Replacing Walls. [Mike x Pete (Pike/Redpir)]

Destino = Falacia

A partir del próximo capítulo, las cosas se pondrán ya algo locas. Sólo aviso. Si se preguntan quién es la Rocky que se nombra, pues hace referencia a una película llamada "No respires" en la que la protagonista principal se llama Rocky. Creo que con ver la sinopsis del filme basta para entender la ref.
------------------

Al amanecer el próximo día, Mike aún se sentía extraño. Al girarse, vio hacia el otro lado de la cama enterado de las emociones presentes en ese instante; el hecho de que ver a aquel chico entre sus sábanas le provocaba éxtasis y cierto ardor.

Todo lo que debía hacer era dejar de mirarlo, y se le pasaría, pensó. Así que eso fue lo que hizo. Se levantó rápidamente y se dirigió con ropa nueva al baño. Tomó una ducha, se aplicó desodorante, se lavó los dientes y se cambió. Se retocó de forma muy sutil el maquillaje, pues era sábado a la mañana y debía lucir decente en el trabajo. Con un peine se acomodó el cabello lo más prolijo que pudo, sin colocarse ningún producto encima.

Salió del baño y volvió a su habitación nuevamente. Pete seguía dormido. Suspiró al acomodarse frente al espejo de pie -que estaba en la esquina del cuarto próximo a la puerta del pasillo- acomodando su camisa negra y sus mangas, intentando no ver más allá de sí mismo en el reflejo. Se puso sus mitones negros en las manos para no verse tan alineado, y se acomodó el cuello. Al mirarse unos segundos al espejo, concluyó en que ya no se veía tan serio. Por lo menos no lo obligaban a usar la camisa dentro de los pantalones, o siquiera una estrictamente blanca. Cuando recordó que se había despertado involuntariamente, se acercó a la mesa de noche a mirar la hora. Le tomó por sorpresa el hecho de que eran apenas las 6 AM. De lunes a sábado, se iba alrededor de las 8, para llegar a su trabajo a las 9. La alarma ni siquiera había sonado. Maldición; ya no se podría volver a dormir. Se colocó su reloj pulsera para asegurarse de que ya no perdería la noción horaria.

Se quedó reflexionando en el marco de la puerta, mientras seguía observando al chico dormir. Se mordió el nudillo del índice con su puño cerrado, y cerró los ojos, en un acto forzado con el propósito de colocar su mente en blanco, hasta al fin darse la vuelta para dirigirse hacia el living. Una vez allí, se recostó en el sofá para ver si el sueño acaso le regresaba, para al menos matar el rato en lo que esperaba que se hiciera la hora de irse. Pero luego de tratar varios minutos, no tuvo éxito.

Debía hablar con alguien, debía huír de las ideas que se le pasaban por la cabeza o más bien, desahogarse de alguna manera. Cuando puso la cafetera a trabajar, vio su celular en el mesón a unos centímetros de él. Contempló el aparato y suspiró, terminando por estirar el brazo y tomarlo. Sabía a quién llamaría.

—Hey, hola amigo. —Pronunció al escuchar la voz de quien estaba del otro lado de la línea decir hola.

—¿Quién es? —Preguntó la persona con pereza.

—Vampir, soy Vampir, ¿Quién más con mi voz?

—Mike, qué hora es... ¿Las 7? ¿Por qué me llamas a esta hora? Sabes que salgo de mi jodido trabajo a las 3. —Terminó la oración en un bostezo.

—Vamos, no seas así. Necesito hablar... Podrías ser un buen amigo de vez en cuando. Por favor. —Suplicó con un tono lánguido.

Un gran suspiro se escuchó desde el auricular del aparato.

—Bien. Dime. —Aceptó condescendiente.

—Bien. Sucedió que hace unas horas, Ally vino a atacarme a mi casa junto a muchos de mis amigos. Me avergonzó y me rebajó en frente de Pete.

—¿El chico de antes, cierto? Lamento oír eso. —Contestó adormilado.

—No me importa. —Reconoció.— No es eso lo que quiero contarte.