Lluvia

99 28 0
                                    

Era un día hermoso, se podría decir que perfecto. Con un tímido sol ocultándose entre las grisáceas nubes, compartiendo de sus cálidos rayos con el planeta azulado llamado Tierra. No era avaricioso, pero estaba dando lo justo, de manera que no resultase agobiante para los habitantes de ese cuerpo celeste.

Y ahí estaban, en el verde césped del extenso campo, dos amigas, dos grandes amigas, teniendo un agradable picnic entre ellas.
Se llamaban Emily y Julieta.

Estaban ahí, tranquilas y felices, hablando animadamente de su día a día. Todo iba bien, al menos, iba bien hasta que Emily decidió tocar un tema para nada agradable según su amiga.

ーOye July, ¿tú no tienes novio?ー Emily era una chica muy risueña, pero también cotilla.

ー¿Q-qué? ¿A qué vi-viene esa pregunta?ー Respondió, tácticamente con otra pregunta. Julieta se alteró, no esperó esa pregunta de parte de su amiga. Más que nada, no sabía que responderle, ya que desde hacía un tiempo le estaba ocultando algo relacionado con el tema a su compañera.

ーBueno... es que en todo el tiempo que llevamos juntas, nunca te ví con un chico o te oí hablarme de uno que te gustase...

ーEmmm, ya, es-es solo que...ーno sabía que responderle a Emily. No quería mentirle, pero tampoco quería decir la verdad. Optó por irse de allí, después se reprendería ella misma llamándose cobarde por estoー ¡V-vaya! Lo siento Emily, pero se me está haciendo tarde, tengo una cita con... el dentista. ¡Sí, el dentista! Ya nos veremos más tarde ーEn parte tenía razón, tenía una cita con el dentista, pero era para dentro de 2 días. Ya pensaría ella en como decirle a Emily que tenía dos citas con un dentista en la misma semana. Seguramente, Emily se preocuparía por su dentadura, y se echaría la culpa. Es conocida por su gusto al dulce, y no dudaba en compartirlo con Julieta.

ーEstá bien July, nos vemos...ーse despidió agitando la mano con una sonrisa.

Ese tipo de sonrisas eran las que hacían que Julieta no pudiera evitar sonrojarse, sentir esas llamadas mariposas en el estómago, pensar que Emily era la persona más linda en el universo. Y tampoco podía evitar que se le escapasen esas típicas sonrisas de enamorada.

Pues si, Julieta estaba, no, está enamorada de Emily. Ese era su secreto. Desde hace ya tiempo que sentía cosas extrañas por su compañera, pero ella siempre las intentaba ignorar pensando que lo único que sentía era una gran admiración hacia la bondad de su mejor amiga. Pero, al dejar pasar el tiempo, ese sentimiento lo único que hizo fue aumentar, obligando a Julieta a aceptar que, tal vez, sentía algo por ella. Por una diminuta parte, su orgullo le impedía confirmar que lo que sentía por Emily iba más allá del típico 《me gustas》.

Aún así tenía miedo, ellas dos se conocieron prácticamente cuando nacieron. Han estado toda una vida juntas, formando un lazo casi irrompible. Temía, irónicamente, romper esa amistad que las unía por sus confusos sentimientos, temía no volver a ver a su amiga, e incluso alejarla de ella, que pensase que era alguien enferma por tener esa clase de sentimientos hacia una persona de su mismo sexo.

Por eso, tomó la decisión de ocultarlo, de mantenerlo como su secreto.

Gracias a ello sufría, y mucho. Sufría al ver a Emily con otra persona que no fuese ella. Sufría al ver a Emily besar a otra persona que no fuese ella. Sufría al ver a Emily amar a otra persona que no fuese ella. Le dolía, mucho. Pero se aguantaba, por algún motivo ella conseguía seguir adelante con una sonrisa, haciendo como que nada le ocurría, haciendo como que era feliz, por más que esté destrozada por dentro. Y ese motivo... era Emily.

Repentinamente, empezó a llover. Una lluvia tranquila, con apenas unas cuántas gotas que caían de las nubes del cielo grisáceo. El sol se ocultó, cansado de dar sus cálidos rayos.

Soñando Con La LluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora