capítulo 9

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—Laura—me llama Pol—, ¿hoy te toca cantar?

—¿Qué?—pregunto extrañada y él me enseña el programa de la convención de hoy—. Mierda, no tengo nada preparado.

—El otro día vi en tu libreta una canción preciosa—se une a la conversación Eva—. Te juro que me hizo llorar. Canta esa.

Mierda.

Ha leído mi canción.

La empecé a escribir el año pasado cuando rompí con Roger y terminó el tour, pero la tenía ahí olvidada hasta que el otro día tras verle la retomé.

—No, no—niego repetidamente con la cabeza.

—Tía, es una canción increíble—me intenta calmar la pelirroja—. A la gente le va a encantar.

Los gemelos salen del pasillo donde están las camas en el bus y vienen aquí. Dani se sienta en el suelo y Jesús a mi lado, rodeándome con el brazo.

—Jesús—le llama la youtuber—, Laura escribió una canción que me hizo llorar, no tiene nada que cantar hoy en la convención y no quiere cantarla—lloriquea.

—Si es tan buena deberías cantarla—me aconseja—. Si de verdad es tan bonita podrías grabarla y quién sabe, también podría ser un éxito.

¿Algo escrito por mí un éxito?

Siguiente chiste, por favor.

—No es tan buena, y además, es muy personal...

—Mejor es, así el público también se emocionará y te juro que esa conexión tan íntima que se va a crear va a ser la mejor sensación que has vivido en tu vida—habla ahora Roger, que no sé de donde ha salido.

[...]

—Sigo pensando que esto es mala idea...—me quejo a Eva ya con el micrófono en la mano.

—Calla y canta, pesada—se burla ella y me da un leve empujón hacia el escenario.

Espero a que me presenten para subir y ya una vez arriba, miro sonriente al público. Hoy tenemos lleno total y eso me pone mas nerviosa aún.

—Hola chicos—me siento en un taburete junto al piano, en el que está Javi, que me han dejado—. Esta canción la escribí hace mucho y hasta hace unos días no le quité el polvo y la pulí y arreglé... Se llama Cóseme y bueno, es algo muy personal e íntimo y espero que lo disfrutéis o que por lo menos lo respetéis...—miro a Javi que espera a que le diga que empiece—. Empecemos...

Empieza el piano y el nudo de mi garganta desaparece para entonar las primeras frases de la canción.

Yo sé que me miras pero no me ves... Yo quería tu parte, no partirme en cien; tu prefieres aqui quedo a quédate, yo prefiero antes la herida que la piel...—tiemblo de los nervios y el público en silencio enciende las linternas de sus móviles y darme acompañamiento—Yo digo mañana todo saldrá bien, tu sigues diciendo no olvido el ayer. A ti te siguen matando dudas y yo con el alma desnuda diciéndote: vísteme.

Miro a Eva de reojo y veo que ella también tiene puesta la linterna y sonríe ampliamente mientras me indica con el dedo que todo va bien.

Solo dime cuando, no me digas donde; miraremos juntos el mismo horizonte. Vamos dando saltos sin tener un norte, solo somos fuerzas juntas que se rompen—mi voz flaquea un poco al recordar que la persona a la que le escribí esto está aquí presente pero continuo—. Y aquellos planes que no hicimos, porque se que no hay destino alguno que nos siente bien. No es contigo en el camino, es caminar solo conmigo que te vengas tú también.

Vuelvo a mirar de reojo a donde están todos y puedo ver a Jesús mirándome fijamente con una cara que no sé descifrar y a Roger igual pero con una cara de dolor.

Así que entiende que esta canción va sobre nosotros.

Quiero bailar con la suerte y que me diga que se viene aunque ella me pise los pies. Y a un solo error de acertar parece que te fallé. Y así fue, que siempre me empeño en volver sabiendo que puedo perder. Sabiendo muy bien que se rompe.

Eva ya está llorando, porque si no lo sabéis, es muy llorona. Pero no es la única, ya que hay mucha gente del público haciéndolo y yo estoy muy, muy cerca.

Sabes que te estoy diciendo: cóseme, que cierres lo que abriste bien. No que hagas como que te escondes—canto mirando de reojo a Roger.

Esto lo escribí cuando me volví a encontrar con sus ojos azules.

Solo dime cuando, no me digas donde; miraremos juntos el mismo horizonte. Vamos dando saltos normal que me importe, si te estoy buscando y ahora en mi te escondes.—la primera lágrima empieza a deslizarse por mi mejilla y me la seco rápido, pero tampoco sirve de mucho porque vienen más—. Solo dime bien, si me quieres cuánto,  porque ya no sé. Dices no es pa' tanto pero pa' mi lo es, y ahora, dime, ¿salto o me quedo en tu piel? Algo dice vete, yo digo átate—mi voz se quiebra y suspiro profundamente.

Por eso no era buena idea que cantara esta canción, lloro casi cada vez que lo hago.

Todos tenemos esa persona que nos hizo mil pedazos y nos dijo: ahora constrúyete.—me duele cantar esto cada vez mas—. Yo solo quería cambiar de aires no necesitar de ti si quiero respirar también... Dices que no dependes de nadie, pero eso solo lo dices pa' pensar que te quieres, lo sé. Ya no puedo contenerme... Con tenerte, ya está bien.

En cualquier momento me voy a derrumbar y me prometo a mí mismas que no voy a dejar que mis fans lo vean, así que me intento calmar para cantar el final de la canción.

Yo sé que me miras pero no me ves.. Yo quería tu parte, no partirme en cien... Tú prefieres aquí quedo a quédate, yo prefiero antes la herida que la piel—me repito a mí misma que queda poco—. Yo digo mañana todo saldrá bien, tú sigues diciendo: no olvido el ayer. A ti te siguen matando dudas y yo con la alma desnuda diciendote: vísteme.

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