#Sesiones | HARLEY QUINN |

⚜ Preguntas ⚜

El helicóptero aterrizó en el edificio dónde se publican las mejores notas. Harleen bajo del helicóptero con ayuda de uno de sus compañeros

- Buenos días señorita Quinzel, pase por aquí.

La rubia siguió a Berny.

- Hola, soy Lois Lane. Bienvenida al planeta.

- Harleen Quinzel, vengo por la información que me prometió, Berny - Comentó.

Lois asintió sonriendo.

- Sígame - Habló caminando entre los escritorios, Harleen se encogió de hombros.

La doctora se sentó en una de los sofás.

— Usted quiere saber sobre un criminal de Gotham que me tome el tiempo también de investigar y aquí están las notas — Explico Lois.

Harleen las recibió curiosa leyendo.

— Es peligroso. Al parecer estuvo casado y iba a tener un hijo — Harleen lo leyó — Cuando hizo que Gotham perdiera la cabeza, el día que la ciudad fue evacuada por barcos y el puso bombas. Tiene la tendencia de que a sus víctimas siempre les cuenta historias diferentes de su pasado. Una de ellas casi era cierta, lo de su esposa que conto que le destrozaron el rostro. Casi era acertada. Además de qué el tatuaje de "demente" se lo hizo en Arkham ¿Lo sabías? El se lo dijo a Brows.

Harleen dejó de leer e hizo un gesto.

— Me lo dijo personalmente — Confesó.

Lois estaba frente a ella parada y de brazos cruzados

— Estuvo desaparecida unos días, según el periódico de Gotham — Habló Lois.
Harleen sonrió recordando cuando despertó.

— Así es, El mismísimo Joker me secuestro y me dejó tirada en una barranca.

— Dios mío, me alegro que esté bien.

La rubia asintió.

— Gracias por esto, era casi lo mismo que tenía investigado — Lois fruncio el ceño ante el comportamiento agresivo de Harleen.

La puerta se abrió antes de tiempo dejando ver a un hombre de anteojos.

— Ah ¿Estas ocupada? — Pregunta.

— No Clark — Contesta Lois. Harleen le sonríe coqueta al hombre pasando a su lado.

Harleen acabó de cepillarse los dientes.
Se miro al espejo cansada, peino su cabello con los dedos hacia atrás. Últimamente tenía ese sueño viéndose bailando con él, con un traje de Arlequín. Relamio sus labios negando con la cabeza, escuchó el timbre y corrió antender.

— Hola Harleen.

— Nataly, pasa — Era su vecina que era golpeada por su marido, la había estado atendiendo.

Nataly se sentó en uno de los sofás.

— He decidido dejarlo ya, quiero rehacer mi vida. Así que por fin todo está bien.

Harleen la miro detenidamente; era lo mejor, ese hombre la golpeaba y insultaba, Nataly era una mujer insegura y por eso seguía con él.

— Me alegro, no debes depender de ningún hombre ¿Entiendes? Eres fuerte — Apoyo.