capítulo 2

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—¡LAURA, YA!—grita mi madre desde abajo y bufo, dejando de peinarme. No he terminado de quitarme los nudos, jo.

Cojo mi maleta y mi mochila y bajo la escalera, intentando no matarme. El avión para Madrid sale en tres horas, así que puedo ir con un poquito de calma.

De aquí a Coruña es un rato en coche, así que cojo mis cascos y pongo músiquita. As Long As You Love Me de Sleeping At Last empieza a sonar.

Entro en Instagram y empiezo a cotillear perfiles de las fans, emocionados todos por el show de esta tarde en Madrid.

Por cierto, son las ocho de la mañana.

Me ha parecido importante comentar que me he despertado a las siete en verano.

Tengo sueño.

Llegamos al aeropuerto y salgo lentamente del vehículo, muerta de sueño. Casi me duermo en el coche. En fin, al llegar a facturación no puedo evitar bostezar un par de veces.

Una vez que hemos terminado, vamos a la cafetería porque mis padres quieren desayunar. Yo ya he desayunado en casa porque nunca me ha gustado desayunar aquí, no sé por qué. Siempre me sienta mal.

—¿Emocionada?—pregunta mi padre y asiento, aún cansada—. Mándanos mas fotos y más vídeos que la última vez, que nunca nos mandabas nada.

—Tampoco es que hubiese mucho que mandaros—me coloco un mechón de pelo detrás de la oreja—. Hacíamos lo mismo en todas las convenciones.

—Pues deberíais innovar más—dice mi madre y ruedo los ojos. Ellos no fueron a ni una convención, ni siquiera a la de Coruña, no tienen derecho a hablar.

—Sí, sí—contesto seca para terminar con la conversación.

Cuando terminan, ya queda media hora para embarcar así que vamos a donde están los controles de seguridad. Y como no, hay que pasar por un Duty Free y mi madre se queda media hora mirando.

—Cuídate mucho—se despide mi padre tras darme un abrazo—. Ya sabes que si pasa algo lo primero que tienes que hacer es llamarnos.

Ruedo los ojos otra vez y al pasar los controles, como no, me pita.

Un policía empieza a toquetearme y registrarme durante unos segundos y vuelvo a rodar los ojos. Solo quiero dormir.

—Ha sido tu pulsera—señala una pulsera que me compré en Sevilla el año pasado, que no me quito desde entonces—, deberías quitártela la próxima vez.

—Vale, gracias—suspiro y cojo mi maleta, móvil y mochila.

Subo las escaleras mecánicas y me dirijo a la puerta de embarque y me siento en una de las sillas. Saco mi móvil del bolsillo y entro en Twitter.

@moonlightzz: esperando para embarcar😇

@moonlightzz: me aburro chico😴

@moonlightzz: NOS VEMOS ESTA TARDE @carmenpendones @javiererro OS AMO

[...]

Ya en el avión, pienso en quiénes van a volver este año al tour y los descarto a casi todos. Lo mal que acabó todo el año pasado les ha quitado las ganas de volver. Y no les juzgo, es más, les entiendo.

Pero yo creo en esto. Creo en lo que hacemos a diario. Le alegramos el día a una persona simplemente contestando un tweet, ¿cómo no querer hacer mas? Para mí estar con mis fans en línea es poco, quiero conocerles a todos. Quiero hacerles ver lo grandes que son, que sepan lo mucho que me importan. Devolverles su apoyo de esta manera: viajando por todo el país para conocerlas.

Por ellas soy incapaz de quedarme en mi pueblo. Ellas son la razón de que yo sea como soy ahora mismo y no puedo dejarlas de lado.

Muevo mis dedos al compás de Sal de Mí de Beret, del que estoy muy enganchada desde hace ya bastantes meses.

Desbloqueo el móvil y entro en la galería. Entro en el album Tourlifeeee!!⚡️😈❤. Ahí es donde tengo guardadas todas las fotos y algunos vídeos del año pasado.

Veo una foto en la que salimos Pol y yo abrazados con el mar de fondo. Fue en Málaga, creo. Luego una que salimos Sandro y yo poniendo caras raras con Carmen mirándonos con cara rara al fondo. No puedo evitar soltar una carcajada.

Sigo viendo unas cuantas hasta que llego a un vídeo de una convención, no reconozco cuál es, ya que hay muchos y llevo sin ver los vídeos meses. Le doy al play y se nos ve a todos haciendo una batalla de gallos. No se escucha muy bien, pero reconozco las rimas ya que estuvimos repitiéndolas días.

Mi sudadera es de Nike—empieza a decir Pol—, que se escribe 'nique'... ¡NI QUE FUERAS BUENO!—exclama y se oye un sonoro POOOOOO. No sé por qué, porque esa rima es de libro casi.

Paso a otro vídeo en el que estamos en alguna habitación de un hotel que no recuerdo cantando Don't Let Me Down de The Chainsmokers.

Río ante los desafines de todos pero mi risa cesa cuando veo a Roger entrando por la puerta y mirándonos extrañado para luego reírse.

Que lista fui cuando grabé el vídeo que le hice zoom en la cara.

No puedo evitar fijarme en sus ojos azules que atraviesan la pantalla del móvil.

Roger se intenta tapar la cara mientras ríe y se acerca a mí mientras ríe y grita:

—DON'T LET ME, DON'T LET ME—grita desafinando a caso hecho—, DON'T LET ME DOOOOOOWN.

Se escucha mi risa y el vídeo termina.

Respiro hondo y dejo de ver los vídeos.

Mentiría si dijese que llevo desde el verano sin ver fotos suyas o algo, ya que lo he hecho. No le he dejado de seguir en Instagram para que las fans no montaran drama y porque me parece una tontería hacerlo, así que veo fotos que sube de vez en cuando.

Sé que ha cambiado y que ahora cada vez se está haciendo más famoso, que ya ha sacado su segundo disco y de verdad que me alegro por él. No le guardo ningún rencor y es más, no me importaría ser amiga suya.

—Hola, les habla el piloto—interrumpe mis pensamientos la voz del piloto por megafonía—, les comunico que llegaremos al aeropuerto de Barajas en Madrid en unos minutos. Espero que el trayecto haya sido de su agrado...—ahora empezará en inglés...—. Dear passengers...

Anda, cállate.

tour life 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora