01. KING CANDY « THE BEGGINING »

500 55 6
                                    

— King Candy. ¿Crees que cuando sea grande podré ser como los de la televisión? — había hablado, un pequeño de unos diez años de edad.

— Creo Junior, que serás él mejor — había respondido, quien a su lado se encontraba, coloco una mano sobre la cabeza del menor y con cariño revolvió sus cabellos.

6.00 AM

Suena la alarma — King Candy — susurra un adolescente de cabello oscuro y labios teñidos de un hermoso tono rosa, natural. Parpadeó con lentitud y bostezó perezoso — No quiero ir a la escuela — mencionó, mientras rodaba en la cama, enredando su cuerpo entre el desorden de sábanas. En silencio, pudo escuchar de pronto un extraño murmureo desde la cocina, tomo una de sus almohadas y la abrazó fuertemente contra su cuerpo, los murmureos ahora se habían convertido en una pequeña discusión, las deudas aumentaban considerablemente e incluso había escuchado de sus hermanas mayores que era momento para ellas buscar un empleo de medio tiempo, mientras continuaban la universidad y de esa forma, ayudar a solventar los gastos. Se sentía inútil, porque era el único en la familia que no pensaba en como poder cooperar para que la situación mejorara. La alarma comenzó a sonar una segunda vez, ahora eran las 6:30 AM, sin percatarse el tiempo había transcurrido muy rápido, era momento de levantarse, ir al baño, lavarse la cara, los dientes, tomar una ducha, usar el uniforme escolar e ir a desayunar y una vez más, tener un día como cualquiera, viviendo una vida completamente aburrida.

Jin usualmente utiliza un cubre bocas de color negro, el cual contrastaba perfectamente con su cabello y el marco cuadrado de sus anteojos a causa de ciertos problemas con su visión. Pasaba el portón con tranquilidad cuando sin querer y de una manera torpe chocó de hombro con un chico de cabello obviamente teñido — Ah... — fue muy lenta su reacción cuando el otro, ya había recogido su maleta e incluso sacudido su ropa como si hubiese caído al suelo o algo parecido — ¡Lo siento! Oh... ¡Lo siento tanto! Mira que torpe soy. Sorry, I'm sorry — inclinó su cuerpo, muchas veces, con ese gesto de disculpa tan obvio en Corea. Jin se quedó pensativo un momento, ese chico había hablado en inglés ¿Y qué con su cabello? Podía parecer un matón con aquel rostro y ese cuerpo por lo que vio bien formado, pero Jin termino sonriendo cuando recordó su tono de voz al hablar, sin duda, destruía esa imagen de inmediato.

Camino a su salón de clases, evitaba sentarse en las últimas sillas, para no esforzar tanto su vista, pero al mismo tiempo evitaba los primeros asientos, no le gustaba estar tan cerca de los profesores. Las clases de inglés habían comenzado y cuando abrió su libro, comenzó a sonreír bajo el cubre bocas sin razón, al recordar al chico de la mañana, era tan gracioso, como hablaba. De pronto el profesor fue interrumpido por un chico que acababa de llegar, al parecer transferido porque extendió un papel, que el hombre mayor no dudo en tomar, lo miro por unos segundos y asintió con una sonrisa — Mark Tuan, un nuevo estudiante. Transferido desde Los Ángeles, por favor sean bueno con él. No está muy familiarizado con el idioma — Él chico inclino su cuerpo hacia al frente y saludó a todos con una hermosa sonrisa, a decir verdad, era la sonrisa más hermosa que había podido ver en toda mi vida, no, jamás había visto na sonrisa como esa "Esperen... ¿Acabo de repetir lo mismo de dos formas diferentes?" fue cuando recordó que el profesor había mencionado dos palabras, dos palabras que Young relacionó inmediatamente con "Hollywood", lo miró fijamente hasta que este tomo asiento en la segunda fila, dos sillas más atrás, de la línea en la cual él estaba sentado, lo miró indiscretamente y de pronto se vio en la penosa situación, donde fue descubierto, Mark Tuan lo miraba sin interés, ni siquiera le obsequio un gesto de amabilidad, sintió una punzada en su pecho e inclinando la mirada, se dedicó a observar el texto frente a sus ojos "Lo de hace un minuto o dos si apenas... ¿Había sido solo cordialidad?".

Las clases transcurrían con la normalidad usual, pero Jin no podía evitar girar su cabeza en busca del conocido Tuan. Era extranjero, americano y más que nada, había vivido en Los Ángeles, Young tenía muchas preguntas, quería ser su amigo y preguntarle cómo eran los Estados Unidos, pero además de asocial, al parecer no le agradaba para nada al nuevo. Suspiró resignado, cuando el timbre anunciaba el fin de las últimas clases, ordenó sus cuadernos en su mochila y camino hacia afuera, cuando estuvo a punto de cruzar la puerta, sintió como tropezaba con una persona, inclino su rostro sintiéndose muy tonto, tropezar con las personas no es algo que se hace tan seguido, como ese día, Jin había tropezado ya a dos personas, a dos — Lo siento — cuando levanto su rostro, sus ojos se abrieron como plato, había tropezado al chico nuevo — La próxima vez, fíjate por donde caminas — fue directo, para nada cortés, quizás porque no conocía muchas palabras, ello quería creer, no hablaba bien el idioma y por eso tal vez se sentía como si fuera tan rudo para expresarse, asintiendo en silencio, estaba avergonzado. Cuando intentó salir nuevamente, termino en el suelo, por culpa de un grupo de chicas que iban tras el castaño obviamente decolorado, pensó por un momento y termino riendo a carcajadas, ese día, había tropezado a dos chicos de cabello teñido — Que locura — se levantó sacudiendo su ropa y cuando estuvo a punto de salir, termino de frente con Youngjae, su amigo tierno — ¡Jin Young hyung! — Lo abrazó fuertemente haciéndolo inclinarse hacia atrás, siempre lo abrazaba de esa forma, como si hubieran pasado mil años — Youngjae... me... estás asfixiando — el chico se separó y sonrió — ¡Lo siento! — tan entusiasta, tan Youngjae. Caminaron a la salida, Jae le comentaba que había encontrado un café, muy interesante y si no tenía nada que hacer en ese momento, podían ir juntos, Young medito un momento y asintió sin hacerse el de rogar.

No había un motivo para llegar a casa temprano, quizás no estaba mamá, quien había encontrado como limpiar, lavar y planchar en casa de personas adineradas. Su papá había conseguido un empleo en una estación de tren, no ganaba mucho, pero con la ayuda de sus hermanas comenzaban a cancelar los gastos y a nivelarse con las de deudas. Youngjae hablaba de muchas cosas y Jin solo se dedicaba a escucharlo, porque siempre era más sencillo escuchar a los demás que intentar platicar sobre él, su vida y sus problemas, se habían hecho las ocho de la noche y Jin ni siquiera se había percatado de lo tarde que se había hecho — Es momento de irme — Jae se disculpó, porque obviamente había sido el principal causante de que Young fuese tarde a su casa, cruzaba los dedos para que al moreno no le llamaran la atención por la hora — ¡Lo siento tanto Jin Young! — E hizo un puchero que hizo reír a Jin — ¡No te preocupes! — corrió a su casa antes de que si hicieran las nueve, había llegado muy cansado, muy tarde y cuando tocó el timbre una de sus hermanas lo recibió, estaba a punto de salir a su trabajo nocturno en una discoteca, su padre estaba un poco molesto, pero su madre señalaba que no podían pedir más, su hermana lo abrazo fuerte y salió de casa sin decir nada, sus padres continuaban discutiendo y él había sido completamente ignorado, poco a poco se convertía en una costumbre. Subió a su habitación, sintió unas inmensas ganas de gritar, pero no podía, sabía que lo único que necesitaba era dormir, camino al baño, tomo del botiquín unas pastillas para dormir, tomo una. Regresando a su habitación, solo se quitó los zapatos y se lanzó con uniforme puesto a la cama, miro unos minutos el techo, cuando finalmente se quedó dormido.

KING CANDY ❝ JUNIORLAND ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora