deshaga de él, mi Rey será mío de nuevo. Sólo mío.~

Yo esperaba un guerrero, un bruto de hombre, alguien quien me tirará en la cama y me hiciera cosas despreciables. Esperaba un rey que no se preocupará por mí en ninguna forma y sólo me tratará como a una posesión capturada.

Pero todo lo que había visto hasta este momento me mostró algo diferente. Pedía, preguntaba.
Preguntaba y explicaba. ¿Podría ser un tan insensible gobernante como mi padre siempre lo había descrito?

Mis pensamientos tiraban en la dirección de lo que sabía, arraigados y taladrados en mí a lo largo de los años pero mi instinto se rebeló contra ello. El pasado era pasado. Mi padre se había ido, mi reino no era mío nunca más, y todo lo que había conocido antes estaba muy lejos de lo que mi futuro estaba destinado a ser.

No podía permitirme el lujo de permanecer en lo que una vez fue, y ciertamente no podía permitirme el lujo de tener a mi marido como un enemigo.

Así que vacilante, con las rodillas casi cediendo bajo mi peso, crucé la distancia entre nosotros. Erguí mi espalda y, aunque apenas le llegaba al pecho, yo estaba allí y era lo que había conquistado.

Alargó la mano hacia mí, sus dedos vacilantes frente a mi pecho, pero cuando no pude decir nada, tomó la tela a buen recaudo por encima de mi corazón y me desenvolvía como a un regalo. La camiseta era apenas un obstáculo y antes de saberlo, mi torso estaba desnudo frente a él.

―Realmente eres tan hermoso como dicen. ―Arrastró sus dedos sobre mi clavícula, haciéndome temblar.

Apartó el pelo de mi hombro y presionó un beso contra mi cuello.― Dime, YoonGi, ¿por qué insististe en un contrato? ―, preguntó el rey mientras sus dedos buscaban mi pezones grandes.

No era justo hacer una pregunta, mientras tocaba un cuerpo que nunca había sido tocado de tal manera, y mi respuesta reflejaba la injusticia de su investigación.

―No quería de ser una puta ―Di un grito ahogado.― No quería ser vendido.

Se congeló en su lugar, sus dedos todavía rodeando mi pezón pero inmóviles, tan inmóviles.

―Nunca te habría vendido. Uralain no quiere decir puta. ―Parecía enojado lo suficiente como para sacarme de mi estupor y para dar un paso fuera de su cuerpo.

―Tienes muchos que te satisfacen. Muchos que están celosos y que desearían lastimarme. Sin embargo, me habrías colocado con ellos, llamándome sólo cuando desearás un servicio. No podría haber obtenido el pago por ese servicio, pero sería provisto de una habitación y sustento. ¿Dime cómo eso no es lo mismo? Podría haber dicho que sí, si no fuera por mi posición. No puedo ser ciego e ignorar mi estatus en este mundo. Era un príncipe, y aunque era sólo de nombre, mi pueblo, así como el tuyo, me ven, como la fuerza detrás de todo lo que han ganado o que ha caído sobre ellos. Fue protegido del contacto, el conocimiento y de la gente. Dime ¿cómo podría haber aceptado ser utilizado como a alguien que se crió en esa vida, a quien se le permitió todo lo que se me ha negado?―Me agaché rápidamente y recogí la tela que una vez estuvo a mí alrededor, presionándola contra mi pecho descubierto.

El silencio fue largo y opresivo. El rey se negó a mirarme y traté, sin éxito, de envolver de nuevo la maldita tela alrededor de mi cuerpo. No era de extrañar que los Bangtan necesitaban ayudantes para bañarlos y vestirlos.

Inventaron ropas imposibles de poner, sin otras dos personas sosteniendo tu mano.

―Lo siento ―Sus palabras rompieron el silencio y me hicieron levantar la mirada hacia el rey― No sé de las formas de tu reino. En Bangtan, un príncipe se eleva a ser príncipe desde una edad temprana. Domina el uso de armas, aprende política, ciencia, y los fundamentos de la curación. Si él está dotado con magia, se le enseña cómo usarla por los mejores maestros en el reino y tan pronto como esté listo, participa en las decisiones relacionadas a su reino. No sabía de tu educación fue diferente.

La Conquista Del Rey. «J I M S U»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora